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Los trabajadores contra la privatización de Correos de Chile

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La empresa de Correos es más antigua que la República de Chile. Tiene
260 años. Fue la primera entidad que se estableció oficialmente en lo
que después sería un país independiente de la Corona Española. En sus
tiempos primeros la correspondencia se trasladaba en caballos y mulas. A
esta hora, trágicamente, se encuentra a maltraer y sobrevive gracias al
empeño de sus trabajadores. Y está al borde de la privatización.

Los intentos privatizadores de la dictadura

Hasta 1982, la empresa estatal se llamaba Correos y Telégrafos de Chile.
Sin embargo, en plena dictadura, durante la época antipopular de los
ajustes estructurales y las enajenaciones a precio de huevo de la
propiedad fiscal, Pinochet impuso el Decreto con Fuerza de Ley número
10. El DFL 10 inventó la empresa Correos de Chile y la parte telegráfica
fue traspasada a Telex Chile, la cual, a su vez, se vendió poco después
y en la actualidad es la privada Chilexpress. Al tirano le faltó tiempo
y fuerza para privatizar toda la empresa de Correos debido a las
potentes huelgas de los trabajadores ofrecidas entre 1988 y 1989.

Trabajadores presionan para negociar unificadamente

Ahora los trabajadores de Correos de Chile enfrentan una negociación
estratégica con la empresa. Para ello han logrado concretar la
denominada Unidad Sindical, que agrupa a cuatro de los cinco sindicatos
de la empresa. El Presidente del Sindicato Nacional Nº 1, Flavio Garrido
Sepúlveda, explica que “existía la necesidad de tener una mirada única
para encarar la negociación. La Unidad Sindical se dio, sobre todo, por
la propia presión desde abajo de los trabajadores. Fue un proceso largo y
el acuerdo se tradujo inmediatamente en enviar una comunicación a la
empresa, indicándole nuestra decisión de negociar en conjunto, en una
misma mesa, y con la condición de que fuera una negociación reglada, es
decir, con derecho a fuero y a huelga. Como era de esperar, la empresa
respondió negativamente, pero además nos solicitó por separado que
postergáramos la fecha de negociación por 60 días, aludiendo de que con
el cambio de gobierno, el directorio de la empresa no estaba preparado.”

Unidad Sindical representa alrededor del 98 % de los trabajadores de
Correos (cinco mil). Todos los asalariados son de planta y los
trabajadores externos carecen de representación y organización sindical.
Y más allá de que los sindicatos deberán negociar diferenciadamente en
los tiempos, todos los dirigentes de Unidad Sindical participarán del
conjunto de las negociaciones.

Juan Arcos, el indeseable

Como suele ocurrir en estos casos, hace tres semanas, sospechosamente
“surgió” la idea de crear un nuevo sindicato, promovido por un ex
dirigente sindical. Se trata de Juan Arcos, quien ya fuera censurado por
los propios trabajadores en 2006 a causa de que en la negociación de
ese año, los empleados votaron la huelga ante la magra oferta de la
empresa, y Juan Arcos, pese a lo anterior, firmó el contrato colectivo a
espaldas de los trabajadores. Pero eso no es todo. El 2002, el mismo
Juan Arcos fue uno de los responsables directos del despido de 1800
personas, en el marco de otra negociación tras bambalinas. Flor de
personaje.

Correos de Chile: Sólo deberes

Hoy, el presidente del Servicio de Empresas Públicas (SEP) es Sergio
Guzmán, y la cabeza del directorio de Correos es Domingo Cruzat (ex
gerente de BellSouth).

Según el dirigente Flavio Garrido, “la empresa quiere vendernos la idea 
de que hay que modificar la Ley Postal, porque para ellos
obstaculizaría la posibilidad de realizar nuevos negocios. Pero mi
Sindicato cree que si hay que modificar la ley, debe ser para ampliar la
cobertura de la empresa –la actual ley no nos permite competir con los
correos privados, como el correo híbrido o digital, por ejemplo-. Pasa
que el DFL 10 contiene el objeto de la empresa, esto es, todo lo que
podemos y no podemos hacer. Y su naturaleza está concentrada
especialmente en el Artículo 2, donde el directorio le agregó que
‘además la Empresa Correos de Chile podrá ofrecer en franquicia a
empresas nacionales o trasnacionales la marca Empresa Correos de Chile’.
Obviamente, nosotros nos oponemos a esa letra porque en la práctica,
entrega a manos privadas la parte postal de Correos, la cual corresponde
a un 80 % de los ingresos de nuestro trabajo y el de la institución. De
este modo, el directorio de la empresa (tanto el del pasado gobierno,
como el de ahora) busca entregarla a los privados. Y nosotros queremos
que se amplíe el giro del negocio, pero nunca regalar nuestro servicio
postal en forma de franquicia u otra fórmula”.

Los trabajadores concentran fuerzas e inteligencia para crear una ley
para las empresas privadas de correspondencia que, en definitiva, regule
el mercado del sector. Actualmente existen 400 correos privados, de los
cuales, 20 se presentan como más sólidos.  Flavio Garrido dice que
“aquí nos encontramos con correos familiares (donde trabaja una familia,
lo que muchas veces involucra trabajo infantil), y en los correos más
estructurados, se generan trabajadores sin derechos y precarizados. Con
la existente desregulación, los correos privados no tienen obligaciones,
a diferencia de Correos de Chile que está sujeta a los convenios
históricos provenientes de la Unión Postal Universal ( La UPU es un
organismo especializado en las Naciones Unidas. Tiene como objetivo 
afianzar la organización y el mejoramiento de los servicios postales,
participar en la asistencia técnica postal que soliciten los países
miembros y fomentar la colaboración internacional en materia postal. La
UPU fija tarifas, límites máximos y mínimos de peso y tamaño, así como
las condiciones de aceptación de la correspondencia, establece
reglamentos aplicables a esta  y a objetos cuyo transporte requiere
preocupación especial, como sustancias infecciosas y radioactivas). Si
Correos de Chile tiene un ciudadano que vive literalmente en la punta
del cerro, tenemos que llegar hasta allí sí o sí. En cambio, un correo
privado puede negarse a cumplir esa labor con el argumento de que los
costos se le disparan Y no tiene ninguna obligación al respecto. Además,
ellos tienen un tarifado libre. Nosotros, en cambio, tenemos que
negociar con el gobierno las tarifas, porque debemos garantizar a todo
el mundo el acceso a los servicios de correos y a la carta. Los
privados, no”.

La UPU exige mediante tratados entre Estados que se cautele la
confidencialidad, seguridad y certificación de la correspondencia. No
así a los privados. Ellos, de hecho, no están facultados para entregar
cartas certificadas. Es más; los correos privados funcionan como
Sociedades Anónimas de Responsabilidad Limitada y se rigen por la Ley de
Sociedades Comerciales. Sólo Correos de Chile está compelida a aplicar
la legislación sobre sustancias peligrosas.

Como si no bastara, Correos de Chile está obligado a recibir
correspondencia de los correos privados a tarifas similares a las del
público general. Entonces sucede que un correo privado puede cobrar, por
ejemplo, $ 210 pesos por carta a una persona, mientras Correos de Chile
sólo cobra $ 200. El privado le asegura al cliente que la carta llegará
invariablemente, parte a Correos de Chile –que ya es más barato- y
además solicita una  rebaja por el volumen de depósitos que hace. El
negocio para el privado es redondo.

Flavio Garrido señala que los privados “alegan que en Correos de Chile
no pagamos impuestos y ellos sí. Pero Correos desembolsa tres veces el
IVA por ley (47 %)”.

Y el 2009, Correos de Chile entregó al Estado 4 mil millones de pesos en
utilidades.

Los dientes de la privatización

El Presidente del Sindicato Nacional Nº 1 indica que la privatización
“perjudicaría a toda la ciudadanía, pero en especial a los más pobres y a
quienes viven en los lugares más alejados del país”.

Flavio Garrido informa que “Correos de Chile está en desmedro frente al
mercado. El DC, Sergio Henríquez dirigió la empresa durante los
gobiernos de la Concertación y hoy, con Piñera, sigue perteneciendo al
directorio. Y el gerente general, el socialista Patricio Tapia
Santibáñez, continúa en la plana mayor de la institución”.

Por su parte, el abogado del Sindicato, Guillermo Garrido se refiere a
algunos casos escandalosos en torno a la empresa cuando cuenta que “el
Sistema Tecnológico Postal es un software que sirve para el proceso de
recepción de ventas. Se compró en España al cuñado de Ricardo Lagos por 5
millones de dólares. El producto nunca funcionó. Y el último
despilfarro sucedió durante la inauguración  de la planta tecnológica
postal de Renca (Centro de Envío Postal de Renca), donde Michelle
Bachelet cortó la cinta en noviembre de 2009, en plena campaña
electoral, de un producto que no tenía software. Como no funcionó,
Patricio Tapia mandó a sus cinco mejores ejecutivos a recorrer Europa
buscándolo, con todos los gastos pagados. En este proyecto se gastaron
20 millones de dólares. Por estos casos, el Sindicato Nº 1 ha solicitado
una fiscalización de las cuentas de la empresa a la Contraloría General
de la República. Hasta hoy no hay respuesta. Esto habla de una pésima
gestión”.

Flavio asegura que en Chile es más fácil “poner un correo privado que
una botillería”.

El abogado Guillermo Garrido complementa que Correos de Chile “tiene más
gerencias y subgerencias que Codelco o cualquier empresa pública,
porque se empleó la empresa para pagar favores políticos. Hay analistas
que ganan 2 millones de pesos, y se la llevan analizando lo que ya está
analizado por una empresa externa a la cual ya se le canceló el
análisis. Aquí existe una expoliación de los fondos públicos, un abuso
contra  los bienes fiscales   de una manera grosera. A la empresa le
sale más barato despedir a 100 trabajadores que a un gerente. La lógica
de la empresa no va ni siquiera por disminuir los costos operativos,
sino por el lado de echar gente para externalizar servicios, licitando
el ejercicio de la actividad postal en algunas comunas de más difícil
trabajo. Ello se da mucho en las regiones. Así abaratan derechos y
conquistas de los trabajadores”.

Reivindicaciones,  movilización, cartas de amor

En Correos de Chile casi la mitad de los trabajadores rentan entre 165
mil pesos y 265 mil pesos (309 dólares / 458 dólares). Y 1013 empleados 
obtienen entre 265 mil pesos y 365 mil pesos. Las demandas centrales de
las organizaciones sindicales ante el proceso de negociación colectiva
tienen que ver con garantizar la estabilidad laboral de los asalariados,
y que a los trabajadores del primer tramo se les reajuste el salario en
43 mil pesos (80 dólares). En esa franja se encuentran esencialmente
los operadores y carteros. Asimismo, los empleados reivindican el bono
anual de 4,75 sueldos que está consagrado en el artículo 50 del Código
Laboral.

Flavio Garrido indica que el proyecto unitario “se presentó en junio. Si
la empresa responde negativamente es probable que los trabajadores
comiencen a movilizarse los primeros días de julio. Como el proyecto es
único, pero los tiempos de negociación son diferenciados, en agosto
todos vamos a tener derecho a huelga efectiva”.

Flavio relata que la empresa intenta sistemáticamente desmotivar a los
trabajadores respecto del apoyo a la Unidad Sindical, ocupando a las
jefaturas directas para dañar la moral de los socios.

-¿Qué tipo de correspondencia distribuye Correos de Chile?

“Casi la misma de toda la vida. El correo electrónico todavía no logra
sustituir documentos legales importantes, correspondencia certificada,
encomiendas, cuentas de casas comerciales, etc.”

-¿Y qué pasa con las cartas de amor?

“Aún se envían. La cantidad es poca porque, entre otras cosas, los niños
ya casi ni escriben. Para enmendar en parte ello, nosotros ofrecemos
charlas en las escuelas. La carta de amor que se manda por correo es
aquella que se atesora sin tiempo, y jamás se desecha como un e-mail”.

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