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Señores UDI, y, entonces, Uds. ¿dónde estaban?

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En una nota publicada ayer en este sitio, reproduciendo una invitación del Museo Nacional Benjamín Vicuña Mackenna para escuchar una Conferencia del Cónsul de Bolivia sobre “Movimientos sociales y cambios políticos en el primer año de gobierno del Presidente Evo Morales”, Uds. se han atrevido a insertar como comentario el siguiente texto:

Emita su voto: 
http://www.victimasdeltransantiago.cl/  
Porque la UDI escucha al mas necesitado. 
 
Somos hombres y mujeres de la UDI que queremos prestar un servicio a la comunidad, frente a un momento especialmente difícil causado por el nuevo sistema de transporte público que ha establecido el Gobierno, procurando mejorar su servicio.
Señores de la UDI, esa actitud de Uds. de ingresar a nuestro sitio y abusar de nuestra actitud de estar abiertos a recoger opiniones, sugerencias, críticas a lo que se publica en nuestro sitio, demuestra lo que Uds. son: hijos de la dictadura, hijos de la prepotencia, herederos de la peor tradición antidemocrática de nuestro país.

Es tan poca vuestra cultura y el respeto por los derechos de los demás que se atreven a hacer algo de tan mal gusto como esto.

PiensaChile se viene preocupando por el sistema del Transantiago desde hace casi un año. Cuando recién se gestaba el sistema, reprodujimos la opinión y la voz de alerta de periodistas dignos que denunciaron lo que se veía oscuro. Entonces, Uds. ¿dónde estaban? Nuestra actitud, no es la del oportunista, no es la actitud de Uds., busca-votos, demagogos, que se aprovechan del drama que vive nuestro pueblo, producto de la incompetencia y estupidez de los burócratas de gobierno, para tratar de pescar a río revuelto, pensando en las próximas elecciones.

Cuando, durante la dictadura, Santiago se convirtió en un hoyo maloliente, por cuyas calles circulaba cualquier chatarra, con el recorrido que se le ocurriera a su dueño, Uds., ¿dónde estaban?

Cuando, durante la dictadura, se sacó a miles de familias de los “barrios bien”, de los sectores “donde vive la gente linda”, para desterrarlas a la periferia de la ciudad, formando verdaderos ghettos, sin equipamiento comunitario, sin plazas ni parques, sin locomoción, ni servicios públicos, sin calles, Uds. ¿dónde estaban?

Cuando miles de santiaguinos tienen que levantarse aún de noche para atravesar extensiones absurdas en una ciudad que se compone de millones que han migrado del campo, huyendo de la miseria, huyendo de la represión de los latifundistas, corriendo tras el sueño de una vida algo más digna, con trabajo, con educación, con salud para sus hijos, Uds., ¿dónde han estado? Fíjense que la mayoría de los focos principales del Transantiago se da en puntos desde donde salen hacia vuestros barrios las empleadas domésticas, los jardineros, el personal del aseo, los mozos en los restaurantes, los chóferes, los vendedores de “las tiendas lindas”, los obreros que les construyen sus lindas casas, etc.

En la hipocresía, en la demagogia, en el oportunismo, Uds. se hermanan con la casta en el gobierno. Las soluciones que Uds. PUEDEN proponer –y en eso se acercan mucho a los burócratas de la Concertación- no son soluciones, son apenas nuevas oportunidades de negocio para quienes les financian, para quienes le ponen el sueldo en la cuenta corriente.

Es absurdo que el país siga gastando miles de millones en solucionar problemas a una ciudad  –olvidándose del resto del país- que no tienen salvación por la vía que va. Cuando más del 50% de los chilenos vivimos amontonados en un territorio que crece día a día, comiéndose los terrenos agrícolas más fecundos que tiene Chile, los problemas de transporte, de vivienda, de trabajo, de salud, de alimentación, etc. no pueden ser soluciones reales, sino parches –en el mejor de los casos- para los próximos años, pues el crecimiento de esta ciudad es absurdo, anormal, inhumano. Para decir basta a eso, para proponer una alternativa, Uds., ¿dónde están?.

Lo que necesitamos es un nuevo concepto de vida, de desarrollo. Lo que necesitamos es poner fin al modelo consumista que Uds. –todos los partidos políticos representados en el parlamento- promueven o al menos no combaten. Los medios de comunicación “serios y establecidos” –nosotros, “los alternativos”, no existimos para Uds., excepto cuando se trata de una posibilidad oportunista como la de hoy- rebasan de publicidad ofreciendo el nuevo auto, la casa “no pareada”, la última promoción de cualquier basura, etc.  ¿No se dan cuenta que por esa vía el país esta caminando hacía el barranco? ¿De qué futuro nos hablan Uds.?, si no son capaces de ver más allá de la próxima elección. Lo que los medios de comunicación de vuestros patrones hacen es dispersar en el aire  el olorcito a asado, haciéndoles creer que en algún momento van ser comensales en el banquete, aunque sea en la mesa de restos. Mucha gente, demasiada aún, no quieren aceptar que la carne no alcanza para todos. Y siguen comprando en “la promoción de marzo, que les permite comenzar a pagar recién en junio”, pero ya la cuerda se acaba, las deudas se acumulan, y los primeros comienzan a despertar.

No son los marxistas los que están despertando el odio, la rabia, en la gente humilde. Es la impotencia que les está haciendo sentir esta sociedad de consumo, en la cual los valores más nobles, como la solidaridad, la lealtad, la amistad, el amor, la inteligencia, se han convertido en características asociadas a una cerveza, a una pizza, a un perfume, a cualquier basura. ¿Vieron a ese santiaguino que enrabiado rompió a golpes de puño el validador electrónico del bus en que quería viajar? ¿Pueden imaginar “pa’donde va la micro”?

Necesitamos que todos, derecha, concertación e izquierda, entiendan que los problemas que afectan a Chile, son los mismos que enfrenta el mundo: una crisis en todos los ámbitos. Son los mismos problemas de siempre, sólo que ahora se han agudizado al extremo a causa de la llamada “globalización”. Pero siendo los problemas los mismos, los países que tienen el poder, que tienen el dinero, que tienen la tecnología, no los ven, no los pueden ver como los tenemos que ver nosotros, los que formamos parte del llamado “Tercer Mundo”. Por más que Uds. quieran sentirse superiores, no son más que empleados, mejor pagados, pero igualmente mandados, servidores, de los que si son dueños hoy del mundo. Acéptenlo, Chile no es más que un país subdesarrollado, dependiente, y Uds. son parte de esta sociedad, la que sólo se salvara si es capaz de actuar de conjunto, democráticamente, reconociéndole los derechos a cada ciudadanos, pero exigiendo a su vez que cada ciudadano, incluidos los financistas de Uds., cumplan con sus deberes.

El Transantiago nos está mostrando lo duro que será el desarrollo y construcción de las soluciones a los problemas que se nos vienen: energía, agua, medioambiente. Nosotros, los que vivimos del trabajo, la inmensa mayoría de este país, no tenemos otra alternativa que buscar salidas, con los que quieran venir y contra los que se opongan. Se trata ya de la sobrevivencia.

Señores de la UDI, si Uds. quieren realmente “prestar un servicio a la comunidad, frente a un momento especialmente difícil causado por el nuevo sistema de transporte público que ha establecido el Gobierno”, entonces exijan al gobierno que actúe democráticamente: que venga a discutir barrio por barrio, junta de vecinos por junta de vecino, las necesidades de transporte que tenemos, para luego con una suerte de asamblea por comuna decidir un plan a realizar. Basta ya de que sean tecnócratas los que toman las decisiones que luego nos afectan a todos.

Los problemas del país –no sólo el Transantiago- sólo avanzaran hacia soluciones reales, si se involucra a la población en la concepción de ellas. Hoy tenemos democracia, se acabo hace 17 años la dictadura de vuestro ídolo, pero sigue siendo muy restringida cuando un ejército de burócratas nos dice permanentemente “la ciudadanía puede estar tranquila, estamos trabajando en las soluciones que necesitan”. No, la democracia no la hacen los Robin Hood. La democracia se construye desde la base, con la participación de todos.  El que el 51% del sistema ande bien, es una respuesta para tecnócratas. Los ciudadanos no somos porcentajes, somos almas, somos sentimientos, somos sueños, somos voluntad, y volveremos a recobrar la volunta de lucha, la conciencia de que somos una fuerza enorme, aunque a Uds. les de pánico.
Nuestro día se acerca y crece cada minuto.

Comentario Final: Entramos al sitio de Uds. antes de comenzar a escribir este comentario y por suerte capturamos una imagen:

Tratamos de entrar al “Foro” que Uds. ofrecían allí. Queríamos ver que se decía, ver que tan abiertos a los debates públicos son, pero no funcionaba la alternativa “Foro”.

Eran  aproximadamente las 10 de la mañana. Ahora, siendo las 11:12 horas, volvimos a hacer un intento, y “upsss!” el “Foro” desapareció!!!! del menú.

Con esa pequeña anécdota, Uds. reflejan, una vez más, lo que son: renacuajos de dictador. Como les gustaría que la vida, que el país fuera como un sitio web, como un juego cibernético, siendo Uds., por supuesto, el administrador, así sacarían y pondrían los derechos y deberes que les viniera en gana. Vuestro querido e idolatrado Pinochet, lo hizo con los derechos más sagrados de un ser humano, quitando y poniendo cuando quería, por ello ¡NO HAY OLVIDO NI PERDóN, PARA éL Y SUS SEGUIDORES!.
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