Jorge Pinto, Premio Nacional de Historia: “Espero que La Haya invite a los países a dialogar”
por Camilo Villa J. (Chile)
6 años atrás 6 min lectura

De hecho –y a raíz del diferendo con la nación vecina en La Haya- son varias las personalidades chilenas que han expresado su solidaridad con la causa boliviana. Es en esta línea que hace algunos meses circula un video por internet en el que algunos premios nacionales piden, derechamente, mar para Bolivia.
Uno de quienes adscribe a esta postura es el Premio Nacional de Historia 2012, Jorge Pinto, quien conversó con nuestro medio a menos de una semana de que la Corte Internacional de Justicia falle en torno a la demanda de Bolivia para que Chile tenga la obligación de negociar una salida al Pacífico.
El académico sostuvo que su postura en favor del pueblo boliviano se sustenta en la identidad latinoamericana, la que abraza fuertemente desde que vivió fuera del país, aunque reconoce cierto conflicto entre identidad chilena –que profesa- con identidad latinoamericana.
“En muchos de nuestros casos se ponen en tensión dos identidades que se superponen. Primero una identidad nacional, el sentirse chileno y ‘estamos por la causa del país’, pero también hay otra identidad que es la identidad latinoamericana y que yo he abrazado fuertemente desde que viví en el exterior. Ahí me di cuenta que, efectivamente, nosotros somos un conjunto de países que tenemos un pasado común, que tenemos una cultura que compartimos y, por lo tanto, hay fuertes vínculos, entonces, todo lo que contribuya a mejorar las relaciones entre estos países hermanos le hace bien al continente y a estas naciones hermanas”.
Por lo mismo, Jorge Pinto cree necesario que se fomente más la identidad latinoamericana de los chilenos, a través de los medios, a través de las salas de clases en las escuelas, para que tomemos conciencia de que formamos parte de una comunidad en la que también está Bolivia.
En favor de esa comunidad, el historiador está de acuerdo con entregar soberanía marítima al país vecino, aunque debe estudiarse el cómo, de tal modo que no dañe la identidad nacional.
“El problema es cómo hacerlo, cómo lograrlo sin dañar esa identidad nacional y al mismo tiempo dándole impulso a esta identidad latinoamericana que es tan fundamental para poder enfrentar los desafíos del futuro. Nosotros somos pueblos hermanos, que tenemos no solo un pasado común, sino que un futuro que debemos enfrentar exitosamente, y solo será así si somos capaces de hablarnos y de cooperar. La solidaridad de los pueblos latinoamericanos es fundamental, y en todo sentido, considero que es de justicia que Bolivia recupere lo que tuvo al comienzo de su historia, que es el mar”.
Jorge Pinto -y a diferencia de lo que muchos creen- no ve patriotismo al negarle mar a Bolivia, sino que lo ve en otras cosas, como el hacer de Chile un país más inclusivo, más participativo y más integrado a la comunidad latinoamericana.
Sin embargo, para mirar más allá de nuestras fronteras hay un gran impedimento que se debe superar: el imaginario en que la sociedad chilena fue forjada.
“Vicente Pérez Rosales decía en el siglo XIX que uno de los méritos de Chile no es ser como Europa, sino que ser Europa en América Latina, entonces nos hemos criado al amparo de una cultura que nos hace presumir que somos mejores que otros, aunque vivimos en el mismo barrio. Ese es el imaginario que se construyó para diferenciarnos de los demás pueblos de los cuales somos hermanos, con quienes compartimos virtudes y al mismo tiempo defectos y debilidades”.
En ese sentido, el académico ve cierto sesgo de soberbia en las autoridades y sociedad chilena con respecto al histórico conflicto con Bolivia, aunque también critica el manejo que ha tenido el gobierno boliviano, sobre todo, porque Pinto reconoce su sospecha sobre una presunta campaña política de Evo Morales para ser nuevamente reelecto como jefe de Estado.
Más allá de la evaluación que haga de los representantes de ambas partes en conflicto, el profesor universitario espera que el fallo de La Haya, independientemente del resultado, sea el punto de partida de una nueva relación entre ambas naciones sudamericanas.
“Espero que La Haya invite a los países a dialogar, invite a los países a conversar, a discutir sus diferencias, a buscar una alternativa de solución. Yo creo que si La Haya falla en ese sentido, todos seremos ganadores, no gana ni Bolivia, ni Chile, ni Perú, sino que ganamos todos”.
Jorge Pinto ve la necesidad tremenda de que Bolivia y Chile mantengan una relación fluida de amistad y respeto, como lamentablemente no ha sido a lo largo de la historia, sobre todo después de una guerra como la del Pacífico, en que ganaron los intereses extranjeros y perdieron los pueblos de Perú, Bolivia y Chile.
“Esta fue una guerra provocada por intereses foráneos y al mismo tiempo por grupos de poder que no fueron capaces de resolver sus conflictos, y que nos obligaron a poner a nuestros campesinos, a nuestros pueblos ancestrales, a nuestros pueblos indígenas de los tres países en una lucha que terminó siendo una lucha infernal”.
Por lo mismo, el Premio Nacional de Historia 2012 calificó la Guerra del Pacífico, conflicto armado que se enseña con orgullo en las escuelas de Chile, como una guerra injusta, que se utilizó de excusa para esconder las incapacidades de los gobernantes de la época.
“La Guerra del Pacífico fue una guerra muy injusta, producto de intereses extranjeros que primaron en el siglo XIX y producto también de ciertas incapacidades de nuestros gobernantes que no pudieron resolver los conflictos internos, sobre todo, las crisis económicas, lo que les obligó a enfrentarse en una guerra que terminó por provocarle daños a los tres pueblos que se enfrentaron en ese momento. En una guerra nunca hay ganadores, hay algunos que pierden menos, pero todos somos perdedores”.
Es en este sentido que Jorge Pinto espera que el lunes, cuando se dicte el fallo de La Haya, “celebremos todos, bolivianos y chilenos”, y dejemos atrás una historia de conflictos que salpica a dos pueblos hermanos, pero que no es de ellos, sino de autoridades e intereses que traspasan nuestras fronteras.
*Fuente: Diario UdeChile
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