Publicado: 30.11.2017En el mes de junio de 1972, la célebre periodista italiana Oriana Fallaci logró entrevistar en su palacio amurallado de Addis Abeba al emperador de Etiopía Haile Selassie, el León de Judá, quien se proclamaba descendiente de la reina de Saba y el rey Salomón. Al final ella le preguntó: “¿cómo mira a la muerte?”. El emperador, que tenía 80 años y le faltaban tres para morir, pareció no entender: “¿A qué? ¿A qué?”. “A la muerte, Majestad”, insistió ella. Y eso desbordó la paciencia del soberano: “¿La muerte? ¿La muerte? ¿Quién es esta mujer? ¿De dónde viene? ¿Qué quiere de mí? ¡Fuera, basta!”.
No cabía en su mente que su poder no estuviera ligado a la inmortalidad. Pero no fue siempre un hombre distraído de la realidad, porque en un tiempo se puso a la cabeza de la lucha en contra de las tropas de Mussolini que invadieron Etiopía. Y al final, depuesto por un golpe militar, no pudo imaginar la clase de muerte que tendría: estrangulado en su propia cama, y enterrado bajo el piso de un baño en su propio palacio imperial.
Me ha venido a la cabeza esta historia de alguien que desde su trono eterno se indigna cuando le hablan de la muerte, ante las noticias de la caída del dictador de Zimbabue Robert Mugabe, gracias a otro golpe militar, tras su permanencia en la presidencia durante casi cuatro décadas. Mugabe, un tanto más práctico a sus 93 años, sí aceptaba que un día habría de morir, desde luego que escogió como su sucesora a su esposa y antigua secretaria, Gracia Marufu, mucho más joven que él, y a quien la gente llamaba en secreto “Desgracia Marufu”.
También, en lugar del título de Primera Dama, le daban el de “Primera Compradora”, pues se escapaba a París o Londres en excursiones por las boutiques de lujo para hacerse de decenas de trajes y zapatos exclusivos. Dueña del monopolio de producción y distribución de los productos lácteos en el país, alegaba que sus gustos se los pagaba con su propio dinero.
La Universidad de Zimbabue le otorgó un doctorado, sin haber puesto nunca un pie en las aulas, siendo el propio Mugabe quien le colocó el birrete en la ceremonia de graduación. Ambiciosa y astuta, mientras su anciano marido se dormía en las reuniones de gabinete, ella iba tejiendo su propia urdimbre de poder.
La tentación de quien contempla la historia personal de un dictador, es verla como la de alguien que desde el principio alberga las intenciones de usar el poder para beneficio personal, y quedarse para siempre en el mando a costas de lo que sea, asesinatos, cárcel, exilio de quienes se le oponen, establecer un régimen familiar y designar como sucesor a uno de sus hijos, o a su propia esposa.
Pero la vida es más compleja. Tal como Haile Selassie, Mugabe, líder guerrillero del Ejército de Liberación Nacional Africano de Zimbabue (ZANLA), condujo la lucha de su pueblo para librarse del dominio de la minoría blanca que había establecido un régimen racista igual al de África del Sur. De las penurias del combate pasó a la ruindad de la tiranía, el crimen, el fraude electoral repetido, la corrupción y la opulencia, ya convertido en primer ministro, luego presidente, y al mismo tiempo jefe vitalicio del partido oficial, el ZANU-PF.
Y su discurso de los tiempos guerrilleros nunca cambió. Aunque arruinó al país, destruyó la economía, y la inflación llegó a una increíble cota de 231.000.000%, no dejó de proclamarse socialista, en lucha abierta contra los demonios del capitalismo y el colonialismo.
El paraíso socialista de Mugabe no fue sino un infierno. A su caída, el desempleo alcanza el 95%; un 72% de la población vive en la pobreza, sin acceso a la electricidad y al agua potable; sólo el 6% llega al tercer grado de primaria, y la esperanza de vida es de apenas 56 años. Su pretendida reforma agraria destruyó la organización productiva de las fincas, y sólo trajo escasez y desabastecimiento crónicos.
Cualquiera que lo criticara se volvía de inmediato un traidor, algo que en su ya obsoleta retórica revolucionaria podía significar una orden de ejecución. Y también tenía a su servicio fuerzas paramilitares entrenadas para garrotear y asesinar disidentes. En 2008 perdió las elecciones ante su oponente Morgan Tsvangirai, y entonces proclamó que “solamente Dios” podía apartarlo de la presidencia. Dios a su servicio personal de católico practicante que comulgaba devotamente en la catedral de Harare, la capital.
Al celebrar sus 91 años, Gracia le organizó una fiesta para 20 mil invitados, que llenaron un estadio de futbol. Por supuesto, los empleados públicos debieron asistir obligatoriamente, bajo pena de despido, pagando su cuota. Se sirvió una parrillada gigante, donde podía elegirse entre lomos de elefante, entrecotes de búfalo, piernas de impala y costillas de antílopes negros, todo un zoológico sobre las brasas. Por lo visto, la dentadura del anciano seguía sana.
Ahora todo ha terminado para la pareja. Mugabe destituyó al vicepresidente Emmerson Mnangagwa buscando dejarle libre el camino a su esposa, y el ejército, que él mismo forjó, los detuvo a ambos y los puso con la casa por cárcel. El anciano fue destituido como jefe del partido, y a ella la expulsaron de sus filas. Por último, los militares lo obligaron a renunciar a la presidencia. El júbilo estalló en las calles.
Mnangagwa es el nuevo hombre fuerte, con lo cual las sombras ominosas vuelven a cerrarse sobre el país, igual que tras la deposición de Hailie Selassie, cuando asumió el poder un nuevo dictador, el teniente coronel Mengistu Haile Mariam, cabeza del Golpe de Estado. Mnangagwa, apodado “el cocodrilo” por la fama de su crueldad, fue jefe de espionaje de la guerrilla durante la lucha de independencia, y luego Ministro de Seguridad, y como tal, jefe de la policía secreta.
Pésima costumbre que tiene la historia de repetirse.[
Guadalajara, noviembre 2017
-El autor, Sergio Ramírez, es escritor nicaragüense y Premio Cervantes de 2017
*Fuente: CiperChile
Artículos Relacionados
Carta abierta de un actor secundario a otro
por Laurence Maxwell (Chile)
19 años atrás 5 min lectura
… y así fue, de amanecer en amanecer, nos quedamos sin mundo
por Mario Briones R. (Chile)
12 años atrás 10 min lectura
El problema esta en la izquierda no en la derecha/concerta
por Pablo Varas (Chile)
14 años atrás 5 min lectura
El decálogo de la presidenta y el sálvese quien pueda
por Alejandro Zoñez Venegas (Chile)
19 años atrás 4 min lectura
Derecho a la vida: ¿derecho constitucional o reafirmación del patriarcado?
por María Bolivia Rothe (Bolivia)
18 años atrás 5 min lectura
Los Walker, los Aninat, los Alvear Martínez al basurero de la historia
por Rafael Luis Gumucio Rivas, El viejo (Chile)
8 años atrás 9 min lectura
Solicitan a Presidente Boric el indulto a todos los presos políticos. ¡Sin justicia no hay paz!
por Organizaciones Chilenas en la Región Exterior
4 días atrás
18 de junio de 2025
Nosotros, representados por organizaciones o a título personal, le solicitamos que haga uso de sus atribuciones como presidente, para otorgarle el indulto a todos los presos políticos que aún permanecen en las cárceles del país.
El legado de doce Rodriguistas asesinados por la CNI
por Enrique Villanueva Molina (Chile)
1 semana atrás
15 de junio de 2025
«Honor y Gloria eterna para cada hombre y mujer que se atrevió a luchar contra el terrorismo de estado y que entregaron sus vidas por la libertad de nuestro país…»
Los últimos días de Gaza
por Chris Hedges (Gran Bretaña)
2 semanas atrás
11 de junio de 2025
No se puede diezmar a un pueblo, llevar a cabo bombardeos intensivos durante 20 meses para destruir sus hogares, pueblos y ciudades, masacrar a decenas de miles de personas inocentes, establecer un asedio para provocar una hambruna masiva, expulsarlos de la tierra donde han vivido durante siglos y no esperar una reacción violenta. El genocidio terminará. Comenzará la respuesta al reinado del terror estatal. Si creen que no será así, es que no saben nada sobre la naturaleza humana ni sobre la historia.
Declaración sobre el Derecho a la Libre Determinación del Sáhara Occidental y el Derecho Internacional
por Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (España)
2 semanas atrás
7 de junio de 2025
“La carta que el presidente Pedro Sánchez envió, el 14 de marzo de 2022, al rey Mohamed VI de Marruecos sigue siendo el secreto mejor guardado, al menos en su versión original. En ella, el jefe del Gobierno se alineó por escrito con la solución que propugna Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental.»