Primero de mayo: Los trabajadores en un Chile rico
por Álvaro Cuadra (Chile)
11 años atrás 3 min lectura
En estos tiempos de elecciones presidenciales es conveniente hacer un simple ejercicio aritmético para advertir que ese lugar común de “Chile país rico” es solo la ilusión de las elites, sin asidero en las cifras. Pocos se acuerdan de que la “democracia oligárquica” que nos rige, la misma que está fosilizada en la constitución de Pinochet hasta el presente, incluye una legislación laboral creada por el hermano del actual presidente, José Piñera. Allí los tecnócratas neoliberales legalizaron la injusticia y el abuso de los trabajadores.
Por de pronto, hoy, los mismos que crearon las leyes afirman que nuestro país posee un Ingreso per Cápita que bordea los 18.354 dólares. Sin embargo el salario promedio entre los trabajadores chilenos no supera los 12.000 dólares. De entre ellos, un 11% gana el salario mínimo, lo que significa 4.800 dólares. Es decir hay más de un millón de trabajadores que viven en un país equivalente al ingreso de Bolivia que ocupa el lugar 119 a nivel mundial, mientras el promedio general de los asalariados comparte el equivalente a un país como Costa Rica.
Es claro que el indicador utilizado es engañoso porque suma las inmensas ganancias de las grandes empresas, aquellas que no se reflejan en los salarios. Como suele decirse, las estadísticas son una mentira, pues mientras alguien se come dos panes y el otro nada, estadísticamente se concluye que tenemos un pan por habitante. Habría que insistir, entonces, en aquello de “Chile país desigual”, de hecho uno de los países más desiguales en el mundo. Un país con un modelo político y económico excluyente que dificulta la organización de los trabajadores para luchar por mejoras salariales, precarizando los empleos, disminuyendo sus beneficios y condicionando su derecho a huelga. Mientras unos pocos, otrora cómplices de una dictadura atroz viven en el hartazgo, hablando con descaro de “democracia”
Los trabajadores en un Chile rico siguen marginados de una educación de calidad para sus hijos, siguen muy lejos de una cobertura de salud para ellos y para sus familias y muy distantes de un salario digno. Cada año los políticos de turno vuelven con su proverbial demagogia a hablar de los trabajadores para explicarles, en el lenguaje seudocientífico de la superstición neoliberal, que no se puede aumentar el salario mínimo, pues ello pondría en peligro el espectacular crecimiento del país. Ocultando el hecho, obvio, de que tal crecimiento son las utilidades del gran capital que se basa en la miseria de las mayorías. Los trabajadores en un Chile rico están obligados a entregar parte de sus salarios para la acumulación de riqueza de los inversionistas privados que devuelven pensiones miserables al final de una vida de esfuerzo.
La experiencia histórica hace evidente que una situación injusta e indigna en las relaciones laborales constituye un lastre para cualquier pretensión de construir una democracia moderna. El crecimiento económico, lo sabemos, no es sinónimo de desarrollo. Chile no ha avanzado en otorgarle dignidad al trabajo, los hombres y mujeres asalariados de este país han sido arrastrados a una cuasi esclavitud, domesticados por el consumo, los medios de comunicación y un sistema financiero que los mantiene endeudados. Los responsables primeros de esta realidad oprobiosa están aquí, entre nosotros. Muchos chilenos aspiramos a formas democráticas en que los trabajadores recuperen un lugar de dignidad en nuestra historia.
– El autor es Investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. Universidad ARCIS
Artículos Relacionados
La cabeza de Lula da Silva se entrega en bandeja a los golpistas
por Zainer Pimentel (España)
6 años atrás 6 min lectura
Mentiras deliberadas, muertes extrañas y agresión a la economía mundial
por Fidel Castro Ruz (Granma)
17 años atrás 29 min lectura
Abbott de mal en peor: el veto a Gajardo y sus reuniones con los abogados de Rossi y Longueira cuando era candidato a Fiscal Nacional
por EL MOSTRADOR
6 años atrás 5 min lectura
Las fuerzas armadas siguen siendo pinochetistas
por Enrique Villanueva M. (Chile)
7 años atrás 7 min lectura
Las condiciones de la lucha electoral para el anticapitalismo en Chile
por Andrés Figueroa Cornejo (Chile)
14 años atrás 7 min lectura
En la vía rápida hacia la autodestrucción, ¿existe aún la posibilidad de un futuro viable para el Estado de Israel?
por David Shulman (EE.UU.)
2 horas atrás
Si Israel quiere sobrevivir, física y espiritualmente, necesita sufrir colectivamente un cambio radical en su visión de la realidad y enfrentarse a algunos hechos desagradables, aunque obvios.
25 de abril de 1975: La revolución de los claveles
por piensaChile
3 horas atrás
Se ha dicho que las revoluciones tardías son las más radicales. Seis años después del Mayo del 68 francés, pero cuatro años antes de que se pusiera en marcha una movilización de masas en el Estado español, la Revolución de los Claveles desplazó a un régimen dictatorial que llevaba casi medio siglo en el poder.
En la vía rápida hacia la autodestrucción, ¿existe aún la posibilidad de un futuro viable para el Estado de Israel?
por David Shulman (EE.UU.)
2 horas atrás
Si Israel quiere sobrevivir, física y espiritualmente, necesita sufrir colectivamente un cambio radical en su visión de la realidad y enfrentarse a algunos hechos desagradables, aunque obvios.
La «paciencia estratégica» de Irán se eleva a disuasión seria
por Pepe Escobar (Desde Moscú)
5 días atrás
Los ataques de represalia de Irán contra Israel no se llevaron a cabo en solitario. Los socios estratégicos Rusia y China cubren las espaldas de Teherán, y su papel en el conflicto de Asia Occidental no hará sino crecer si EEUU no mantiene a Israel a raya.