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Antuco hace referencia a las formas irracionales de ejercer jefaturas entre los chilenos

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Señor director, presente.
18 de mayo de 2007: a dos años de Antuco.
 
Antuco es una oportunidad histórica para que todo un país se mire a sí mismo y rectifique sus errores.

En efecto, Antuco, más aún después del tiempo transcurrido desde la tragedia, nos permite, a los chilenos, mirarnos en un espejo.
Antuco nos revela las formas de autoritarismos deshumanizantes con que convivimos a diario entre nosotros.

Antuco hace referencia a las formas irracionales de ejercer jefaturas entre los chilenos.

Antuco pone claramente al descubierto el Chile del desprecio clasista ejercido contra los hijos de la gente "sin influencia", contra los que no ocupan posiciones de poder, contra los que Jesús llamó en su tiempo los pequeñitos.

Antuco, por trágica y extraordinaria que haya sido la tragedia, no constituye en el fondo una gran novedad en un país marginador e intolerante, bastante racista, y en el cual se discrimina sistemáticamente a niños, a jóvenes, a ancianos/as, a mujeres, a obreros, a los pobres, a los habitantes originarios.

Antuco, reconozcámoslo,  explica de la manera más desgarradora y cruel por qué Chile ostenta año tras año los primeros lugares en los índices internacionales de maltrato físico y psicológico ejercido contra seres humanos.

Digámoslo con todas sus letras: detrás de la tragedia de Antuco se esconde lo más oscuro del ser nacional: los prejuicios y estereotipos como patrones culturales que determinan nuestra convivencia diaria.

Antuco, por lo tanto, no fue sólo un infortunado accidente entre hombres de armas. Recordarlo así es un insulto a la memoria de esos mártires y significa escamotear nuevamente nuestros valores y tradiciones como país.

Resulta desconcertante, tanto como la irritación que nos provoca la prepotencia y estrechez talibana de ese mayor que persistió en dar la orden a esos niños de ¡marchar "porque se tienen que hacer hombres"!-, que algunos se sigan jactando de ser ejemplo macroeconómico para los países de la región,  o  que nos sintamos cómodamente interpretados por censos que nos muestran como una comunidad mayoritariamente creyente.

Volviendo a Antuco, como suceso, diremos que este evitable y nefasto acontecimiento es, por último, un memorial y una advertencia para cada habitante de este pueblo. Advertencia para ser capaces de ver lo que hay más allá de la tragedia de Antuco y comprometernos de veras a inculcar sus lecciones desde el hogar, desde el jardín infantil, desde la escuela, cada día… Porque ya  sabemos, en este país no faltan los ingenieros del olvido, y por los mártires de Antuco les diremos: no nos pavimentarán la memoria.  Aceptar el juego del olvido de Antuco significaría abortar la posibilidad de sanarnos por dentro como pueblo herido por el autoritarismo y la prepotencia de quienes en este país se siente más fuertes. Y al mismo tiempo significaría garantizar irresponsablemente la reproducción de abusos y atropellos contra los más débiles y vulnerables de esta patria, contra los que no tienen poder, contra los "pequeñitos".

Atte.,

Movimiento Autónomo de Filosofía UC del Norte.

e-mail: movimiento autonomo de filosofia UC del Norte 


Nota de la Redacción de PiensaChile:
Le sugerimos escuchar la entrevista que Radio Cooperativa a Rodrigo Morales y las impactantes declaraciones que él hace y que refuerzan los que nuestros amigos de la UC del Norte:  Sobreviviente de Antuco: Valia mas muerto que vivo
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