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El negocio de la cana

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En mayo del 2006 servidor se rajó con una parida que comenzaba afirmando lo siguiente: “Si en Chile los gobiernos invierten más en prisiones que en escuelas la razón es simple: es raro que los ministros y los altos cargos vayan a la escuela”.

En esa época Su Poquedad don Ricardo Lagos le había entregado la cana como oportunidad de negocio a los inversores privados, con el resultado conocido. Lo insensato de nuestro neoliberalismo criollo es que el Estado ha cedido hasta la exclusividad de la violencia armada y la potestad de privar de libertad a los ciudadanos.

Hace unas semanas Armen Kouyoumdjian señaló en una de sus notas que en Chile la facturación anual de las empresas que alquilan guardias armados sobrepasa el presupuesto de Carabineros… Y para más INRI, entregándole los ciudadanos condenados a penas de privación de libertad al mercado se les hace objeto de una condena suplementaria: la de transformarles en objeto de lucro.

Es necesario recordar que el imperio ha recorrido un buen trecho en ese camino. Los EEUU no han eliminado la delincuencia pero tienen casi 800 presos por cada cien mil habitantes, mientras que Inglaterra tiene sólo 142, Francia 91, y Japón apenas 58. Los EEUU tienen en prisión un 3% de la población activa, lo que hace de las prisiones una herramienta reguladora del desempleo.

Las prisiones privadas hay que llenarlas para que sean rentables. Por esa razón en los EEUU el número de presos subió en un 25% entre 1996 y 2004. A Ricardo Lagos no se le ocurrió pensar que “la simple idea de una prisión privada es inmoral” (The Economist, 03/09/2005).

Como era de esperar, la corrupción vino a meter su nariz en este “mercado”.  Tal día como hoy la agencia de prensa AFP informa que “Dos jueces estadounidenses admitieron haber cobrado más de 2,6 millones de dólares de las prisiones privadas por enviar durante años a menores de edad en detención por delitos que no tienen ninguna relación con las penas a las que fueron condenados”.

Entre los casos figura el un adolescente enviado 9 meses a prisión por haber robado un frasco de nuez moscada de un valor de U$ 4, y el de un niño de 13 años enviado a un campo de reeducación por haber explorado un edificio abandonado.

Como es sabido, un mercado es un lugar en el que se encuentran la oferta y la demanda. Los jueces de Pennsylvania reconocieron ante la justicia haber “concluido un acuerdo para garantizar el suministro de jóvenes delincuentes” a la empresa privada de explotación de prisiones PA Child Care. Un mercado.
(Ver: US judges admit to jailing children for money )

El nombre de la empresa es muy propio de la moral del capitalismo: “PA Cuidados Infantiles”. Cinismo.

Durante el periodo del “acuerdo”, Mark Ciavarella y Michael Cohahan, los jueces facinerosos, le “suministraron” más de dos mil adolescentes a PA Child Care. Los niños tenían entre 13 y 18 años. Pura eficiencia del mercado guiado por la mano invisible…

A eso lleva la privatización de las funciones del Estado, la entrega de la soberanía popular a la voracidad del lucro, la transformación de los servicios públicos en oportunidad de negocio.

Si algo de esto ocurre en Chile… no es pura coincidencia.
17/02/2009

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