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Fármacos psiquiátricos y niños pobres

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Los niños cubiertos por Medicaid son mucho más propensos a que les
prescriban fármacos antipsicóticos que los niños cubiertos por un seguro
privado, y los niños cubiertos por Medicaid tienen una probabilidad
mayor de que les prescriban estos medicamentos, aun sin presentar
síntomas psicóticos. Esto es lo que publicó el 19 mayo del 2010 el
Journal of American Medical Association (JAMA) en el artículo: "Studies
Shed Light on Risks and Trends in Pediatric Antipsychotic Prescribing”
(Unos estudios arrojan luz sobre los riesgos y las tendencias a
prescribir antipsicóticos pediátricos).

Investigadores de la Universidad de Rutgers y de la Universidad de
Columbia encontraron que los niños y adolescentes cubiertos por Medicaid
tenían cuatro veces más probabilidades de recibir un antipsicótico que
los que disponían de un seguro privado en el año 2004. Entre las
personas de 6 a 17 años que estaban cubiertos por Medicaid, a un 4,2 por
ciento se les prescribió al menos un medicamento antipsicótico. Por el
contrario, entre los que en ese mismo grupo de edad tenían seguro
privado, se les prescribió menos de un uno por ciento de antipsicóticos.
Casi la mitad de estos pacientes pediátricos cubiertos por Medicaid que
reciben fármacos antipsicóticos tenía el diagnóstico del trastorno de
hiperactividad por déficit de atención (TDAH) o algún otro trastorno de
comportamiento perturbador. Por el contrario, de los pacientes con
seguro privado pediátrico que recibieron antipsicóticos, aproximadamente
sólo una cuarta parte fueron diagnosticados con TDAH o algún otro
trastorno de comportamiento perturbador.
 
El último número de JAMA también publica informes preocupantes sobre
otro estudio publicado a principios de este año en la revista
Pediatrics. Este estudio, realizado por Robert Penfold del Departamento
de Población de Medicina en la Harvard Medical School y el Harvard
Pilgrim Health Care Institute, examinó el uso del antipsicótico Geodon
(ziprasidona) en pacientes pediátricos cubiertos por Medicaid en
Michigan en el 2001. De los pacientes pediátricos que habían sido
diagnosticados con un trastorno psiquiátrico y que habían recibido
Geodon, sólo el 53,3 por ciento tenían en realidad un diagnóstico de
psicosis. Los otros niños que recibieron Geodon tenían uno o más de los
siguientes diagnósticos: el 24,1 por ciento fueron diagnosticados con
trastorno de la personalidad explosiva, el 17,6 por ciento fueron
diagnosticados con trastorno depresivo, y el 13,1 por ciento de estos
niños a quienes se prescribió Geodon tenía un trastorno de oposición
desafiante (ODD). ¿Qué se necesita exactamente para obtener un
diagnóstico de ODD? Cuatro de los ocho siguientes síntomas deben
persistir durante al menos seis meses:
 
• A menudo pierde los estribos.
• A menudo discute con adultos.
• A menudo desafía activamente o se niega a atender las peticiones de
adultos o de las normas.
• A menudo hace las cosas deliberadamente para molestar a otras
personas.
• A menudo culpa a otros de sus errores.
• A menudo es susceptible o fácilmente molestado por otros.
• Con frecuencia está enojado y resentido.
• Con frecuencia es rencoroso o vengativo.
 
En otras palabras, a un gran número de niños cubiertos por Medicaid les
son prescritos los principales y peligrosos físicamente fármacos
antipsicóticos y tranquilizantes por ser rebeldes. Pero la cosa es aún
peor: el artículo de Pediatrics informa que casi un tercio de los
pacientes pediátricos cubiertos por Medicaid que recibieron Geodon no
tenían ningún diagnóstico psiquiátrico.
 
Los antipsicóticos tienen efectos físicos muy peligrosos. El artículo de
JAMA se refiere a un anterior estudio de la misma revista en 2009 hecho
por el médico Christoph Correll que examinó los efectos adversos de los
fármacos antipsicóticos en pacientes con edades comprendidas entre 4 y
19 años que fueron atendidos en las clínicas en Queens, Nueva York,
entre diciembre de 2001 y septiembre de 2007. Después de tres meses,
estos antipsicóticos causaron un aumento de peso severo y rápido a los
pacientes al ganar entre 4,4 kg y 8,5 kg después de una media de 10,8
semanas, mientras que un grupo de control sólo ganaron 0,2 kg de
promedio. El uso de los antipsicóticos Zyprexa (olanzapina) y Seroquel
(quetiapina) se asociaron con elevaciones significativas del colesterol
total, los triglicéridos, del colesterol con lipoproteína de baja
densidad, y de la proporción de triglicéridos con colesterol con
lipoproteína de baja densidad.  El artículo del 19 de mayo 2009 en JAMA
señala que el estudio Correll "se suma a un creciente cuerpo de
evidencia que sugiere que los niños y los adolescentes son más
vulnerables a los efectos adversos de los antipsicóticos, incluida la
ganancia de peso no natural y trastornos lipídicos, sino también a la
sedación, efectos adversos de tipo extrapiramidal, la elevación de
prolactina, y el retraimiento." 
 
En resumen, si usted es un niño pobre en los EE.UU. tiene cuatro veces
más probabilidades de ser recetado con fármacos antipsicóticos que si no
lo es. Además, por ser pobre duplica la probabilidad de que usted
recibirá medicamentos antipsicóticos si sólo tiene uno de los llamados
"trastornos perturbadores" y no psicóticos. Y si usted es pobre también
significa que tiene una alta probabilidad de recibir medicamentos
antipsicóticos, incluso si no tiene ninguna enfermedad psiquiátrica en
absoluto. Por lo tanto, ser pobre significa tener muchas más
posibilidades de ser innecesariamente recetado por el tipo de drogas
psiquiátricas que pueden provocar sobrepeso y, posiblemente, una amplia
gama de graves problemas físicos. 

Cada vez más, los niños estadounidenses que crean conflicto para las
autoridades se hacen más propensos a ser psiquiátricamente drogados,
pero parece que la tensión producida por el mal comportamiento de los
niños pobres estadounidenses crea incluso una mayor probabilidad de que
se les recetarán las contundentes píldoras tranquilizantes, los
antipsicóticos.
13/06/10
 
– Bruce E. Levine es un psicólogo clinico, autor de Surviving America’s
Depression Epidemic: How to Find Morale, Energy, and Community in a
World Gone Crazy.

Traducción para www.sinpermiso.info: Sergi Raventós

* Fuente:
Sin Permiso

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