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Grave crisis en los objetivos de nuestro país

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Los proyectos a largo plazo, como supongo que son los países y estados, para que sean viables y efectivos deben tener objetivos a largo plazo, generales y específicos, y metas a corto plazo. Estos objetivos a largo plazo deben corresponder, de algún modo, con lo que uno quiere que sus nietos sean o como vivan, lo que transparenta los valores que uno cultiva y aprecia. Yo creí que al volver la democracia a nuestro país, a pesar de los cambios, algunos objetivos que me parecían de consenso general, seguían en pie.  La aspiración de vivir en una sociedad donde el acceso al trabajo no fuera un privilegio.  Una sociedad de mayor movilidad social, lograda a través de una buena educación en qué Estado y personas fueran copartícipes. Una sociedad más cordial, más solidaria, más aceptadora de la diferencia, más respetuosa de las minorías étnicas, en que se garantizara la justicia y se ayudara al más débil a salir de su estado de debilidad, para hacer de él un ciudadano hecho y derecho o lo que es mejor un hombre hecho y derecho. Una sociedad más humana, más gentil, ya que el camino a la felicidad pasa por la buena convivencia  y una sociedad que cada día fuera más democrática, en el sentido de que las ideas de todos tuvieran un canal de representación en un congreso técnicamente responsable.  También pensaba en que al subir su nivel de riqueza, el gobierno se podía hacer cargo en forma más eficiente de asegurar las vías para lograr los objetivos.

Después de 16 años de Gobierno Militar, en que se remeció la estructura más profunda del sistema productivo chileno, para bien y para mal debo añadir, en 1980 se cambió la Constitución y fue reemplazada por otra de corte mercantilista que muy pocos conocen bien, y que parece que le quita al Estado la mayoría de sus atribuciones, para beneficiar los negocios privados. Además privilegia la estabilidad amarrando a la ciudadanía a dos opciones de elección, postergando la creatividad y favoreciendo la perpetuación de dinastías de poder.  Como quien dice, existen dos tipos de camisa para los 16 millones de personas, y te las pones o te las pones y no hay más.

Se traspasó el Gobierno del País a la ciudadanía que ha gobernado 20 años adicionales en una democracia, que lo único que tiene de democracia es la urna para elegir miembros de dos confraternidades. Los elegidos por la ciudadanía ofuscada por tanto socialismo renovado, han embestido con entusiasmo, con todo lo que han encontrado a su paso y han gobernando como si este traspaso se los hubiera hecho Dios Padre en persona, y haciendo lo que les ha dado la gana sin ningún respeto por nadie, ya que las cosas están dadas así.  Da la impresión de que el que se ciñe la faja de O¨Higgins  se convierte rápidamente en el dueño del fundo, pero un dueño de fundo sin la socarronería huasa del que defiende su tierra y su familia, si no en un carajete (1) que no defiende a nadie más que a sí mismo, tremendamente susceptible a los halagos y a la buena vida que generan los buenos negocios internacionales y nacionales y el statu quo.

Parece que la idea con la que se fabricó la Constitución , fue  garantizar el desmantelamiento del Estado Chileno, ni siquiera al mejor postor, y el despojo de los objetivos del Estado, a corto y largo plazo. Y de paso disolver cualquier rasgo ético que les pudiera quedar a los honorables, ya que el poder sin censura corrompe.

Estos objetivos que eran velar por los ciudadanos, garantizar el derecho a vivir, trabajar y alimentarse, darles educación que les permitiera funcionar en la sociedad del siglo 21, garantizar la justicia, que si mal no recuerdo es un poder del Estado, y que debería dirimir no solo robos con asalto entre particulares y pensiones de alimento, sino también robos entre los gobernantes y los gobernados y entre los gobernantes y el Estado  o la Nación de Chile, parece que han desaparecido.

Estos objetivos, que incluían la protección del uso y goce del patrimonio nacional heredado en su integridad para las futuras generaciones de Chile, parece que ya no existen.  Y no veo que hayan sido reemplazados por otros que le den coherencia al país y una razón de ser a una máquina estatal que se ha convertido en la fuente de subsistencia de la farándula de turno.

La Constitución se supone de todos conocida, lo cual es una ilusión, ya que un país que no entiende lo que lee ni le interesa leer, con una mala educación de manual, dificulto que vaya a entender los textos redactados en lenguaje legal y que no se enseñan en ningún lado, fuera de la Escuela de Leyes. Y varios abogados a los que he preguntado el tema, saben  poco y nada.

Lo poco que sabemos de constituciones se debe referir a la anterior, la que ya no está vigente, ya que todos nos llevamos sorpresas día a día acerca de las facultades del gobierno de turno para regalar a nacionales y extranjeros la posesión de cosas que de hecho, necesitan ser usadas por todos los habitantes de Chile para poder vivir y trabajar dentro de nuestro país.  Cositas como la soberanía de los mares, del sub suelo y de las riquezas mineras del país, del agua limpia que todos los chilenos necesitamos beber día a día, del aire puro que necesitamos respirar, de las tierras y derechos ancestrales de los pueblos indígenas y del campesinado chileno para plantar sus semillas y darnos de comer. Y la laxitud del gobierno respecto de ciertas obligaciones que todos pensábamos que tenía, seguramente se debe a que la descripción de cargos cambió en la nueva Constitución, y como no se le ha hecho al tema la publicidad debida, no lo tenemos internalizado.

Después de mucha difusión nacional e internacional, en que salieron a relucir los derechos sobre la tierra de ciertas comunidades indígenas del Valle del Huasco, derechos que venían desde tiempos coloniales, el derecho al agua para regar el Valle y tomar agua limpia, los efectos de las troneras, la dificultad de supervisar la salida del material aurífero  por la cordillera y su composición en oro y otros metales que van de llapa, para ir a transformarse en metal en Argentina, la Presidenta le dio el pase a Pascua Lama de la Minera Barrick de Canadá.

Barrick es tan solo una de las tantas que horadan el subsuelo de nuestro país bajo un régimen  contable privilegiado de depreciación acelerada y descuento de gastos de prospección minera, que hacen que los impuestos pagados al Estado de Chile, no compensen el hoyo que dejan. Y las posibilidades de empleo que ofrecen no deben ser tan grandes ya que el producto se refina en Argentina. Es decir, necesitan tipos que pongan y prendan la mecha para la tronera y que supervigilen la carga de los camiones. Y paremos de contar.

El tratado de Libre Comercio con USA, que firmó la Presidenta, parece que contenía gran cantidad de exigencias respecto a lo que nuestros nuevos socios pueden poseer en nuestra patria en forma de propiedad física o intelectual. Ellos, como son infinitamente más organizados que nosotros, y vienen de vuelta en materia de negocios, tienen todo normado para garantizar la propiedad privada en su país de su suelo, su subsuelo, su material genético vegetal o animal, su mar, su aire, sus desiertos, sus creaciones intelectuales y tecnológicas, etc,  Y tienen muy clara su soberanía, y no se la ceden a nadie. Y por supuesto el sistema es muy caro de manejar y poco adecuado para los países con mala distribución del ingreso como el nuestro (emergentes como los llaman) y mucho sistema artesanal de producción.

Nosotros, entonces, para poder exportar el vino, la fruta y las semillas transgénicas que produce el agro tecnologizado, tenemos que crear un tremendo aparataje para normar la propiedad de nuestras posesiones, crear tribunales especiales para dirimir las diferencias en materias sutiles como genomas, capacitar técnicamente al personal de inspección, proveer de laboratorios en caso de la agricultura transgénica, e incluso de la tradicional, ya que el polen lo único que desea es reproducirse y no le podemos poner cinturón de castidad a nuestras flores.

¿Leerán la letra chica de los tratados los que los firman? ¿Se darán cuenta de que para vender material orgánico (eso es la agricultura, eso son los salmones) están planeando ensuciar el material orgánico del futuro con contaminaciones genéticas no deseadas y la tierra en que se produce con pesticidas a granel, por lo cual podemos quedarnos sin compradores en el futuro? ¿Se darán cuenta de la cantidad de pequeños campesinos que existen, qué no están al servicio de la exportación, que comen lo que siembran y nos proveen de comida barata a los que vivimos en la ciudad y que serán afectados por el sistema y no cuentan con ninguna protección?

¿Con que derecho les decimos a nuestros campesinos que no pueden plantar la semilla que recogieron del año pasado, sin antes certificar que ninguna de ellas es hija de algún pícaro polen de una súper planta gringa patentada del huerto del lado? Imagínense que el campesino llegue a ser sospechoso de tener un choclo bastardo de gringo en su huerta.  ¿Tendría dinero para defenderse ante tribunales especiales, porque su hija maíz fue deshonrada por el viento? ¿O el polen de la especie extranjera está hecho para producir semillas estériles, y los campesinos se queden sin semillas para plantar?

No me joroben, es un chiste de mal gusto con olor a pesadilla.

¿Con que derecho nos estamos privando a nosotros mismos, chilenos, mestizos descendientes de los habitantes originarios de este país, del derecho de comer lo que comían nuestros antepasados, antes de la llegada de los europeos, nuestras papas, nuestros tomates y ajíes, nuestros pimientos, maíz y zapallos con el gusto que tenían y que nos gusta, y no con el gusto de ellos?

¿O con los pesticidas que nos están enfermando al contaminar todos los canales de riego de la zona Central?  Y las napas subterráneas por añadidura.  Hay estudios que explican la relación entre anormalidades de nacimiento que se están produciendo en porcentajes superiores a los normales en la zona de Rancagua, y los pesticidas usados a troche y moche. Y los sistemas “modernos” de cultivo se basan en uso intensivo de fertilizantes y pesticidas. Y después que contaminemos el suelo, no creo que lo podamos limpiar como lo hicieron los alemanes.

De modo que un Tratado de Libre Comercio, nos obliga a crear un sistema complejísimo defensivo, que no sé si los diputados y senadores están capacitados o tienen interés en dibujar, y si las reparticiones gubernamentales tienen capacidad de implementar y administrar, ya que como aparentemente la Constitución del 80 le quitó todas las atribuciones al Estado y las dejó en manos particulares, nadie sabe como obrar ni que esperar.

En conjunto con la exigencia de poder patentar las plantas originarias, y las modificaciones genéticas de sus hojas, raíces y flores, tenemos encima la presión de los criadores de salmón que exigen, por presión de sus bancos, que el Estado chileno les traspase  la propiedad de las que hasta ahora son concesiones marítimas, para ellos poder obtener crédito de los bancos dando estas nuevas propiedades como garantías reales.  Todo esto porque el sistema de crianza de salmones desarrollado fue tan intensivo, que los salmones se estresaron, les bajaron las defensas y se contaminaron masivamente con un virus importado o que estaba presente y se aprovechó de la coyuntura y ellos quebraron. O quizás fue por el exceso de antibióticos usado, que les bajaron las defensas.  Las opiniones están divididas.

Cosa como éstas les puede pasar a los ganaderos, a los plantadores de eucaliptus, o a los viñateros y con esta lógica habría que beneficiarlos a todos en caso de desgracia con cesiones semejantes, como ser el pedazo del cielo que cubre los campos.

¿Por qué el Banco del Estado no presta directamente  a los chilenos, a tasas más decentes, para ayudarles a solucionar el problema?

¿Dice acaso la famosa Constitución que no puede hacerlo? Me encantaría que alguien me explicara por qué se ve como posible regalar el mar a los privados, mar cuya posesión  puede ir a parar en un remate a la banca de Japón, y no prestarles en condiciones más favorables, que les permita rehacer sus negocios, si es del caso.

Da la casualidad de que el Banco Central de Chile, que es el que le pasa dinero a la banca privada, lo que es su función monetaria habitual, redujo sus tasas casi a cero, como medida monetaria para reavivar el sistema, suponiendo que la banca lo traspasaba con alguna ganancia razonable a los privados.  Bueno, la banca privada, que exige garantías reales para los salmoneros y presiona al Estado de Chile, no ha traspasado, que yo sepa, este beneficio a los particulares en una forma que alivie a los chilenos del peso de los intereses usurarios con que recargan a los deudores hipotecarios, a las pymes, y a las pocas industrias que van quedando en pie. Seguramente han usado este beneficio para tapar los hoyos producidos por sus malabarismos financieros, y van a salir de la recesión más ricos que nunca.  Y el Estado chileno les ha inyectado quizás cuánto dinero desde Septiembre del año pasado,  dinero que no ha llegado a quién debía de llegar, en una política que es copia de la usada en USA para los mismos fines y que no ha logrado arreglar el tema, ya que el desempleo va por 2 cifras.

Las tarjetas de crédito editadas por los bancos y las casas comerciales, cobran unos intereses que hasta hace un poco tiempo atrás, eran considerados usurarios en cualquier parte del mundo, y que llevan a que las actividades de producción sean abandonadas para dedicarse a la usura, que es mucho mejor negocio.  Porque las grandes tiendas no venden lo que dicen vender, prestan dinero y ahí está su negocio.  ¿Y qué va a pasar cuando explote la burbuja chilena? Otro tema álgido, que nadie toca porque todos queremos que la guadaña no pase por Chile, y si hablamos de eso podemos atraer la mala suerte, las malas vibras….

Bueno, todos estos dilemas que estamos viendo, no sabemos si son responsabilidad de una Constitución que parece hecha por los enemigos, y que le confiere al gobierno de turno la facultad de regalar el país habiéndole quitado todos sus objetivos de regulación y protección, confiando en que sus instituciones son tan débiles e ignorantes que pueden permitir que esto se convierta en un símil de la tienda “ La Polar” cuyo lema era “llegar y llevar”

En otras palabras, y espero que alguien me demuestre que no es así, el gobierno gobierna a la pinta de los “otros”, no de nosotros, ya que le quitaron el tutelaje sobre los derechos que conforman y defienden nuestro patrimonio nacional, mantiene el derecho sobre  las personas , cobra impuestos, pero no las defiende ni se hace copartícipe de su destino disminuyendo al máximo el sentido de comunidad, que es lo que  le da existencia al sentido de nacionalidad. Como dijo alguien por ahí, si no somos dueños de nada ¿Qué interés vamos a tener en defender este país en caso de guerra, o de crisis económica?

Me parece que debemos repensar la Patria, la Constitución, y el tipo de país que queremos tener, es decir los objetivos a largo plazo ya que si tomamos malas decisiones a corto plazo, por el camino no se arreglan las cargas, como tan sueltamente de cuerpo dice el dicho popular. 

Nota:
1. Carajo:  Una especie de canastillo adosado al mástil de una nave, que sirve para otear el horizonte.  Lugar solitario, peligroso y desagradable

Ser un carajo o carajete: Persona aislada, sin contactos afectivos, que hace malas pasadas al prójimo, sin el menor cargo de conciencia.
      
Santiago de Chile
Agosto 2009

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