Las cuatro vidas de Aniceto
por Fundación Manuel Rojas (Chile)
5 años atrás 22 min lectura
Fundación Manuel Rojas. Santiago de Chile, 7 de marzo de 2016
Desde hoy está disponible en nuestro sitio web la película “Las 4 vidas de Aniceto”. Su argumento se basa en las cuatro novelas de Manuel Rojas: «Hijo de ladrón», «Sombras contra el muro», «Mejor que el vino» y «La oscura vida radiante», todas protagonizadas por Aniceto Hevia: el alter-ego literario del escritor. Las novelas de Rojas, que cubren la vida de Aniceto de la infancia a la adultez, fueron el mayor proyecto literario del escritor; hoy son consideradas como la obra narrativa más trascendente de la literatura chilena.
“Las 4 vidas de Aniceto”, realizada por Patricio Muñoz y Christian Morales de la productora Dereojo, toma como perspectiva subjetiva la mirada de Aniceto Hevia y se presenta como una serie documental en cuatro capítulos que propone una revisión crítica de la tetralogía. La película destaca la inmensa contribución de la obra de Manuel Rojas, no solo a la literatura chilena y latinoamericana, sino también a diferentes campos del quehacer intelectual y cultural del país. La película va tejiendo su trama en un diálogo a varias voces, en el que participan destacados filósofos (Carla Cordua y Naín Nomez), historiadores (Edurado Godoy, Sergio Grez y Víctor Muñoz), académicos (María José Barros, Ignacio Álvarez, Grinor Rojo y Juan-José Adriasola), artistas (Magdalena Atria), parientes y amigos del escritor (Paz Rojas y Jorge Guerra).
La serie sigue el ritmo de la cuatro novelas de Rojas, abordando sus escritos en el orden en que fueron apareciendo durante el transcurso de veinte años de incansable labor: desde 1951 a 1971. Cada capítulo indaga y analiza las experiencias, convicciones y aspiraciones de Aniceto, las cuales van definiendo su singular evolución como persona, desde su infancia a su temprana adultez. De este modo, los espectadores acompañan al personaje por el camino sensible de su desarrollo personal, el que está siempre estrechamente ligado a la amistad, al amor, a la libertad y a la historia humana y social de sus humildes compañeros de viaje.
Dereojo de Valparaíso
“Las 4 vidas de Aniceto” fue realizada en Valparaíso por Dereojo Comunicaciones, con el patrocinio y colaboración de la Fundación Manuel Rojas y el Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes. La película fue estrenada en diciembre del 2014, en el canal de televisión cultural chileno ARTV.
El argumento de la serie se construye a través del análisis y profundización de la narración de Rojas y quiere dialogar con un público que ya conoce las obras y tiene un interés particular por la literatura. “El eje central de la serie es aproximarse a cada uno de los libros: ¿qué es lo que abordan?, ¿cuáles son sus temas de fondo? No es que se cuente el libro. No es una descripción superficial, sino que es más bien un análisis. En este sentido, la serie está dirigida a un público lector, o sea un público que maneje ciertos códigos de lectura o que haya leído parte de la obra de Manuel Rojas”, dice su realizador Patricio Muñoz; y agrega: “cada capítulo tiene la particularidad que lo que intenta hacer no es una recreación. Lo que hay es una revisión analítica de las obras, las cuales son abordadas por especialistas desde un punto de vista técnico, en algunos casos. Además, se hace un constante paralelo entre la biografía del personaje Aniceto Hevia con la de Manuel Rojas”.
Una de las motivaciones principales que originó esta serie fue la de ahondar en el trabajo literario del escritor y especialmente en las temáticas que aborda: “A nosotros nos llamaron mucho la atención ciertos capítulos, ciertos pasajes de esta tetralogía que tienen una profundidad política, historiográfica, filosófica y social que es muy potente. Son obras que no están escritas de manera erudita, al contrario, se escriben desde la experiencia vivencial. Las obras de Manuel Rojas tienen cierta cercanía con la gente, porque están escritas como a la altura de las personas”, expresó el realizador.
Entrevista a Christian Morales
Para conocer mejor las razones que tuvo Dereojo para lanzarse en este proyecto, nos encontramos con Christian Morales, creador de la idea original y autor del guión de la serie. Estas son sus respuestas a nuestras inquietudes…
¿Cómo surgió la idea de hacer un documental sobre la tetralogía de Manuel Rojas?
– Pocas han sido las veces en que se ha tocado la obra de Rojas en otro soporte que no sea el escrito. Son muchas las investigaciones, análisis, tesis y estudios sobre su obra, pero es casi inexistente el material audiovisual referenciado. Por un lado, el Audiovisual tiene la masividad y mediatez necesaria para brindar acceso a un público masivo sin importar la distancia de este a la obra de Manuel. En este caso, opté por una serie documental para televisión. Por otro lado, siempre he creído que existe una deuda no saldada con la obra de Manuel Rojas, obra que naufraga injustamente entre una montonera de escritos/escritores apoyados por plataformas mediáticas, editoriales, talleres y becas y que no tienen el peso ni la trascendencia literaria de un Rojas, un Bolaño o un Blest Gana. Me molesta mucho esta situación injusta con nuestros escritores, los cuales obedecían al mero placer de escribir que a las condiciones editoriales. No sé en manos de quien estará el recambio de un Lemebel; a mi manera, el último de los grandes.
También existe, sobre todo en el caso de Rojas, una infantilización de su lectura. No me parece que Hijo de ladrón sea leído en el colegio. Es una obra muy compleja en sus distintas capas de contenido. Le preguntas a un joven de colegio que le ha quedado de Hijo de ladrón y lo más probable es que responda que solo el nombre.
Hacer la tetralogía fue también pagar una cuota de esta deuda, a la manera de Rojas, con los otros tres libros aminorados un poco por lo magnánimo de Hijo de ladrón, que sin lugar a dudas, presentan el mismo grado de complejidad, mayor aún en La oscura vida radiante. Al finalizar la lectura de esta tetralogía no pude dejar de pensar en el profundo nexo con la vida de Rojas, parte importante de la historia de Chile y ese deambular consciente del hombre por su propia existencia, y lo más importante, he ahí el “Ecce Homo” en todo su espesor. Era necesario poner en valor los cuatro libros en igualdad de sus propias condiciones.
Puedes contarnos detalles de la grabación y postproducción de la película y del equipo que la realizó…
– El método de trabajo nace a partir de la idea de realizar la serie documental que abordara la tetralogía. Cada uno de estos capítulos versaría de un libro en específico y tendría una premisa narrativa central: en Hijo de ladrón es la herida y las cuotas, en Sombras contra el muro el desarrollo del pensamiento político y la interacción con los amigos, en La oscura vida radiante el caleidoscopio de la vida, los viajes y el Chile actual y en Mejor que el vino el amor y la libertad.
Extraje de cada libro ciertos pasajes que me parecían significativos y que poseían un nivel de simbolismo que me remecía cada vez que los releía. Estos pasajes tomaron materialidad en una voz en off del actor Pepe Soza y funcionan como conectores temáticos en la serie. En el caso del capítulo de Hijo de ladrón, contamos con el registro fonográfico que Manuel Rojas grabó en la UNAM, el que nos fue facilitado por la Fundación Manuel Rojas. En éste registro Rojas lee el fragmento “la herida” y el inicio del libro. Luego fabriqué los guiones divididos en tres subtemas centrales incorporando las pautas de preguntas. Más que preguntas eran reflexiones sobre los pasajes y las ideas centrales que habitan en los libros. Luego realicé las entrevistas y posteriormente la edición periodística la realizó el notable periodista David Guzmán quien, en un tremendo y sufrido esfuerzo, tuvo que editarlas: varias veces y entre medio de un taza de café, me comentaba sobre el tesoro de cada testimonio. No quería cortarlas. Una vez armado el contenido de los capítulos, Patricio Muñoz comenzó el proceso de montaje y postproducción. Es el corte final y la visión del director a partir del contenido. Fabricó la visualidad y el sonido de la serie y fue, en definitiva, quien la cerró. No era un cercano a Rojas y era menester una visión externa desprendida de la subjetividad propia de quien trabaja con lo que ama. Finalmente, terminó siendo un fanático de La oscura vida radiante.
Siento mucho afecto y respeto por el equipo de Dereojo al cual pertenezco. Cada uno de ellos se involucró más de lo que debía en este proyecto, aprendiendo de lo que Rojas nos quiere decir usando el pretexto de la palabra. Todo salió muy bien y creo que Aniceto siempre estuvo detrás de esto.
“Las 4 vidas de Aniceto” propone un análisis crítico de las obras, a través de miradas diversas y fragmentadas. ¿Cuál es el hilo rojo que une este palimpsesto?
– Creo que cada uno de los entrevistados posee lo singular de la maestría: la claridad y la simpleza en la exposición de las ideas. Cada uno aportó a esta comprensión del mundo Rojiano desde su área de estudio. Por principio, la tetralogía cimienta su estructura en el fragmento como lo postula con claridad el mismo Rojas en la primera página de Hijo de ladrón. Estos fragmentos no son más que una construcción aislada de la existencia humana que, en su lectura yuxtapuesta, surgieren un nuevo discurso cuyos niveles de interpretación parecen nunca terminar, adentrándose en lo más profundo de la conciencia del lector. Creo que allí radica, en cierta medida, el espesor y la complejidad de los textos que componen cada pasaje de la tetralogía, como también, son el gran hilo conductor al que te refieres en la pregunta.
Cuando se habla de que Rojas no es un autor que recurra constantemente a la emoción en sus personajes, creo que no es tan así. El parámetro emocional en Rojas es parte de esa operatividad en la estructura asociativa, permitiendo al lector encontrar su camino sin forzarlo; a diferencia de lo que hacen antojadizamente algunos autores con el fin de asegurarse el siempre relativo éxito editorial.
Mejor que el vino nos habla del amor, una emoción básica, el principio sine-qua-non de todo ser humano para con el otro: la necesidad de sentirse querido. Pero Aniceto jamás lo dice, si lo experimenta en la multiplicidad de reflexiones sobre el amor y no en el amor. Este es otro hilo conductor perceptible en toda la tetralogía.
El fragmento “la herida” de Hijo de ladrón tiene un rol central en el argumento de la película, ¿por qué le dan esa importancia?
– Si, efectivamente, “la herida” es el hilo conductor del primer capítulo sobre Hijo de ladrón. Tengo la certeza que es uno de los textos mas sobresalientes de nuestra literatura. Cuando se (re)lee, te estremeces. También es el lugar desde donde nos habla este Rojas-Aniceto; un viejo vivido, experimentado, sufrido y visionario, que debe estar cercano a los 60 años. Creo también que allí subyace gran parte de este realismo-experiencia Rojiana, como humildemente lo denomino. Es también el dispositivo que contiene el absoluto del autor sobre el hombre y que si se lee con detenimiento, catapulta la tetralogía: el hombre-vida, como existencia y en constante transito vital y el hombre huesos-carne-vísceras, como el ser real y dolido: el hombre antes del mediodía al que alude Nietzsche.
Por otro lado, la herida solo cicatriza, las marcas quedan y la experiencia se materializa en huella. A veces pienso que “la herida” debería abrir y cerrar la tetralogía y ser fragmentada e introducida por partes en cada uno de los cuatro textos.
¿Por qué la vida y la mirada de Aniceto sobre el mundo y su desarrollo como persona le hablan todavía al Chile de hoy?
– Son pocos los textos que poseen la vitalidad de mantenerse imperecederos en el espacio y en el tiempo. Rojas nos habla de un “Ecce Homo” a través de ese otro, Aniceto, quien madura en este transito vital tetralógico que comienza en Hijo de ladrón y finaliza en Mejor que el vino, ya cercano a los 40 años y con el magistral simbolismo del colibrí refiriéndose al ciclo del amor.
La universalidad de su obra está en esa constante mirada sobre la condición humana en ámbitos tan diversos, comunes y corrientes, como lo es la libertad, el amor, la explotación del hombre por el hombre, las bajezas, esperanzas, triunfos y pérdidas del “hombre”. Los grandes autores no son más que observadores y catalizadores de estas condiciones “definitivamente humanas”. Por otro lado, esta universalidad toma sentido en un Chile que sigue siendo el mismo de hace dos siglos, y aun más atrás, donde las luchas de poder, las desigualdades, las expropiaciones indebidas, el poder del dinero, la falta de escrúpulos, la explotación del hombre y las revueltas, son ciclos que se repiten de manera sistemática, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor desgaste.
Rojas jamás establece juicio moral sobre el actuar del hombre, ni tampoco se pone en la vereda de una ética correcta, más bien nos permite establecer nuestra propia cordura sobre el actuar humano, las tira sobre la mesa como diciéndote “he allí tú”. Este es uno de los principales valores que Rojas me ha dejado en su lectura: la gran libertad de pararte en el mundo y decidir por ti mismo lo que quieres hacer con tu vida. Finalmente, la inmanencia del ser. Como decía Roberto Matta: “la vida se gana con vida”.
¿Cómo ves la relación de los libros de Rojas con Valparaíso? ¿Se podría afirmar que hay una recepción particularmente fecunda de la obra de Rojas en el Puerto?
– Absolutamente. Más allá que en Hijo de ladrón se describan hechos en la cárcel de Valparaíso, que en el fondo son las detenciones reales de Manuel en el Puerto, creo que esta ciudad tiene un pasado de movimientos sociales que marcaron enormemente la historia de Chile a través, por ejemplo, de personajes tan emblemáticos como el portuario Chamorro, situaciones complejas como el alza en el precio en el transporte público, las revueltas, etc. Es una ciudad, como la denominamos, en un ejercicio social permanente. Qué mejor escenario para un Aniceto que despierta a la observación del mundo social, qué mejor escenario para recordar fragmentos de la vida pasada en un Valparaíso cuyos lindes casi no existen y que parecen cruzarse siempre: escaleras, puertas y ventanas permiten la interacción de todos con todos y en todas las texturas de la condición humana. Valparaíso incita a la amistad circunstancial.
Como dicen por allí, Valparaíso es una capital que limita con Chile. Una ciudad puerto donde todo puede arribar y siempre la mirada finaliza en el horizonte, nada más Rojiano cuando se refiere a la libertad. Libertad que hasta el día de hoy, mal entendida o no, le es propia a este puerto y donde todo parece estar permitido. Creo que más que la ciudad, Valparaíso reúne todas las condicionantes simbólicas que Manuel logró transversalizar en estos cuatro libros. Conceptos como horizonte-libertad, amistad-cruce, espontaneidad-geografía, observación-cerro arriba, son solo algunas de estas relaciones sincréticas que están en las capas más profunda, y a veces en la epidermis, de esta tetralogía.
¿Cómo se hizo la elección de las personas que fueron entrevistadas y cómo acogieron esta iniciativa?
– Agradecer la ayuda curatorial de Jorge Guerra e Ignacio Alvares. Fueron claves. Tenía algunos nombres que se complementaron con los sugeridos por ellos en una grata mesa de trabajo. Respecto a cómo los entrevistados recibieron la propuesta, pocas veces me ha pasado que la disposición fuese tan abierta, espontánea e inmediata. Sólo nombrar a Manuel Rojas concita efervescencia, gozo e ímpetu. Me costó en algunos momentos detener los testimonios. En el fondo, me di cuenta de cuanto respeto y admiración provoca la obra de Rojas, como la misma figura del hombre escritor.
“Las 4 vidas de Aniceto”
VIDA I – “HIJO DE LADRÓN”. “Sol viento, mar y cielo” son las primeras frases que pronuncia Aniceto Hevia al salir por tercera vez de la cárcel y teniendo enfrente el puerto de Valparaíso. Es también el punto de arranque para que varios especialistas en tan diversas áreas del conocimiento pongan en activo un análisis desfragmentado, al igual que la novela, sobre esta primera vida de Aniceto a través de un azaroso viaje temporal donde los recuerdos de infancia fluyen junto a lágrimas, cuotas, una herida y un final enquistado en la memoria más pasada.
VIDA II – “MEJOR QUE EL VINO”. Cercano a los 40 años, Aniceto es ahora un sujeto que ha cimentado las bases de una familia. Para los especialistas, esta institucionalización de dos libertarios como Aniceto y su propio autor, Manuel Rojas, no es contradicción. Al primero, la muerte de su mujer lo ha llevado nuevamente en la búsqueda de otro amor. Para el segundo, es la cimentación de su proyecto literario. Este es el punto neurálgico de un análisis a través del amor libertario, el cuestionamiento a las instituciones y la familia. La maduración sobre el amor y la reflexión de esos besos, que saben mejor que el vino.
VIDA III – “SOMBRAS CONTRA EL MURO”. Los especialistas se refieren a esta novela como una magistral manera de retratar el pensamiento ácrata a partir de las aventuras y desventuras de Aniceto y sus compañeros, tomando hechos reales e introduciendo ciertos intersticios de ficción. Sombras contra el muro es el desarrollo del pensamiento político de Aniceto Hevia junto a la aparición de una variada gama de personajes. La clave de la respuesta de este sugerente título no es más que una alusión a un sistema capitalista en plena vigencia.
VIDA IV – “LA OSCURA VIDA RADIANTE”. La última novela de Manuel Rojas y también el cierre de la tetralogía. Su título es un oxímoron que plantea la reflexión de Aniceto, y de su propio autor, sobre la vida montada en un carrusel: de alegría y pena, de dolor y placer. A pesar de ser el último, el libro se instaura en un período en la vida de Hevia entre 1916 al 1920 aproximadamente. Los especialistas se refieren a ella como un caleidoscopio lleno de situaciones de viaje, amigos, chilenidad, política, amores y desamores. Es también la obra más contundente en la creación literaria de Manuel Rojas publicada a dos años de muerte en 1973.
Reseña biográfica de los entrevistados
- Carla Cordua. Filósofa y académica chilena, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales y miembro de la Academia Chilena de la Lengua. En los años 60 creó, junto a su marido Roberto Torretti, el Centro de Estudios Humanísticos por el cual pasaron destacados intelectuales y artistas como Patricio Marchant, Enrique Lihn y Nicanor Parra. Además de sus escritos filosóficos, Cordua recorre los territorios de la literatura universal, como muestran sus diversos ensayos recopilados en Luces oblicuas; Nativos de este mundo; y Pasar la raya. Carla Cordua fue amiga personal de Manuel Rojas, autor que comparó a Albert Camus en su destacado ensayo “Un fortaleza sin puente levadizo”.
- Eduardo Godoy. Historiador, profesor y magister de la Universidad de Santiago de Chile, se ha especializado en el estudio del movimiento anarquista chileno. Entre sus variados escritos se pueden señalar: “Juan Segundo Montoya: La consecuencia de un anarcosindicalista y naturalista libertario en Chile”; “Lucha temperante y ‘amor libre’. Entre lo prometeico y lo dionisíaco: El discurso moral de los anarquistas chilenos al despuntar el siglo XX”; “’Sepan que la tiranía de los de arriba, engendra la rebelión de los de abajo’. Represión contra los anarquistas: La historia de Voltaire Argandoña y Hortensia Quinio”.
- Gínor Rojo. Profesor especialista en teatro y literatura latinoamericana, estudió en las Universidades de Chile y de Iowa y actualmente dirige el Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos (CECLA). En los años 70, en Valdivia, estuvo vinculado a la revista de poesía Trilce y años más tarde publicaría en “Poesía chilena del fin de la modernidad” un destacado estudio sobre los poetas Manuel Silva Acevedo y Omar Lara. El interés de Rojo por el teatro y la poesía es sumamente amplio y se extiende a las identidades latinoamericanas en la modernidad. Rojo es uno de los críticos más agudos de la obra de Manuel Rojas, entre sus escritos sobresale su ensayo “La contaBildungsroman de Manuel Rojas”.
- Ignacio Álvarez. Doctor en Literatura de la Universidad Católica y actualmente académico de la Universidad de Chile, ha publicado varios artículos sobre literatura chilena y latinoamericana, explorando especialmente las relaciones entre cultura y narración. En los últimos años ha investigado las experiencias y estructuras de la identidad nacional en la narrativa chilena del siglo XX. En ese marco, Álvarez ha dedicado una atención especial a la obra de Manuel Rojas, sobre la que ha dictado clases de magister y publicado los estudios: “La escritura en tiempo presente: Manuel Rojas corrige sus cuentos (1926 – 1970)” y “Vínculo social e identidad en la primera narrativa de Manuel Rojas”.
- Jorge Guerra. Arquitecto, estudioso de la vida y obra de Manuel Rojas; desde su creación, el año 2011, Guerra es el Presidente de la Fundación Manuel Rojas. Bajo su dirección la Fundación ha promovido la re-edición de los libros del escritor y ha apoyado su adaptación al cine, la novela gráfica y las artes plásticas, entre otros. En el año 2012, Guerra recopiló los primeros escritos de Rojas aparecidos en el diario “La Batalla”, los que fueron publicados por LOM Ediciones en el libro “Un Joven en la batalla”.
- Juan-José Adriasola. Doctor en Literatura Hispanoamericana de la Rutgers University, actualmente se desempeña como docente en la Universidad Alberto Hurtado. Sus principales áreas de investigación son la narrativa chilena contemporánea y la teoría y crítica literarias del siglo XX. Adriasola escribió su tesis sobre Manuel Rojas, la que se titula: “De forma paralela: política y poder en la tetralogía de Aniceto Hevia”.
- Magdalena Atria. Pintora y curadora chilena perteneciente a la generación de los noventa, ha incursionado en el arte contemporáneo, la deconstrucción del color y la abstracción geométrica presente en la tradición chilena. Atria estudió las artes plásticas y estética en la Universidad Católica de Chile y en la Parsons School of Design de Nueva York. Durante su carrera ha participado en múltiples muestras individuales y colectivas en Chile y en el exterior y fue la destacada curadora de la Exposición de Arte Abstracto: “La oscura vida radiante”, inspirada por la obra narrativa homónima de Manuel Rojas.
- María José Barros. Profesora de lenguaje e investigadora en literatura, tiene un magister en literatura hispánica de la Universidad Católica de Chile. Barros se interesa principalmente en la poesía y literatura chilena contemporánea y en la educación escolar y universitaria. Sobre Manuel Rojas escribió el ensayo “La ciudad en ‘Lanchas en la bahía’ de Manuel Rojas: una geografía simbólica de la marginalidad”.
- Naín Nómez. Escritor y filósofo, estudió en las Universidades de Chile y de Toronto y actualmente ejerce como profesor de literatura en la Universidad de Santiago. Nómez ha sido profesor e investigador asociado de varias casas y centros de estudios nacionales y extranjeros. Ha publicado una docena de libros, fundamentalmente obras de poesía, estudios de crítica literaria, comunicación social y antologías. Entre sus títulos se incluyen trabajos sobre las obras de Pablo de Rokha y Manuel Rojas. Sobre Rojas destaca la antología de ensayos sobre el autor, coeditada con el cubano Emmanuel Tornés: “Manuel Rojas – Estudios críticos”.
- Paz Rojas. Médico neuropsiquiatra, hija menor del escritor Manuel Rojas. Luego del golpe militar en Chile se dedicó a la defensa de los Derechos Humanos y al tratamiento de las víctimas de la represión política; presidió durante varios años el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU). Por su trabajo en este campo ha recibido múltiples distinciones en el país y en el extranjero; durante su carrera ha publicado varios escritos entre los que sobresalen “Tortura y resistencia en Chile”; “La interminable ausencia” y “Páginas en blanco, el 11 de septiembre en la Moneda”.
- Sergio Grez. Reconocido historiador, doctorado en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Su obra historiográfica está centrada en el estudio del movimiento popular y de la “cuestión social” en Chile. Se ha desempeñado como profesor en distintas universidades e instituciones académicas chilenas y extranjeras y desde el año 2010 es profesor de la Universidad de Chile. Entre sus obras destaca su estudio sobre el movimiento anarquista en Chile: “Los anarquistas y el movimiento obrero. La alborada de ‘la Idea’ en Chile. 1893-1915”.
- Víctor Muñoz. Historiador y autor de variados escritos sobre la historia del movimiento libertario en Chile, actualmente es el coordinador de la editorial porteña “Mar y Tierra”. Entre los libros publicados por Muñoz destacan “Sin Dios ni patrones. Historia, diversidad y conflictos del anarquismo en la región chilena. 1890-1990”; “Cuando las bombas son de papel. Los trabajadores, el Estado y la propaganda anarquista impresa” y “Cuando la patria mata. La historia del anarquista Julio Rebosio. 1915-1920”.
“Las 4 Vidas de Aniceto” – Ficha técnica
- Realización: Patricio Muñoz G.
- Producción Ejecutiva: Dereojo Comunicaciones.
- Idea original, Producción periodística y Guión: Christian Morales y David Guzmán.
- Textos y Voz: Manuel Rojas y José Soza; Asesores de Contenido: Ignacio Álvarez y Jorge Guerra.
- Producción General: Paulina Ferretti; Productor asociado: Claudio Leiva; Dirección de fotografía: Guillermo González; Montaje: Patricio Muñoz, Guillermo González; Post producción: Patricio Muñoz; Sonido: Eduardo Tumayan; Animaciones: Ezequiel Rojas; Dirección de Arte: Instruccionesdeuso; Ilustraciones: “Beto” Martínez; Cámara: Guillermo González, Patricio Muñoz, Juan Luis Tamayo; Asistente de producción: Jimena Campos, Vanessa Alquinta, Annia Hidalgo; Material de archivo: Fundación Manuel Rojas.
*Fuente: Fundación Manuel Rojas
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