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La verdad de Enrique Villanueva Molina

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En el año 1997, cuando muchos de nosotros estábamos recién comenzando a
consolidar nuestras vidas en el nuevo escenario político y se comenzaban
a ver los primeros frutos profesionales, laborales y económicos, un día
cualquiera, vemos el nombre de Enrique Villanueva Molina entregado a
los medios de prensa (incluso con características físicas y dirección
laboral), como delator e informante de la “oficina”. El organismo más
repudiado y aborrecido por quienes durante todo el periodo de lucha
contra la dictadura, estuvimos en las calles luchando por la libertad,
democracia y justicia. Fue fuerte, muy fuerte. Pensamos en salir al paso
de la acusación, pero nos sentimos muy débiles: nuestras hijas estaban
muy pequeñas, no contábamos con ningún apoyo político partidista, no
contábamos con base económica, pero especialmente fueron dos las razones
que más pesaron:

1. Muchos de los aparatos de inteligencia de la dictadura estaban aun intactos y

2. Nos enteramos que bajo esa misma acusación, se había asesinado a Iván
Figueroa, Gregorio, el año anterior, supuestamente en Argentina.

Solo días después, ya habían seguimientos. Recurrimos al Fasic, quienes
le aconsejan salir rápidamente del país, porque en la posición que lo
habían dejado, “se abría la temporada de caza, habiendo un solo pato
como objetivo”.

Es en ese contexto que sale del país, solo, cuando no existía
judicialmente ninguna orden en su contra, gracias a la ayuda de un amigo
uruguayo que tenía una agencia de viajes y facilita los pasajes. Nos
acompaño ese día un hermano, un hermano de toda la vida.

Para el ideario colectivo, especialmente el de izquierda, se fue sin dar
explicaciones, sin dar la cara, se fue huyendo, lo que es cierto. Huye
por miedo a que lo maten, pero se asume que huye porque es culpable,
porque es un traidor.

Y de ahí en adelante, se tejen todo tipo de historias: que lo saca la
oficina porque tenía orden de detención, que lo echan de Cuba, que le
encuentran trabajo en Venezuela, que por su culpa caen Los Queñes, que
entrego a la mitad del Frente, que lo vieron trabajando en la Moneda,
que era infiltrado de la fuerza aérea, que se paseaba por recintos
policiales los 90, etc, etc, etc, seguramente ustedes saben unas cuantas
más.

Con los años aparecen “testigos” : López Candía y toda la red que se
monta en su entorno. A este festín se suman los resentimientos por la
separación del FPMR con el PC, otros ex FFAA que nunca simpatizaron con
él, los “ante la duda abstente” y se consolida el repudio colectivo.

No existe una acusación más grave y más exterminadora que ser un
traidor, un delator. Inmediatamente uno se ubica en la acera de
enfrente, lo más lejos posible. Es una especie de asesinato social,
político y moral. Desde ese momento se propuso (como buen ex militante
PC) que su comportamiento, conducta y hechos concretos, demostraran más
que las palabras, lo falsas y aberrante de las acusaciones. Volvió a
construir un entorno profesional donde una vez más ayudo a quien pudo,
volvió a partir de cero como en los noventa, volvió a incorporar como
estudiantes a muchos ex.

Decidimos regresar porque nada tiene que ocultar o de que avergonzarse y
porque tenemos el derecho de vivir en nuestro país. Aquí construyo
redes educativas con viejos cracs de izquierda y con amigos nuevos que
le brindaron su aprecio y confianza. Se volvió a validar profesional y
personalmente como quien es y ha sido toda una vida. Acepto de corazón,
las disculpas de unos cuantos que se sintieron en deuda con el por haber
creído en la operación de inteligencia que se monto en su contra.

Hoy, está dando la pelea que no pudo dar hace 13 años. Esta vez no fue a
ninguna parte (pudiendo haberlo hecho). Las dos fuertes razones ya no
tienen el mismo peso, además las niñas están más grandes (y tienen el
ADN de su padre), y lo más importante: desde los 15 años que comienza su
vida en la Fach, hasta el día de hoy, no tiene nada de qué
avergonzarse, por el contrario, ha sido un valiente luchador, de lo cual
nos sentimos profundamente orgullosos.

Ustedes, que han sido parte en algún momento de su historia, son sus
principales testigos, no tenemos los medios de comunicación de la
derecha, no tenemos el bufete de abogados UDI-RN-Gobierno. No tenemos
los recursos materiales que ellos manejan. La información está
totalmente manipulada, sesgada de una forma descarada y abiertamente
controlada. Se publican declaraciones absolutamente contrarias a lo que
realmente se dijo, para crear el clima de culpabilidad, de duda
(testigos con prestigio en la izquierda hablan a favor y publican que lo
dañaron, Rodolfo Maturana).

Se habla de cuatro testigos que lo ubican como informante:
López Candía, visitado por la DINE en su encarcelamiento, chofer de
Ramiro el periodo previo a su detención, que dice el 97 ser jefe de
Enrique.
L.Toltoweca(algo asi), delincuente común, compañero de celda de Lopez
C., que dice haber visto la recepción de dinero el 92 de Enrique a Lopez
Candia, ya que Enrique seria el jefe de Lopez Candia.
Jesús Silva, expulsado de investigaciones el 94 por problemas
psiquiátricos, preso por asalto, que dice verlo entrar y salir varias
veces de dependencias de investigaciones el 97 y
Jorge Barraza, pasado turbio: Estuvo en la CNI y participo en el AGA
.
Pero nada se dice de todos los funcionarios y testigos de la oficina que
dicen nunca haberlo visto. Y de los testigos que lo vieron y admiraron
en el AGA, en el Hospital Militar con su parálisis. Sí JAMAS se quebró
en esos tiempos, ¿lo haría el 92 por dinero??? . Pregunten, investiguen y
verán los entramados que existen que cierran un circulo que inicia la
DINE y termina con el asesinato de Guzmán. Esto es muy grande, muy
montado, a medida que vamos citando testigos, se esta tejiendo toda una
red donde algunos si sabían y otros participaron y cayeron por
voluntarismo. (Les mantendré informados)

Hemos sido abiertamente críticos con la Concertación, sus pactos y
acuerdos que dejaron fuera de esta construcción social a mucha gente que
lucho por una sociedad mejor y no por la continuidad del sistema. Hemos
aborrecido algunos métodos que usaron, como la famosa oficina, por lo
cual es entendible que tomen palco en este circo romano.

Pero estamos nosotros, todos los transversales de esta historia que
comienza a los 15 años de un joven que entra a la FACH para salir de su
casa y termina enamorándose de los aviones. Que fue torturado en el AGA,
preso político y exiliado, estudiante y trabajador de los oficios más
increíbles en Inglaterra, combatiente internacionalista, fundador junto a
otros, del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, Vocero internacional de
la lucha contra la dictadura, dirigente clandestino en Chile,
semi-clandestino, trabajador en una empresa de computación, profesor por
2 horas semanales, emprendedor de proyecto retornados quebrado a los 3
años, profesor por media jornada y hoy académico. Largo el camino, muy
largo. Muchas veces se ve a las personas donde están, pero nadie sabe lo
difícil que fue llegar allí, sobre todo cuando lo que se construye se
hace sin transar ni los principios ni los valores.

Ustedes saben de qué madera esta hecho, ustedes si saben quien es Enrique Villanueva Molina.

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