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Importante aviso de utilidad pública

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“¿La nueva economía obliga a nuevas costumbres, a nuevas maneras de habitar y vivir, incompatibles con la existencia de ciudades como las de antes y con habitantes como los de antes?” (M. Amorós).

El Transantiago es necesario. Si no les gusta, entonces ustedes deberían ser capaces de hacer una crítica sólida e integral de las condiciones de vida en estas ciudades.

Las masas de personas que solo valen como fuerza productiva viviente, como un conglomerado de energías y habilidades físicas y mentales que deben ser transadas en el mercado les guste o no (y para el que no le guste, tenemos cómodas instalaciones tales como internados, cárceles y manicomios) son acarreadas ahora desde sus mierdas de viviendas a sus mierdas de puestos de trabajo, haciendo evidente lo que para la Economía siempre ha estado claro: no merecen más comodidades que un grupo de sardinas enlatadas.

Hasta en los aviones la cosa es así de clara: según dice un aviso que se ha colgado en varios puntos de la ciudad, el 80% de los chilenos no sale nunca del país. Del 20% que lo hace, podemos suponer que solo una cierta proporción lo hace por vía aérea.  Lo interesante es que incluso a  esos pocos se les recuerda que la sociedad está dividida en clases, y para ello se han dispuesto 3 tipos de sectores dentro de cada aeronave, con impresionantes diferencias de precio que justifican un trato estratificado según cuanto se puede pagar. Mal que mal, en las mismas naves pueden viajar desde los hermanos del dueño de Lan Chile, hasta los lanzas internacionales que van a ejercer la labor de redistribución de riquezas directamente a Europa. Y no le vamos a servir al lumpen los mismos tragos ni picadillos que a la gente decente que genera tantos puestos de trabajo y además nos divierte sanamente con su estilo de vida.

¿Y qué queda entonces para el 80% que sólo se desplazará durante toda su vida en micro de la casa a la pega, de la pega a la casa, interrumpiendo esos circuitos tan solo para ir a veces a presenciar espectáculos, o para salir en vacaciones baratas a contemplar lo que queda de entorno acompañados del aburrimiento propio y de los demás?

En rigor, ¿qué es lo que les molesta?

¿Que les queda menos?? ,,,, ¿tiempo libre??…. ¿Tiempo libre?  Interesante lapsus del lenguaje, que de manera clara reconoce unas condiciones  de esclavitud moderna que pocos pueden o quieren reconocer.

¿Que es demasiado chocante para un ciudadano de esta República del consumo democrático verse forzado a compartir 1 metro cuadrado con otros 6 proletarios que no saben que lo  son? Respirar su mismo aire, sentirles el pelo mojado y observar de cerca todas las imperfecciones de sus caras. Que te aprieten. Que te empujen. Que te manoseen.

¡Qué mal los trata el modo de producción que hasta se han olvidado de como nombrar!

¿Será que los avances de la domesticación han sido tan exitosos que no podrán nunca VER la existencia del capitalismo?

¿Serán ya incapaces de volver a IMAGINAR y DESEAR la revuelta?

Es lo que parece, y en verdad, les deseamos de todo corazón la mejor felicidad posible dentro de su triste rol de sobrevivientes asalariados de la Economía mercantil.

Además, aprovechamos de agradecerles porque, a pesar de su enojo, apenas han protestado en serio por estas nuevas condiciones de desplazamiento por la ciudad. Sabemos que en Buenos Aires, Caracas, Quito, Nueva Orleáns, París, Seúl o Río de Janeiro algunos de ustedes se habrían descontrolado y ya habrían incendiado varios microbuses. Si eso pasara acá, no dudamos en que los ciudadanos bien nacidos, realistas y agradecidos los denunciarán a la policía, y desde nuestros medios de comunicación nosotros los descalificaremos y/o ignoraremos como el lumpen que son. Así que piénsenlo bien, y recuerden que tanto las calles como los propios micros feos esos están llenas de cámaras.

Atentamente,
Gobernantes, empresarios, expertos e intelectuales al servicio del capital y el orden.

Autor:  Mario Amoros (Chile)
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