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Posada en Miami: luz verde al terror

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Al liberar al terrorista internacional Luis Posada Carriles sin prohibirle reunirse con los cabecillas terroristas de Miami que financiaron sus crímenes y los matones que siempre lo acompañaron en sus fechorías, la Administración de George W. Bush ha consentido una peligrosa concertación de elementos criminales que se consideran autorizados a conspirar con impunidad.

En un emotivo recuento de la llegada de Posada a su domicilio, después de un viaje en jet privado desde Texas —un privilegio otorgado por orientación de las más altas esferas del Departamento de Justicia— El Nuevo Herald menciona cómo, “apacible y alejado del asedio de la prensa”, el “militante anticastrista” ya se encuentra cómodamente instalado en su domicilio.

El diario cita al “veterano activista Ernestino Abreu” para luego precisar que “planea visitar a Posada en los próximos días”.

En su escandalosa complacencia hacía el terror, el rotativo no menciona que Ernestino Abreu, terrorista notorio, es el padre de Ernesto Abreu, dueño postizo del barco camaronero Santrina, con el cual Posada fue introducido a Estados Unidos en el 2004.

Ernesto Abreu es tan fiel cómplice de los planes terroristas de Posada que lo visitó en varias oportunidades cuando se encontraba preso en Panamá por intentar asesinar al Presidente de Cuba, representó entonces a Santiago álvarez en todos los procedimientos judiciales y acompañó al viejo asesino en su salida furtiva, en jet privado, rumbo a Honduras donde ayudó en su desaparición.

Ernesto Abreu, quien es presidente de la Junta Patriótica Cubana, asociada al grupo terrorista Alpha 66, se negó a declarar ante un Gran Jurado que investigó la entrada ilegal de Posada en EE.UU. y fue encarcelado luego por este motivo.

JUBILO EN LA FAUNA

Bajo el titulo “Júbilo en el exilio”, el Diario de las Américas, uno de los órganos de prensa más estrechamente vinculado a la fauna mafiosa miamense, intenta ilustrar el tema al citar una entrevista concedida a la agencia española EFE por Armando Pérez Roura, “director general de la organización Unidad Cubana,  que agrupa a una veintena de grupos de exiliados”.

El periódico y la agencia evitan mencionar que Pérez-Roura es, desde hace décadas, uno de los más furibundos predicadores del uso del terror contra Cuba y que las organizaciones que agrupa bajo la bandera de la llamada Unidad Cubana, están todas alineadas a favor del terrorismo.

En sus declaraciones a EFE, Pérez Roura expresó que la liberación del terrorista más peligroso del continente es un triunfo del “exilio cubano y de la justicia que hemos pedido que se haga con un patriota como él”.

Unidad Cubana pertenece al Foro Patriótico Cubano (FPC) que constantemente llamó a apoyar al terrorista.  El FPC reúne además al Consejo por la Libertad de Cuba, de Luis Zúñiga y Roberto Martín Pérez, la Brigada 2506, de Félix Rodríguez Mendigutía, el Consejo del Presidio Político Cubano, de Reinaldo Aquit, y el Partido Protagonista del Pueblo, de Orlando Bosch.

Todos estos grupos y grupúsculos, sin excepción, tienen vínculos profundos con el terrorismo contra Cuba.

Muchos de los personajes que los componen tienen lazos conocidos con la Casa Blanca, como es el caso de Zúñiga, o con las campañas del Plan Bush en Europa, de Caleb McCarry, en las cuales participa Aquit.

El Diario de las Américas da luego la palabra a Osiel González, vocero de Alpha 66, quien afirma también su satisfacción “de que nuestro compañero se encuentre de nuevo con nosotros en Miami”.

No menciona que Alpha 66, creado por la CIA en 1962, constituye la organización terrorista con el más amplio historial de atentados entre todos los grupúsculos llamados de “línea dura” de Miami, donde disfruta de una oficina, al igual que su rival, Comandos F-4, de Rodolfo Frómeta.

De manera absurda, al condenar con durísimas sentencias, en diciembre del 2001, a tres de Los Cinco cubanos que lograron penetrar a grupos terroristas de Miami, la jueza  Joan Lenard les impuso condiciones especiales adicionales "para su liberación supervisada el día que hayan cumplido su condena". Se les prohibió expresadamente que visitaran en Miami los lugares que frecuentan terroristas, un reconocimiento implícito de la existencia en Miami de un terrorismo tolerado.

Para Posada, la justicia imperial omitió imponer a tales requerimientos.

Al no ser reconocido por la Administración Bush como terrorista, Posada no arriesga mucho más en su venidero juicio por haber engañado a los servicios de inmigración, que una sentencia de detención que ya cumplió.

Al no imponer la más mínima advertencia en relación con las actividades terroristas que siempre desarrolló, la jueza Kathleen Cardone ni siquiera supo que en su propia corte se encontraban frente a ella representantes de la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos (Brigada 2506) del asesino y agente CIA Félix Ismael Rodríguez Mendigutía; de Cuba Independiente y Democrática, del narcotraficante Huber Matos; y del llamado Consejo del Presidio Político Cubano, del connotado terrorista Reinaldo Aquit.

Orientada por Washington, la magistrada autorizó de facto a Posada a conspirar, sin restricción, con todos los que en Miami constituyeron y siguen constituyendo la base de sus actividades asesinas: los Orlando Bosch, Pedro Remon, “Gasparito” Jiménez, Guillermo Novo hasta los Virgilio Paz y José Dionisio Suárez.

Además de toda la tropa millonaria de patrocinadores del terror de la Fundacion Nacional Cubano Americana y del Cuban Liberty Council, cuyo apoyo permanente al terrorismo contra Cuba se reveló siempre tan firme como su sostén a los congresistas derechistas que financian y que orientan.

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