El 11 de setiembre de 1990, el presidente de los EEUU George Bush se dirigió al Congreso. Habló del principio del fin del comunismo en Europa del Este, del debilitamiento de la Unión Soviética y de la invasión de Kuwait por Saddam Hussein. Se refirió a que estaba emergiendo un Nuevo Orden Mundial: “Cientos de generaciones han estado buscando el elusivo camino de la paz, mientras miles de guerras atravesaban todo el arco del esfuerzo humano pero hoy en día un nuevo mundo está luchando por nacer. Un mundo totalmente diferente del que nosotros hemos conocido. Un mundo en el que las leyes reemplazan a las reglas de la jungla. Un mundo en que las naciones reconocen que comparten las responsabilidades por la libertad y la justicia. Un mundo en el que el los fuertes respetan los derechos de los débiles”.
Luego de cada una de las grandes y sistemáticas guerras, se tiene la esperanza de que esa sea la guerra que terminará con todas las guerras. La idea conductora es simple. Son las grandes coaliciones las que ganan las guerras y en consecuencia que la coalición que ganó la guerra trabajando unida seguirá unida para construir la paz. En efecto la idea es que los vencidos se unan a ella para asegurar la paz. Este fue el sueño que inspiró el Congreso de Viena, la Liga de las Naciones y las Naciones Unidas y después de la Guerra Fría , la NATO. Se creía que no podría haber situaciones que no pudieran ser manejadas por los vencedores junto a los vencidos. Esta era la idea que impulsaba George H.W. Bush cuando terminaba la Guerra Fría. Quienes tienen ese sueño terminan siempre defraudados. La coalición victoriosa se quiebra. Los vencidos rechazan el papel que se les asigna. Surgen nuevos poderes que no formaban parte de la coalición. Cada uno tiene sus ideales y sus visiones, La realidad del orden mundial es que existen profundas divergencias de intereses en un mundo en el que frente a la realidad la desconfianza es una respuesta natural y razonable. Finalmente los ideales y las visiones se desvanecen en un nuevo conflicto geopolítico.
El mundo de la postGuerra Fría, el Nuevo Orden Mundial, terminó el 8 de agosto de 2008 cuando Rusia y Georgia entraron en guerra. Es cierto que esta guerra no es, en sí misma, muy significativa y podría decirse que el Nuevo Orden Mundial comenzó a quebrarse el 11 de setiembre de 2001. Pero ha sido el 8 de agosto pasado cuando una nación-estado Rusia atacó a otra nación-estado Georgia, sin temor a las intenciones de una tercera nación-estado los EEUU. Esto nos lleva a pensar acerca del Real Orden Mundial.
El sistema global padece dos desequilibrios: En primer término, una nación-estado, los EEUU, se mantiene abrumadoramente poderosa, y ninguna combinación de poderes está en condiciones de controlar su conducta. Somos conscientes de los problemas económicos por los que están pasado los EEUU pero la verdad es que la economía usamericana es mayor que la combinación de las tres economías que le siguen (Japón, Alemania y China). El ejército de los EEUU controla todos los océanos del mundo y domina efectivamente el espacio. Debido a estos factores los EEUU siguen siendo políticamente poderosos -no queridos y talvez tampoco admirados- pero enormemente poderosos.
El segundo desequilibrio está dentro mismo de los EEUU. Sus fuerzas de tierra y la mayor parte de su capacidad logística están comprometidos en Medio Oriente, especialmente en Irak y en Afganistán. Los Estados Unidos están amenazando también con entrar en guerra con Irán, lo que podría comprometer a la mayor parte de su fuerza aérea y están, por otra parte, enfrentando la desestabilización de Pakistán. Y allí está la paradoja: Los EEUU son tan poderosos que en el largo plazo han generado un desequilibrio en el sistema global y en el corto carecen sin embargo de recursos militares para lidiar con los desafíos que se le presentaren en cualquier parte. Esto significa que los EEUU siguen siendo el poder dominante en el largo plazo pero no pueden ejercer ese poder en el corto plazo. Esto abre a los demás países una ventana de oportunidades para actuar.
La salida de la guerra de Irak está emergiendo. Los EEUU han basado su éxito en la creación de las bases de una consolidación política entre las facciones más importantes de Irak lo que permitirá establecer un gobierno relativamente estable. La política de los Estados Unidos ha sido exitosa en tal sentido. Pero el problema que aún tienen es el tiempo que les llevará lograr el éxito total. Si hubiera ocurrido en el 2003, los EEUU no hubieran sufrido el actual desequilibrio. Pero ocurre ahora en 2008, más de cinco años después de la invasión. Los EEUU nunca imaginaron una guerra de tamaña duración, no lo habían planeado así. Combatir esta guerra les llevó a inyectar en ella su mayor capacidad bélica terrestre. La duración de la guerra fue el problema. Las fuerzas de tierra de los EEUU están aún en Irak, preparando su regreso u organizándose para desplegarse. Las reservas disponibles están ocupadas en Afganistán. Algunas están en otra parte.
Si Irak sigue acaparando sus fuerzas disponibles, los EEUU no podrán sostener su política exterior en otras partes. Por ejemplo, sigue comprometido con la expansión de la democracia en la antigua Unión Soviética y la ampliación de la NATO mediante la inclusión de Ucrania y Georgia. Desde la caída de la antigua Unión Soviética, los EEUU se vieron a sí mismos como dueños del dominante papel de reconstruir el orden social y político post Soviético, incluyendo la emergencia de las instituciones democráticas y el libre comercio. Los EEUU se vieron entonces como se vieron con relación a Alemania y a Japón después de la Segunda Guerra Mundial. Fracasada la Unión Soviética, los EEUU sienten que su deber es reconstruir las sociedades de los Estados que la heredaron. Desde 1990, los estados que la sucedieron, especialmente Rusia permanecieron inermes. Bajo su dolorosa agitación interna -que los extranjeros vieron como una reforma pero que muchos rusos vivieron como una catástrofe nacional de inspiración extranjera – Rusia no pudo resistir el involucramiento de los EEUU y de Europa en los asuntos regionales e internos. Desde el punto de vista usamericano la recomposición de la región -desde la guerra de Kosovo hasta la ampliación de la NATO y el despliegue de nuevas Bases Aereas usamericanas en el Asia Central – se trataba solo de la lógica expansión del colapso de la Unión Soviética. Se trataba de una simple tentativa de estabilizar la región, mejorar su prosperidad e integrarla en el sistema global.
A medida que Rusia se fue estabilizando luego del caos de los 90, comenzó a ver la presencia europea y usamericana con menos benignidad. No estaba claro para los rusos que la intención de los EEUU fuera estabilizar la región. Les parecía más bien que los EEUU trataban de sacar ventaja de la debilidad rusa con el objeto de imponerles una realidad político-militar en la que Rusia se veía rodeada por naciones controladas por los EEUU y su organización militar, la NATO. Contrariando la promesa de Bill Clinton de que la NATO no incluiría países de la antigua Unión Soviética, las tres naciones bálticas fueron admitidas. La NATO se expandió porque pudo y Rusia nada pudo hacer para evitarlo. Desde el punto de vista ruso, el punto de ruptura estratégico fue Ucrania. Cuando se produjo en Ucrania la Revolución Naranja, la impresión de los europeos y de los usamericanos es de que se trataba de un espontáneo rebrote de la democracia. La percepción rusa por el contrario es de que se trataba de una muy bien financiada operación de la CIA destinada a fomentar el espíritu anti-ruso y alentar el pro-usamericanismo en Ucrania. Cuando los EEUU comenzaron rápidamente a discutir la inclusión de Ucrania en la NATO, los rusos llegaron a la conclusión de que los EEUU pretendían rodear y hacer estallar la Federación Rusa. Desde su punto de vista si la NATO incluía a Ucrania, la alianza militar occidental pondría a Rusia en una situación estratégicamente insostenible. Rusia se volvería indefendible. La respuesta usamericana fue de que no pretendía amenazar a Rusia. La pregunta rusa no se hizo esperar ¿Porqué quieren entonces controlar a Ucrania? ¿Qué otra cosa se proponen? Los EEUU consideraron absurdo el razonamiento ruso. Los rusos en cambio no lo consideraron absurdo y comenzaron a asumir la hostilidad de los EEUU.
Si los EEUU pretendian quebrar la Federación Rusa de una vez y para siempre el momento fue en 1990, antes de que Yeltsin fuera reemplazado por Putin y antes del 9/11. En ese momento no existían políticas demasiado definidas porque los EEUU creían que disponían de todo el tiempo del mundo. Esto era cierto superficialmente, pero solo superficialmente. En primer lugar, los EEUU no advirtieron que los años de Yeltsin eran una aberración temporal y que el surgimiento de un nuevo gobierno tendiente a estabilizar Rusia era inevitable. Si no hubiera sido Putin, hubiera sido cualquier otro.. Los EEUU tampoco entendieron que no controlaban la agenda internacional, el 11/9 del 2001, desbarató las opciones usamericanas sobre la antigua Unión Soviética. Rusia no solo no necesitó su ayuda en Afganistán sino que aquellos iban a gastar su próxima década atados al medio oriente. Los EEUU perdieron su espacio de maniobras y por eso están desfasados.
Y ahora abordaremos el punto clave.
A pesar de no disminuir las opciones militares fuera del Oriente Medio tampoco han modificado sus políticas con relación a la antigua Unión Soviética. Continúan tratando de influenciar agresivamente los países de la región y se mantienen particularmente comprometidos a incluir Ucrania y Georgia en la NATO, aun a pesar del hecho de que constituyen dos estratégicos intereses rusos. Ucrania cubre el flanco suroeste de Rusia y Chechenia como una barrera de los intereses rusos en el Caucaso. Moverse rápido para consolidar el control usamericano en estos y otros países de la ex Unión Soviética era estratégicamente sensato. Rusia era débil, dividida y pobremente gobernada y no podía reaccionar. Pero continuar esta política en los 2000, cuando ya Rusia se ha fortalecido, cuando está más unida y mejor gobernada y ya las fuerzas usamericanas no están tan disponibles resulta insensato. Los EEUU continuan irritando al gobierno ruso, no teniendo en el corto plazo las fuerzas necesarias para actuar decisivamente.
Los EEUU calculaban que el gobierno ruso no confrontaría con los intereses usamericanos en la región. Los cálculos rusos eran que no podía esperar a confrontar dichos intereses en la región por hallarse EEUU terminando la guerra de Irak y en poco tiempo habría retomado su posición predominante. Por lo tanto no tenía sentido para Rusia esperar y si, en cambio, actuar lo más rápidamente posible.
Los rusos estuvieron influenciados en parte en sus cálculos por el éxito de EE.UU. en Irak y si ellos continuan su política y tienen fuerza para sostenerla los rusos habrían perdido su oportunidad. Además los rusos tienen una palanca adicional para usar contra los usamericanos: Irán.
Los EEUU han venido jugando por años con Irán un juego muy complejo, amenazando con atacarlo mientras tratan de negociar. Los Usamericanos necesitan a los rusos. Las sanciones contra Irán no tendrán sentido si Rusia no participa, y los EEUU no quieren que Rusia le siga vendiendo sistemas de defensa aérea a Irán (sistemas, que los analistas usamericanos consideran importantes, y que no estaban en Siria el 6 de setiembre de 2007 cuando los israelíes atacaron allí instalaciones nucleares). Al evaluar militarmente a Rusia, los EEUU no quisieran verse sorprendidos por la tecnología rusa. Cuanto más agresivo sea EEUU con Rusia mayores dificultades deberá enfrentar en Irán. Eso le proporciona a Rusia mayor coraje para actuar más temprano que tarde.
Los rusos han demostrado actualmente dos cosas: Primero, contrariamente a la realidad de los 90, pueden ejecutar una competente operación militar mientras que pese a la percepción regional los EEUU no pueden intervenir. El mensaje ruso estuvo dirigido a Ucrania, especialmente, pero los países Bálticos, el Asia Central y Bielorrusia están escuchando. Los rusos no actúan precipitadamente. Esperan que todos esos países adecuen sus políticas exteriores orientándolas hacia Rusia y abandonen su actitud pro EEUU. Están observando si se aprende la lección. Al principio habrá fuertes opiniones y resistencia. Pero la realidad en el terreno es la realidad en el terreno.
Esperamos que Rusia traccione. Pero si no lo hacen los rusos están conscientes de que en el largo plazo son más débiles que los usamericanos, y que mantendrán su posición regional de fortaleza solo mientras los EEUU estén desequilibrados por el tema de Irak. Si la lección no es aprendida los rusos son capaces de emprender acciones más directas y no dejarán perder la oportunidad. Es su oportunidad de redefinir su esfera de influencia. No tendrán otra.
El otro país que permanece atento y vigilante es Irán. Irán ha aceptado la idea de que ha perdido la oportunidad de dominar a Irak. También ha aceptado la idea de que debe llevar adelante su capacidad nuclear o perderla. Los iraníes se están preguntando ahora si esto es aún verdad y están pinchando indudablemente sobre la situación a Rusia. Mientras tanto los rusos esperan que los EEUU se calmen y se pongan serios. Si los usamericanos planean alguna acción contra ellos, les responderán en Irán Pero los usamericanos, no pueden encarar acciones significativas; necesitan salir de Irak y encontrar ayuda contra Irán. El quid pro quo de aquí es obvio. Los EEUU aceptan las acciones rusas (por las que no pueden hacer nada) mientras los rusos cooperen con ellos en contra de Irán obteniendo armas nucleares (algo que Rusia no quiere ver)
Uno de los conceptos más interesantes del Nuevo orden Mundial es que todos los países serios quieren participar en él y que la única amenaza puede proceder de los estados pirata o de actores no estatales como Corea del Norte y al Qaeda. Los análisis serios indican que los conflictos interestatales no serán importantes en el siglo XXI. Habrá seguramente estados canallas y actores no estatales pero el siglo XXI no será diferente de cualquier otro siglo. El 8 de agosto los rusos nos invitaron al Real Orden Mundial.
20/08/08
Versión original en ingles: Stratfor
Traducción de Susana Merino
* Fuente: Rebanadas de Realidad
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