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Entrevista con Hossam el-Hamalawy, periodista y bloguero egipcio

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– Traducido del inglés
para Rebelión por Germán Leyens y revisado por Caty R.

Hossam el-Hamalawy es un periodista y bloguero del sitio
3arabawy. Mark LeVine, profesor de la Universidad de California Irvine, logró contactar
con Hossam a través de Skype para conseguir un informe de primera mano sobre
los eventos que se desarrollan en Egipto.

¿Por qué fue
necesaria una revolución en Túnez para sacar a los egipcios a las calles en
cantidades sin precedentes?

En Egipto decimos que Túnez fue más un catalizador que un
instigador, porque las condiciones objetivas para un levantamiento existían en
Egipto y durante los últimos años la revuelta estaba en el aire. Por cierto, ya
logramos tener dos mini-intifadas o "mini-Túnez" en 2008. La primera fue un
levantamiento en abril de 2008 en Mahalla, seguida por otro en Borollos, en el
norte del país.

Las revoluciones no surgen de la nada. No tenemos
mecánicamente una mañana en Egipto porque ayer hubo una en Túnez. No es posible
aislar estas protestas de los cuatro últimos años de huelgas de trabajadores en
Egipto o de eventos internacionales como la intifada al-Aqsa y la invasión de
Iraq por EE.UU. El estallido de la intifada al-Aqsa fue especialmente
importante porque en los años ochenta y noventa el activismo en las calles
había sido efectivamente impedido por el gobierno como parte de la lucha contra
insurgentes islamistas. Sólo siguió existiendo en los campus universitarios o
las centrales de los partidos. Pero cuando estalló la intifada del año 2000 y
al Jazeera comenzó a transmitir imágenes de ella, inspiró a nuestra juventud a
tomar las calles, de la misma manera que hoy nos inspira Túnez.

¿Cómo se desarrollan
las protestas?

Es demasiado temprano para decir cómo se desarrollarán. Es
un milagro que continuaran ayer después de medianoche a pesar del miedo y la
represión. Pero habiéndolo dicho, la situación ha llegado a un nivel en el que
todos están hartos, seriamente hartos. E incluso si las fuerzas de seguridad
logran aplastar hoy las protestas no podrán aplastar las que sucedan la próxima
semana, o el próximo mes o más adelante durante este año. Definitivamente hay
un cambio en el grado de valentía de la gente. Al Estado le ayudó la excusa de
combatir el terrorismo en los años noventa para acabar con todo tipo de disenso
en el país, un truco utilizado por todos los gobiernos, incluido EE.UU. Pero
una vez que la oposición formal a un régimen pasa de las armas a protestas
masivas, es muy difícil enfrentar un disenso semejante. Se puede planificar la
liquidación de un grupo de terroristas que combate en los cañaverales, ¿pero
qué van a hacer ante miles de manifestantes en las calles? No pueden matarlos a
todos. Ni siquiera pueden garantizar que los soldados lo hagan, que disparen
contra los pobres.

¿Cuál es la relación
entre eventos regionales y locales en este país?

Hay que comprender que lo regional es local en este país. En
el año 2000 las protestas no comenzaron como protestas contra el régimen sino
más bien contra Israel y en apoyo de los palestinos. Lo mismo ocurrió con la
invasión estadounidense de Iraq tres años después. Pero una vez que sales a las
calles y te enfrentas a la violencia del régimen uno comienza a hacer
preguntas: ¿Por qué envía soldados Mubarak para enfrentar a manifestantes en
lugar de enfrentar a Israel? ¿Por qué exporta cemento a Israel para que lo
utilice para construir asentamientos en lugar de ayudar a los palestinos? ¿Por
qué la policía es tan brutal con nosotros cuando sólo tratamos de expresar
nuestra solidaridad con los palestinos de manera pacífica? Y así los problemas
regionales como Israel e Iraq pasaron a ser temas locales. Y en pocos
instantes, los mismos manifestantes que coreaban consignas pro palestinas
comenzaron a hacerlo contra Mubarak. El momento decisivo específico en términos
de protestas fue 2004, cuando el disenso se volvió interior.

En Túnez los sindicatos jugaron un papel crucial en la
revolución, ya que su amplia y disciplinada membresía aseguró que las protestas
no pudieran aplastarse facilmente y las confirió una organización. ¿Cuál es el
papel del movimiento de los trabajadores en Egipto en el actual levantamiento?

El movimiento sindical egipcio fue bastante atacado en los
años ochenta y noventa por la policía, que utilizó munición de guerra contra
huelguistas pacíficos en 1989 durante huelgas en las plantas siderúrgicas y en
1994 en las huelgas de las fábricas textiles. Pero desde diciembre de 2006
nuestro país vive continuamente las mayores y más sostenidas olas de acciones
huelguísticas desde 1946, detonadas por huelgas en la industria textil en la
ciudad de Mahalla en el Delta del Nilo, centro de la mayor fuerza laboral en
Medio Oriente con más de 28.000 trabajadores. Comenzó por temas laborales pero
se extendió a todos los sectores de la sociedad con la excepción de la policía
y las fuerzas armadas.

Como resultado de esas huelgas hemos logrado obtener 2
sindicatos independientes, los primeros de su clase desde 1957, el de los
cobradores de contribuciones de bienes raíces, que incluye a más de 40.000
empleados públicos y el de los técnicos de la salud, más de 30.000 de los
cuales lanzaron un sindicato el pasado mes fuera de los sindicatos controlados
por el Estado.

Pero es verdad que hay una diferencia importante entre
nosotros y Túnez, y es que aunque era una dictadura, Túnez tenía una federación
sindical semiindependiente. Incluso si la dirigencia colaboraba con el régimen,
los miembros eran sindicalistas militantes. De manera que cuando llegó la hora
de huelgas generales, los sindicatos pudieron sumarse. Pero aquí en Egipto
tenemos un vacío que esperamos llenar pronto. A los sindicalistas independientes
ya los han sometido a cazas de brujas desde que trataron de establecerse; ya
hay procesos iniciados contra ellos por los sindicatos estatales y respaldados
por el Estado, pero se siguen fortaleciendo a pesar de los continuos intentos
de silenciarlos.

Por cierto, en los últimos días la represión se  ha dirigido contra los manifestantes en las
calles, los cuales no son necesariamente sindicalistas. Esas protestas han
reunido a un amplio espectro de egipcios, incluidos hijos e hijas de la elite.
De modo que tenemos una combinación de pobres y jóvenes de las ciudades junto
con la clase media y los hijos e hijas de la elite.

Pienso que Mubarak ha logrado agrupar a todos los sectores
de la sociedad con la excepción de su círculo íntimo de cómplices.

La revolución
tunecina se ha descrito como muy encabezada por la "juventud" y dependiente
para su éxito de la tecnología de las redes sociales como Facebook y Twitter. Y
ahora la gente se concentra en la juventud en Egipto como un catalizador
importante. ¿Se trata de una "intifada juvenil" y podría tener lugar sin
Facebook y otras nuevas tecnologías mediáticas?

Sí, es una intifada juvenil en la calle. Internet sólo juega
un papel en la difusión de la palabra y de las imágenes de lo que sucede en el
terreno. No utilizamos Internet para organizarnos. Lo utilizamos para dar a
conocer lo que estamos haciendo sobre el terreno con la esperanza de animar a
otros para que participen en la acción.

Como habrá oído, en
EE.UU., el presentador de programas de entrevistas Glenn Beck ha atacado a una
académica ya mayor, Frances Fox Piven, por un artículo que ella escribió
llamando a los desocupados a realizar protestas masivas por los puestos de
trabajo. Incluso ha recibido amenazas de muerte, algunas de gente sin trabajo
que parece más feliz fantaseando sobre dispararle con una de sus numerosas
armas que por luchar realmente por sus derechos. Es sorprendente pensar en el
papel crucial de los sindicatos en el mundo árabe actual, teniendo en cuenta
las más de dos décadas de regímenes neoliberales en toda la región cuyo
objetivo primordial es destruir la solidaridad de la clase trabajadora. ¿Por
qué han seguido siendo tan importantes los sindicatos?

Los sindicatos siempre son el remedio mágico contra
cualquier dictadura. Mire a Polonia, Corea del Sur, América Latina o Túnez. Los
sindicatos siempre fueron útiles para la movilización de las masas. Hace falta
una huelga general para derrocar una dictadura, y no hay nada mejor que un
sindicato independiente para hacerlo.

¿Hay un programa
ideológico más amplio tras las protestas, o sólo librarse de Mubarak?

Cada cual tiene sus razones para salir a las calles, pero yo
supongo que si nuestro levantamiento tiene éxito y derrocamos a Mubarak
aparecerán divisiones. Los pobres querrán impulsar a la revolución a una
posición mucho más radical, impulsar la redistribución radical de la riqueza y
combatir la corrupción, mientras que los denominados reformistas quieren poner
frenos, presionar más o menos por los cambios "desde arriba" y
limitar un poco los poderes pero mantener alguna esencia de Estado.

¿Cuál es el papel de la Hermandad Musulmana
y cómo impacta en la situación el hecho que permanezca distante de las actuales
protestas?

La
Hermandad ha sufrido divisiones desde el estallido de la
intifada al-Aqsa. Su participación en el Movimiento de Solidaridad con
Palestina cuando se enfrentó con el régimen fue desastrosa. Básicamente, cada
vez que sus dirigentes llegan a un compromiso con el régimen, especialmente los
acólitos del actual guía supremo, desmoralizan a sus cuadros de base. Conozco
personalmente a numerosos jóvenes hermanos que abandonaron el grupo, algunos de
ellos se han unido a otros grupos o siguen independientes. A medida que crece
el actual movimiento callejero y la dirigencia inferior participa, habrá más
divisiones porque la dirigencia superior no puede justificar por qué no forma
parte del nuevo levantamiento.

¿Cuál es el papel de
EE.UU. en este conflicto? ¿Cómo ve la gente en la calle sus posiciones?
Mubarak es el segundo beneficiario de la ayuda exterior de EE.UU., después
de Israel. Se le conoce como el matón de EE.UU. en la región; es uno de los
instrumentos de la política exterior estadounidense, que implementa su programa
de seguridad para Israel y el flujo sin problemas del petróleo mientras
mantiene a raya a los palestinos. De modo que no es ningún secreto que esta
dictadura ha gozado del respaldo de gobiernos de EE.UU. desde el primer día,
incluso durante la engañosa retórica pro democracia de Bush. Por lo tanto no
hay que sorprenderse ante las risibles declaraciones de Clinton que más o menos
defendían el régimen de Mubarak, ya que uno de los pilares de la política
exterior de EE.UU. es mantener regímenes estables a costa de la libertad y los
derechos cívicos.

No esperamos nada de Obama, a quien consideramos como un
gran hipócrita. Pero esperamos que el pueblo estadounidense -sindicatos,
asociaciones de profesores, uniones estudiantiles, grupos de activistas,- se
pronuncien en nuestro apoyo. Lo que queremos es que el gobierno de EE.UU. se
mantenga completamente fuera del asunto. No queremos ningún tipo de respaldo,
simplemente que corte de inmediato la ayuda a Mubarak y retire el respaldo, que
se retire de todas las bases en Medio Oriente y deje de apoyar al Estado de
Israel.

En última instancia, Mubarak hará todo lo que tenga que
hacer para protegerse. De repente adoptará la retórica más anti-estadounidense
si piensa que pueda ayudarle a salvar el pellejo. A fin de cuentas está
comprometido con sus propios intereses y si piensa que EE.UU. no lo apoyará, se
volverá en otra dirección. La realidad es que cualquier gobierno realmente
limpio que llegue al poder en la región llegará a un conflicto abierto con
EE.UU. porque llamará a una redistribución racional de la riqueza y a terminar
con el apoyo a Israel y a otras dictaduras. De modo que no esperamos ninguna
ayuda de EE.UU. Sólo que nos dejen en paz.

– El autor, Mark
LeVine, es profesor de historia en la Universidad de California Irvine e investigador
visitante senior en el Centro de Estudios de Medio Oriente en la Universidad Lund
en Suecia. Sus libros más recientes son Heavy Metal Islam (Random House) e
Impossible Peace: Israel/Palestine Since 1989 (Zed Books).

– Entrevista publicada originalmente en Aljazeera.net

*Fuente para piensaChile: Rebelión

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