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¿Geopolítica del Pentágono versus Teología de Liberación?

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En estos momentos en que las guerras por el gas pueden llegar a ser tan o más peligrosas que las guerras por el petróleo, el corazón gasífero de Sudamérica está en el Oriente boliviano. Su secesión no sólo sería un golpe mortal para Bolivia sino que tendría a la mayoría de Sudamérica como rehén de las rebeldes pro-EEUU.

Con este criterio e inmediatamente detrás de la frontera, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha construido en Paraguay la Base de Mariscal Estigarribia con una pista de cemento reforzado de 3.600 metros de largo. Ello significa que en ella pueden aterrizar los gigantescos cargueros C-5 Galaxy [1] con una capacidad de carga de 118 toneladas. Y significa que cada uno de ellos puede traer un tanque Abrams [2] de 68 toneladas y sobra espacio y capacidad para municiones, repuestos, tripulación, personal de mantenimiento, etc.

En muy poco tiempo el Pentágono puede organizar un puente aéreo, quizás haciendo escala en la base de Manta (Ecuador) y desde allí desembarcar la tropa para penetrar en Santa Cruz de la Sierra y el corazón gasífero de Sudamérica. Por supuesto que lo hará en nombre de la “libertad”, la “democracia”, los “derechos humanos”, todo el discurso puritano que justifica sus invasiones, y el hecho que Evo Morales es aliado de Hugo Chávez, que Hugo Chávez es aliado de Mahmud Ahmadineyah y por ende de todo el “terrorismo internacional”.

Por supuesto que Bolivia no puede esperar nada material ni concreto desde Argentina. Con sus Fuerzas Armadas desmanteladas por el Tratado de Madrid de 1990, con una cancillería desinformada que se enteró que Malvinas –en caso de aprobarse la constitución de la Unión Europea, pasaba a ser dependencia de Europa en lugar de Gran Bretaña– y se enteró por un grupo de activistas locales que lo bajó de Internet, con una ministro de defensa que perteneció al Center for Strategical International Studies (junto con Brzezinsky y Kissinger), que dicha ministra no cree en hipótesis de conflicto sino en “hipótesis de paz” (sic) [3] [4], y sobre todo, con un presidente cuya segunda salida al exterior fue a Londres (julio 2003) para adherir a la “Tercera Vía” [5], nada puede esperar desde Argentina el nacionalismo boliviano.

Campesinado paraguayo: una larga y dolorosa historia de resistencia y represión

El gobierno paraguayo de Nicanor Duarte Frutos, fue el que cedió esta base militar como una pistola apuntando al corazón de Sudamérica. Pero quizás, y como prueba de que Dios existe –y hasta como dirían algunos es “chavista”– desde dentro de Paraguay ha surgido el obispo de San Pedro, monseñor Fernando Lugo Méndez, “uno de los obispos más comprometidos con la realidad campesina”, según la Conferencia Episcopal Paraguaya. En el sutil lenguaje de sus colegas, una especie de Emiliano Zapata con sotana.

La verdadera seguridad pasa por otros aspectos como la alimentación, el trabajo, la salud y la educación

Lugo, de 52 años de edad, fue jubilado en 2004 como obispo del departamento de San Pedro, la zona más pobre del Paraguay, por el Papa Juan Pablo II, desconociéndose hasta el momento los motivos. Es hijo de una familia humilde y reconoce que en su niñez vendía café y empanadas por las calles de Encarnación, para ayudar a su familia. Algo así, pero en el Estado de Barinas en Venezuela, también hizo Hugo Chávez Frías. La vieja, muy española y católica “cruz y espada”, que viene desde los tiempos de Felipe II, parece ser que en estas Tierras de Indias,  ha decidido tomar para el lado de los pobres.

El movimiento campesino paraguayo data de la dictadura de Alfredo Stroessner y tiene una larga y dolorosa historia de resistencia y represión, no solo por la policía y sino también por las guardias de seguridad paramilitares. A su vez el campesinado paraguayo no sólo tiene un catolicismo arraigado desde las misiones jesuitas del siglo 17, y con una iglesia que se distingue por el alto porcentaje de curas de origen campesino –muy diferente a la Argentina, donde hay alto porcentaje de curas de la clase media acomodada– era sólo cuestión de tiempo para ver a un obispo convertido en líder campesino y en una región donde es común que la Guardia de Seguridad (paramilitares de latifundistas) asesinen campesinos.

Veamos lo que dice indymedia luego del asesinato de cuatro campesinos: “Monseñor Fernando Lugo, obispo de la diócesis de San Pedro, expresó que ante tantos testimonios sobre la forma de proceder de las organizaciones de seguridad ciudadana, estas no se pueden sostener. No tiene sentido que existan, acotó, y añadió que la seguridad no pasa por formar estas comisiones o darles más armas a policías, llenar de policías y militares una comunidad. La verdadera seguridad pasa por otros aspectos como la alimentación, el trabajo, la salud y la educación, manifestó el obispo.” [6]

Condoleeza Rice: “No permitiremos otro Chávez en Sudamérica”.

La lucha por el futuro agrario paraguayo está muy polarizada y violenta entre el modelo oficial de latifundio sojero integrado al ALCA y la meta campesina de pequeños productores con producción diversificada y opuesta al ALCA. Este frente anti-ALCA lo integran organizaciones campesinas, sindicales, de derechos humanos, ambientalistas, de estudiantes, el Foro Social paraguayo y la Pastoral Social Nacional [7] y entre sus oradores están, entre otros, los oradores como monseñor Fernando Lugo, de la Pastoral Social Nacional de la Iglesia Católica paraguaya, el dirigente campesino Tomás Zayas, de la Asociación de Productores Agrícolas de Alto Paraná (ASAGRAPA), y Carmelo Ríos, secretario general de SINATEL, del movimiento sindical paraguayo.

Ante el anuncio de la candidatura, el primero en salir al cruce fue el presidente de la latifundista Asociación Rural del Paraguay, Alberto Soljancic, que expresó su preocupación por la presencia de Lugo en la política “porque siendo obispo era quien alentaba y orientaba a los campesinos sin tierra del departamento de San Pedro para invadir propiedades privadas a fin de forzar su expropiación”.

Con perfil más bajo, Gustavo Volpe, dirigente de la Unión Industrial local, insinuó a la BBC de Londres que Lugo “podría recibir ayuda financiera del presidente venezolano, Hugo Chávez” y advirtió sobre cambios radicales que podrían llegar con su ascenso al poder [8]. Ha aprendido la lección de Alan García: para conseguir apoyo del Departamento de Estado hay que acusar al otro de ser “chavista” y apelar a lo que dijo Condoleeza Rice: “No permitiremos otro Chávez en Sudamérica”.

Ya bastante tenían cuando había obispos como Helder Cámara

Los ingleses jamás lentos de la BBC y de acuerdo a las fuentes locales, ya están publicando que si las elecciones fuesen hoy, el obispo Lugo tiene 25% de intención de voto frente al presidente Nicanor Duarte Frutos con 21%.

Ante esta amenaza a la clase política la reacción más fuerte parece venir desde dentro del más que centenario y hoy feudal Partido Colorado. Mirta Gusinsky, – quizás pariente del oligarca ruso Mikhail, hoy refugiado en Israel al ser acusado por Putin de lavado de dinero– y ex esposa de Raúl Cubas, quien ejerció la presidencia entre agosto de 1998 y marzo de 1999, dijo que el prelado “sabía que mi hija Cecilia fue secuestrada en septiembre de 2004 por grupos políticos de izquierda del departamento de San Pedro y no hizo nada
para salvarla
”. Cecilia Cubas, de 31 años, fue encontrada muerta en febrero de 2005. No bien se presentó y ya le están tirando con un cadáver.

Pero quien está realmente muy enojado es el presidente Nicanor Duarte Frutos. Quizás lo esté porque la clase política haya logrado que Juan Pablo II “jubile” al obispo y este patea el tablero al colgar los hábitos e incursionar en un terreno vedado a los obispos, jubilados o no.

El Presidente de la República se sumó a las reacciones sobre la decisión tomada por Fernando Lugo y dijo: “Yo creo que era hora que él diga al país, miren, señores, quiero ser Presidente de la República, tengo todo el derecho legítimo, la Constitución solamente me exige que renuncie, y a partir de ahora las leyes canónicas no me interesan un bledo, y bueno… y creo que es lo que dijo”. [9] Para continuar con “Lugo empezará a sentir en la cancha lo que es jugar un partido, no siempre estar en la gradería y desde allí tirarle con naranjas al árbitro, chiflarles a los jugadores y después hacer grandes comentarios, que si el número 9 estaba bien ubicado el gol hubiese sido cantado. Eso es muy feliz, es muy lindo hacer desde las graderías, pero que sepa cómo se juega al fútbol.” Y cerrar con una nada sutil amenaza en guaraní. “Toikemína la cancha-pe, ha lo mitã toestrivápe itovíllore, ha jahechami mba’éichapa osê” (que entre a la cancha y que los muchachos le pateen el tobillo para ver cómo sale).” Insistió el mandatario que, “en medio de la concertación, entre católicos integristas, marxistas recalcitrantes, Lugo terminará convirtiéndose en una anécdota.”

Para algunos burócratas del Vaticano este rebelde-pero-no-hereje puede ser un problema muy difícil de negociar con sus amigos de “Caballeros de Colón” en el Departamento de Estado, como lo hacían John Foster Dulles o el general Alexander Haig cuando ocupaban el sillón de Condoleeza. Ya bastante tenían cuando había obispos como Helder Cámara, ¿qué pasa si uno de ellos llega a presidente de un país muy católico como Paraguay?

¿Pondrá en peligro la base de la Aérea de Estados Unidos en Mariscal Estigarribia? ¿Caerá la estrategia para controlar el suministro de gas desde Bolivia al resto de Sudamérica?

Para quienes, como decía Rubén Darío, “rezamos a Cristo en español,” sólo nos queda el viejo “A Dios rogando y con el mazo dando.”

El autor de este artículo es coautor, junto con el vicecomodoro Horacio Ricciardelli, de Los Protocolos de la Corona Británica (editorial Struhart, Buenos Aires, 2004)
9 Diario ABC Color, de Asunción


TODOS ELLOS…Y,PARA QUE CADA UNO DE NOSOTROS PODAMOS SACAR NUESTRAS PROPIAS CONCLUSIONES – Mensajes enviados bajo la protección del Articulo 19 de la Declaración de derechos humanos, el cual estipula: Articulo 19. Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.
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"Lamgen Patagonia"

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