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«Los desaparecidos de El Aaiún ya están muertos»

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El teléfono de la activista saharaui Aminatou Haidar no para
de sonar y lo único que llegan son noticias, y muy malas, desde El Aaiún. Cada
vez que cuelga, Aminatou abre mucho los ojos y comienza con un: "Han
detenido a" o relata los horrores que llegan desde el Sáhara ocupado.
"¡Mujeres y niños muertos, tirados en un camión!", exclama, mientras
a su lado escucha atentamente su abogada, Inés Miranda.

Hace justo un año, el 15 de noviembre de 2009, Haidar
comenzó una huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote tras haber sido
expulsada por las autoridades marroquíes de El Aaiún, la capital del Sáhara
ocupado. Su avión fue devuelto a la isla canaria, y allí, durante 32 días,
Haidar echó un pulso al Gobierno español y al marroquí que terminó con el
regreso de la saharaui a su hogar. Estos días, la activista se encuentra en Las
Palmas, procedente de Portugal, y donde el sábado pasado atendió a este diario.

Haidar, a pesar de los dolores que tiene de una reciente
intervención en la boca, responde a todas las llamadas, pide ir a un lugar con
televisor para ver Informe Semanal y en cuanto puede se conecta a internet para
enseñar vídeos, correos y fotos que dan cuenta de la violencia empleada por
Marruecos en la ex colonia española. Una mujer canaria, al reconocerla, va
corriendo a una tienda y le regala unos bombones. "Para que este duro
momento se haga más dulce", le dice cariñosa.

Servilismo con Marruecos
Ha pasado un año entre las dos crisis, la de la huelga de
hambre y la del desmantelamiento violento del Campamento Dignidad y Haidar ve
una gran diferencia: "El año pasado estábamos hablando de la vida de una
sola persona. Ahora se trata de una masacre, de la muerte de mujeres, de bebés,
a tan sólo 100
kilómetros de Canarias". La similitud la encuentra
rápido: "La actitud complaciente del Gobierno español con Marruecos".
"Y el abismo que hay entre el Ejecutivo, que se niega a condenar los
hechos, y el respeto a los derechos humanos en la zona por la que está clamando
la sociedad española. El Gobierno va por un lado y los ciudadanos por
otro", agrega.

Ese "servilismo" de España con Marruecos,
"que va a terminar creyéndose que es una superpotencia", es lo que no
termina de entender esta saharaui. "¿Solamente por un interés
económico?", duda Haidar. La negativa del Ejecutivo a emitir una condena
porque los datos de las víctimas son "contradictorios" es lo que más
le enerva. "¿Quién se va a creer que en el desmantelamiento de un
campamento con 20.000 personas no va a haber apenas muertos?", se enfada,
y contrarresta con lo que le llega desde la tierra ocupada. "Un hombre fue
a buscar a un familiar a la morgue de un hospital y vio una lista con 37
muertos", explica. Luego están los heridos, curándose en las casas, los
encarcelados y los desaparecidos: "No hay desaparecidos. Los desaparecidos
directamente están muertos".

La situación que se vive en El Aaiún es "de auténtico
terror", con jóvenes que no pueden salir de casa, ni ir a clase a
estudiar. Bucharaya Beyun, delegado del Frente Polisario en España, afirmó
recientemente en una entrevista que, si la ONU no interviene, esos jóvenes saharauis pueden
ser captados por Al Qaeda del Magreb, algo que no comparte Aminatou: "Los
saharauis son pacíficos y lo han demostrado durante años. A pesar de la
represión, de las torturas, del hostigamiento, jamás han atentado contra los
marroquíes", señala esta activista pacifista a la que le horroriza el
hecho de pensar en una posible guerra.

Aminatou regresará dentro de poco a El Aaiún, pero no quiere
concretar una fecha. "Cuando llegue, hay dos opciones: o que me detengan o
el arresto domiciliario. Hay activistas que piensan que es mejor que me quede
fuera del Sáhara, donde podré hacer público mi testimonio", dice.

*Fuente: Público.es

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