Articulos recientes

Al navegar en nuestro sitio, aceptas el uso de cookies para fines estadísticos.

Noticias

Opinión

La sabiduría de los tres monitos: «no veo, no escucho, no hablo»

Compartir:

El comandante en Jefe del Ejército del Uruguay, teniente
coronel Jorge Rosales, dijo que "hay nerviosismo entre los militares retirados
por la posible anulación de la Ley
de Caducidad". Esta ley aprobada más de veinte años atrás protege a los
militares que cometieron delitos de lesa humanidad durante la última dictadura
en Uruguay (1973-1984). No explican por qué se autoimplican de una forma tan
explícita en la violación de los Derechos Humanos.

¿Por qué habría yo de estar nervioso porque se juzguen las
violaciones a los Derechos Humanos perpetuadas por los arquitectos o los
profesores de literatura en mi país o alrededor del mundo? El problema no es
que hayan sido profesores, obreros o militares durante la dictadura sino,
simplemente, que hayan violado los Derechos Humanos de un solo individuo.

Dentro de esta misma confusión, el General Jorge Rosales
afirma que existe una "predisposición del consiente colectivo" hacia las
Fuerzas Armadas.

Eso hay forma de solucionarlo. Pero mientras no se sepa
quienes cometieron crímenes y nunca lo pagaron con un solo día de cárcel, y ni
siquiera han tenido el detalle de reconocerlo o ayudar un poco en la búsqueda
de los desaparecidos antes de pedir perdón, entonces la población podrá
desconfiar de cualquiera de los militares retirados. Los militares más jóvenes
sólo pueden ser acusados de apoyar la perpetuación el silencio y la impunidad,
pero hasta ahora nadie los ha acusado de ser responsables de los delitos que se
cometieron en el pasado. Ni siquiera se acusa a la institución.

Es decir, que la queja parte de un malentendido que los
mismo militares de hoy alimentan, no solo con su silencio sino ahora también
con declaraciones muy reveladoras de este tipo.

¿Por qué se insiste en enseñarnos que la paz se puede
alcanzar olvidando y perdonando a quienes nunca han sido juzgados y nunca se
han arrepentido de nada?

¿O es que en el fondo estamos de acuerdo en que a veces, en
determinadas circunstancias, es lícito secuestrar, torturar, asesinar para
evitar que otros lo hagan primero pero de forma no profesional?

¿No ha sido acaso ese mismo método (el olvido sistemático,
por ley, pro referéndum o por decreto) el que se ha aplicado desde el fin de la
dictadura y todavía no han logrado calmar la necesidad de justicia de los
familiares de las víctimas?

¿Es que acaso las víctimas deben agradecer "cierto grado" de
justicia? ¿Debemos acusarlos de revoltosos o de insaciables porque piden toda
la justicia o la misma justicia que tienen otros ciudadanos pertenecientes a
otros estamentos sociales? Porque cuando la ley no es igual para todos estamos
en una sociedad estamental, como en la Edad Media donde a cada clase social se le
aplicaban leyes diferentes; como en las actuales relaciones internacionales
donde los más fuertes siempre tienen la justicia de su lado.

¿Cómo explicarles a los jóvenes que la justicia siempre hace
descuentos especiales para criminales mayoristas? ¿Cómo explicarles a los más
viejos que la paz de los cementerios ha sido honrada con la paz de la
injusticia?

Compartir:

Artículos Relacionados

Deja una respuesta

WordPress Theme built by Shufflehound. piensaChile © Copyright 2021. All rights reserved.