Septiembre de 2014
Luego de la explosión, los medios se han dado una suerte de festín sensacionalista y han presentado hipótesis de todo tipo, conectando gratuitamente sucesos que no tienen ningún tipo de relación lógica, por ejemplo, los robos de cajeros automáticos con los avisos de bomba, o el asalto del camión Brinks en el aeropuerto, con los paquetes sospechosos encontrados en el metro.
El atentado ocurrido en el Metro es un hecho gravísimo y enteramente condenable, eso no está en discusión. Sin embargo, a raíz de este lamentable acontecimiento han proliferado otros hechos que son aún más inquietantes y ante los cuales se debe estar en máxima alerta, sobre todo, porque ellos sí que tienen la capacidad de alterar severamente el estado de derecho y la vida de las personas.
En medio de este frenesí conspiracional, que es bastante esperable en esta situación, se le ha dado tribuna a ciertas voces que bajo el título de expertos, han dado declaraciones francamente inaceptables. Por mencionar sólo una, en canal 13, en una entrevista en vivo que duró cerca de dos horas, el señor Jorge Valdés, experto en seguridad, declaró reiteradamente que era urgente que la ley antiterrorista se volviera más severa, incorporando facultades tales como la infiltración de agentes del Estado en “las juntas de vecinos, los sindicatos y las universidades”, porque, según él, una gran organización terrorista con “formación en Chile y en el extranjero” estaba detrás de “todas las explosiones” y buscaba “imponer el terror” en la nación. A su juicio, era “evidente que estos grupos estaban instruidos por el grupo Lautaro y diversas organizaciones anarquistas”, que ahora se sentían con plena libertad de actuar. Estas atribuciones debían, de ser necesario, ejercerse inmediatamente, incluso si la ley no las contemplaba.
Con un tono similar, el ex jefe nacional de inteligencia sostenía que el ministro Hinzpeter había sido injustamente criticado por querer imponer “mano dura” en medio del clima de caos que imperaba en el país, y que fue un profundo error no aplicar la ley antiterrorista toda vez que fue necesario, por ejemplo, en los atentados de la Araucanía.
Estas declaraciones se suman a otras que afirmaban todo tipo de cosas, como la necesaria incorporación de tropas especiales en el conflicto mapuche, la eliminación de las “excesivas garantías” para los encapuchados, hasta barbaridades dichas por peatones entrevistados “al azar” que iban desde “sacar los militares a la calle” hasta el retorno de la detención por sospecha. Todas ellas seguidas de las repeticiones de desafortunados reportajes sobre grupos anárquicos, algunos con errores tan groseros como aquel que afirmaba, sin tapujo, que dentro de las facciones más peligrosas de los “terroristas”, se encontraban los denominados “veganos”.
En todo esto el gobierno tampoco se ha quedado atrás, invocando sucesivas veces la ley antiterrorista, la misma que se había comprometido a no usar y que ha recibido severas críticas de parte de los organismos internacionales por vulnerar los derechos humanos, la proporcionalidad de la pena, la no discriminación racial, entre otros principios mínimos de justicia.
Más allá de los ejemplos, que son muchos, urge que la ciudadanía esté extremadamente atenta al posible uso malintencionado de los acontecimientos que hacen ciertas personas cuyos fines políticos e ideológicos no son precisamente los de proteger a la ciudadanía, sino los de propiciar un falso clima de pánico en donde se justifique la vulneración de garantías constitucionales y se criminalicen los movimientos sociales, evadiendo las demandas de fondo que han sido sostenidas por la población.
La conexión inescrupulosa de acontecimientos que pretende poner en un mismo saco al nuevo gobierno, a la delincuencia, a los estudiantes, a los mapuches y a la desaceleración de la economía, no es una estrategia nueva en la política nacional, sino que forma parte del repertorio común de los grupos minoritarios cuando ven sus intereses amenazados por el empoderamiento de los ciudadanos. Son estos los que, pese a no andar encapuchados y a usar armas más refinadas que las latas de jurel con pólvora, conforman las verdaderas asociaciones terroristas que padece el país.
La principal recomendación en esta situación es permanecer en constante sospecha, condenando severamente el ataque de inocentes, mas no dejándose atrapar por la verborrea de sectores tanto o más extremistas que los autores del atentado, pues únicamente una ciudadanía crítica puede estar realmente a salvo del terrorismo, en cualquiera de las múltiples formas en las que se presente.
Fuente: El Quinto Poder
Artículos Relacionados
Nuestra crisis: Un peligro de hundirnos o una oportunidad de revivir
por Iván Auger (Chile)
10 años atrás 6 min lectura
Atentados de Bruselas: ¡No, señor primer ministro!
por Michel Collon (Bruselas, Bélgica)
10 años atrás 8 min lectura
Movimientos sociales y cambio de subjetividad política en Chile
por Jorge Vergara Estévez (Chile)
12 años atrás 40 min lectura
Un fotógrafo polaco ¿evitó el inicio de la Tercera Guerra Mundial?
por Dagmar Henn (Alemania)
3 años atrás 7 min lectura
Las doce victorias del Presidente Maduro en 2017
por Ignacio Ramonet (España)
8 años atrás 22 min lectura
La extraña entrega gratuita de un informe sobre injerencia extranjera por parte de una compañía española a la Inteligencia chilena
por David Romero (Actualidad RT)
6 años atrás 5 min lectura
Empampando la vida: La historia de Claudina Morales
por Iván Vera-Pinto Soto (Iquique, Chile)
1 día atrás
24 de septiembre de 2025
Claudina nos enseña que la revolución más profunda nace del amor, de la educación, de la organización y de la conciencia de quienes no se dejan silenciar, y que la vida, por más dura que sea, se transforma cuando uno se entrega de lleno a vivirla.
Experto judío en Holocausto: «Los israelíes están hoy más preocupados por perder Eurovisión que por el Genocidio de Gaza»
por Francisco Carrión (España)
2 días atrás
23 de septiembre de 2025
«Crecí en un hogar sionista. Serví en el ejército israelí. Creo, y sigo creyendo, en el derecho de Israel a existir. Pero la forma en que se ha convertido Israel; el sionismo que ahora dice tener; el régimen que ha creado; el racismo; la intolerancia; la violencia; el odio… son cosas que no puedo apoyar».
Experto judío en Holocausto: «Los israelíes están hoy más preocupados por perder Eurovisión que por el Genocidio de Gaza»
por Francisco Carrión (España)
2 días atrás
23 de septiembre de 2025
«Crecí en un hogar sionista. Serví en el ejército israelí. Creo, y sigo creyendo, en el derecho de Israel a existir. Pero la forma en que se ha convertido Israel; el sionismo que ahora dice tener; el régimen que ha creado; el racismo; la intolerancia; la violencia; el odio… son cosas que no puedo apoyar».
«No hay niño mío ni tuyo ni suyo, los niños son nuestros»
por Jorge Drexler y Jorge Limón
3 días atrás
22 de septiembre de 2025
El Fin y el medio
Canción de Javier Limón y Jorge Drexler ‧ 2018
Letras
Un refugiado es un refugiado
Un niño es un niño y el miedo es el miedo
Destierro es destierro
Y una hipocresía es una hipocresía
No hay signo, no hay bando
No hay ideología ni misterio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
Un daño es un daño, del verbo dañar
Todos los daños son daños centrales
Un niño es un niño
No existen los daños colaterales
No hay meta, no hay causa
Ningún motivo, ningún premio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
El fin es un punto por siempre distante
Una cambiante ficción
Un ciclón a merced de una hoja
Una paradoja como la de Zenón
Donde algo parece que se va acercando
Y siempre se escapa, siempre se esconde
Siempre a la misma exacta distancia
De un mismo horizonte (mismo horizonte)
El dedo que aprieta el gatillo
Debería saber esto
No hay tuyos ni suyos ni míos
Si son niños, son nuestros (todos los niños son nuestros)
Ni patria ni credo hay
Ni diferencias de criterio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio