19/02/2014
¡Lo que pasa es que tú eres un descara’o, chico! Esa es la forma colorida que usan los cubanos para llamar lo que nosotros designamos como un ‘cara de palo’. Alguien cuya desvergüenza y desfachatez es notoria y proverbial. Descarados y caras de palo abundan en esta época, en la prensa y en la política.
El presidente de Colombia Juan Manuel Santos por ejemplo, que hace un par de días llamó a los venezolanos “a la calma y a establecer canales de comunicación para lograr estabilidad política, fortalecer los principios democráticos y respetar los DDHH de los colombianos que viven en Venezuela”. Santos preside un país que vive en guerra civil desde hace casi medio siglo, con cinco millones y medio de desplazados por la violencia militar y paramilitar, y en el que los guerrilleros que se animaron a abandonar la lucha armada para entrar en el juego electoral fueron asesinados todos, uno tras otro. Un país en el que “los falsos positivos” se traducen en miles de sindicalistas, campesinos, alcaldes, concejales y otros activistas asesinados y enterrados en fosas comunes clandestinas.
Más de cuatro millones de colombianos viven permanentemente en Venezuela como una forma de huir de las atroces condiciones de inseguridad y miseria que prevalecen en Colombia, y no se les ha ocurrido hasta ahora regresar al país que preside Santos. Dicho sea de paso, esos colombianos envían cientos de millones de dólares de remesas a sus familias, contribuyendo así, con dinero venezolano, a la entrada de divisas a su país de origen. Santos, ese descara’o, le da consejos a Venezuela. No es el único.

Sebastián Piñera se inquieta de la ‘represión’ que cae sobre los estudiantes venezolanos, olvidando que su gobierno reprime rigurosamente a los estudiantes chilenos. Piñera se inquieta de la violencia en Caracas, desatada por quienes promueven un golpe de Estado (¿te acuerdas de Allende, Sebastián?), pero se queda de mármol cuando el gobierno de su camarada Rajoy le dispara a los inmigrantes magrebíes y centroafricanos asesinando a 14 de ellos en Ceuta. Esas muertes le dejan frío. Caradura.
Sebastián no es el único: la Unión Europea lamenta las muertes en Ceuta pero prepara sanciones contra la represión… en Ucrania, país del que busca la división. Son los mismos que bombardearon Libia y Siria, promoviendo y financiando sangrientas guerras civiles. A la UE –como a los EEUU– sólo les gustan sus propios ‘hijos de puta’, para utilizar la delicada expresión de Franklin D. Roosevelt a propósito del dictador Anastasio Somoza.
La cosa no para allí: la prensa hispana crítica las economías mal administradas de Venezuela y Argentina. En España, un país quebrado, con una tasa de paro superior al 25% (50% para la juventud), en el que la morosidad de los créditos superó los 197 mil millones de euros en el 2013, y en el que la banca fue objeto de un pillaje masivo confortado por la impunidad. El diario ‘El País’, que posa de un muy sospechoso centro-izquierdismo, se suma al golpismo, a las fuerzas desestabilizadoras. Que el cotidiano tradicional del fascismo español, ABC, ladre, se entiende. Que ‘El País’ mienta con descaro, sumándose a las sucias maniobras de un Felipe González tarifado, no sorprende pero daña. ‘El País’ va hasta mencionar la corrupción en Venezuela, olvidando que su Rey, su familia real, su partido gobernante y su principal partido de oposición, para no hablar de sus mercados financieros, naufragan en un océano de corruptela. Caras de palo.
Los líderes del “mundo libre” se inquietan por la democracia en Venezuela, pero no dicen nada cuando en Italia designan primeros ministros a dedo, sin que ningún ciudadano haya votado a favor del elegido. La costumbre –porque ya es costumbre– comenzó con la designación de los incompetentes notorios que regentan las instituciones internacionales, continuó con el gobierno de la Unión Europea, y se ha prolongado en Grecia e Italia. ¿A quién le inquieta?
Desde luego no al FMI, cuyos “expertos” aseguraron que un país cuya deuda pública llega al 90% de su PIB debiese caer en picada, antes de que un simple estudiante de economía les explicase que se habían equivocado en sus calculitos. Ahora, otros “expertos” del FMI dicen exactamente lo contrario: que un país vea su deuda soberana llegar, o superar, el 90% del PIB no incide en la marcha de su economía. Lo malo es que todas las políticas de austeridad que han provocado el sufrimiento y la miseria de millones de familias europeas fueron definidas sobre la base de cálculos truchos. Lo que no le impide al FMI criticar a Argentina y a Venezuela y darle lecciones al mundo. ¿Descarados, caras de palo o rufianes?
Los ejemplos son tan numerosos que esta nota se alargaría hasta el infinito. Pero merece la pena mencionar la cobertura que Canal 24 Horas hace de lo que ocurre en Caracas, destacando sobre todo la lucha por la ‘libertad de prensa’. Canal 24 Horas no se ha dado cuenta que en Chile no hay un solo diario ni canal de TV de oposición. Ni uno. Canal 24 Horas no menciona que se han utilizado fotos falsas para mostrar la ‘represión’ en Caracas, fotos que provenían en realidad de la represión a los estudiantes en Santiago. ¿Hipocresía o cinismo? Caras de palo…
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Un excelente acierto los videos que acompañan ese genial artículo de Luis Casado.
Dramático y veraz el reportaje a los colombianos residentes en Venezuela.
Impresionante escuchar al desfalcador del Banco de Talca, el conocido delincuente, asesino de mapuches, el Piraña Piñera (amnistiado por el Dictador) defendiendo a ultranza a Daniel López (perdón, me confundí, quise decir Augusto Pinochet).
Y el video sobre España, con la claridad y transperencia del agua. Un pueblo que denuncia a sus políticos corruptos, es decir, a todos sus políticos.