Existen dos oficios tremendos, solitarios, silenciosos; ambos se descubren, apenas, por el sonido. Un ruidillo a veces imperceptible. El oficio de escribir por el rasgar el papel con pluma o lápiz (o por el golpe de las teclas), el del pintor por acariciar o agredir el lienzo —la madera, el muro o también el papel— con el pincel la espátula o la pura medición de la mirada. Lo demás es leyenda. O anécdota. El talento camina por otra calle.
Róbinson Avello —DiAvello en sus obras— camina por distintas calles. Las de su arte, sin duda —lo que hace pensar por qué no obtiene el merecimiento que se le debe—, pero también por esos senderos que llaman de la filosofía humana, que a menudo no es más que la resultante de la reflexión sobre el que hacer que manda la vida.
Avello no le teme al clima, carece de torre de marfil, no desdeña la exposición callejera de lo suyo, la charla cotidiana sobre cotidianidades, la crítica. Tampoco teme a la reflexión distante e inmediata sobre su trabajo. Muchos han adquirido sus obras en la calle, para precisar: en la Plaza de Armas [Plaza Mayor] de Santiago de Chile.
¿Se trata entonces de un artista callejero? Sí, del mismo modo como hubo artistas de cementerio, de abismos, de montañas o de olas.
Este dibujante y pintor, empero, no es autodidacta. Su primera incursión en los métodos en las artes plásticas, sus primeros pasos, los debe a la —desaparecida— Escuela de Educación Experimental Artística (participa del volumen de Memorias experimentalinas de próxima aparición), y los pasos finales de su formación académica los da en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile.
Y hay más: El año 2010 obtuvo el Premio Mercosur del 15º Salon Internacional Gran Premio Juanito Laguna, en Buenos Aires. No es el primero que recibe.
El vídeo, brevísimo (apenas 3.34 minutos), se ocupa de lo que los buenos modales mandan ocultar: la cara. Son rostros. Más exactamente una serie de dibujos sobre lo que hay detrás de la piel. Rostros que son experiencias, años, vidas, apariciones y desaparicione. Rostros que presenta la revista virtual de literatura Lakúma-Pusáki (www.poesias.cl) que dirige Miguel Moreno Duhamel.
*Fuente: Sur y Sur
Artículos Relacionados
Arauco y América tienen una pena
por movimiento autónomo de filosofía UC del Norte (Chile)
18 años atrás 2 min lectura
Más de 1,5 millones de familias norteamericanas viven con dos dólares diarios por persona
por Proyecto Censurado (EE.UU.)
9 años atrás 6 min lectura
Los sayanim, unos ciudadanos ordinarios que colaboran con el Mossad por "patriotismo"
por Silvia Cattori (Rebelión)
13 años atrás 19 min lectura
El buen político debería saber como son los elefantes
por Javier Cortines (España)
10 años atrás 4 min lectura
Siglo XX: profundo desprecio a los mapuches
por Felipe Portales (Chile)
1 año atrás 8 min lectura
«El pueblo unido jamas será vencido» un himno internacional de esperanza
por Medios
4 años atrás 1 min lectura
Urgente, hoy: Convocatoria por Julia Chuñil, ¡a lo largo de todo Chile!
por Resistencia
5 horas atrás
01 de octubre de 2025
Todos a la calle, en nuestra ciudad, en nuestro barrio. Que los asesinos sepan que no vamos a olvidar y que lucharemos, resistiremos, hasta verlos enjuiciados y en la cárcel.
En llamada telefónica intervenida, el empresario Juan Carlos Morstadt habría revelado el destino de Julia Chuñil
por Familia Chuñil Catricura (Chile)
1 día atrás
30 de septiembre de 2025
El principal sospechoso, Juan Carlos Morstadt Anwandter, en una interceptación telefónica autorizada, le dijo a su padre que a Julia Chuñil “la quemaron”.
Urgente, hoy: Convocatoria por Julia Chuñil, ¡a lo largo de todo Chile!
por Resistencia
5 horas atrás
01 de octubre de 2025
Todos a la calle, en nuestra ciudad, en nuestro barrio. Que los asesinos sepan que no vamos a olvidar y que lucharemos, resistiremos, hasta verlos enjuiciados y en la cárcel.
En llamada telefónica intervenida, el empresario Juan Carlos Morstadt habría revelado el destino de Julia Chuñil
por Familia Chuñil Catricura (Chile)
1 día atrás
30 de septiembre de 2025
El principal sospechoso, Juan Carlos Morstadt Anwandter, en una interceptación telefónica autorizada, le dijo a su padre que a Julia Chuñil “la quemaron”.