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Foxley, un hombre de Bush, y su lobby anti Chávez

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Para quienes lo conocen bien, al menos saben que el actual ministro de Relaciones exteriores del gobierno de Michelle Bachelet, es un hombre al servicio de las políticas del gobierno genocida y terrorista de G.W. Bush, sobre todo en el plano de los TLC, de la aplicación del neoliberalismo, su apoyo irrestricto al genocidio desatado en Irak Afganistán y otros países, y de los aspectos negativos de la globalización y que dicen relación con la defensa de los intereses económicos de las trasnacionales y los Estados Unidos.

Alejandro Foxley, estas últimas semanas, cada vez que ha realizado declaraciones a la prensa, ha dejado entrever de una forma u otra, su solapada  posición en contra de que Chile vote en favor de Venezuela para el Consejo de Seguridad de la ONU.
Precisamente en sus declaraciones deja deslizar  sus presiones indirectas a Bachelet, para que ésta decida votar por Estados Unidos (Guatemala) para dicho Consejo. Foxley en este plano, representa a los sectores duros de la derecha democratacristiana, los mismos que fueron cómplices del golpe de estado de septiembre de 1973 y que aún no responden ante pueblo chileno, por la responsabilidad históricas que tuvieron en estos hechos.
El antichavismo de Foxley, es conocido desde antes que asumiera como actual Canciller del gobierno de Bachelet, que dicho sea de paso, fue una pésima elección para la política exterior chilena. Las organizaciones de derechos humanos en Chile, lo conocen muy bien, pues ha sido además unos de los grandes promotores de que en el país sudamericano, se implanten leyes de punto final en favor de los militares involucrados en los crímenes torturas y desapariciones de chilenos, en la época de la dictadura.
Alejandro Foxley, entre otras cosas, ha sido uno de los impulsores de que Chile tome distancia del Mercosur y privilegie las relaciones con el gobierno neofascista de Bush, y que contribuya a crear un eje paralelo al Mercado Común del Sur. Pero no solo eso, el Canciller ha sido uno de los articuladores de la visita reciente al país del cuestionado presunto presidente de México, Felipe Calderón y del emisario del Imperio el franquista José María Aznar, para que presionaran a Bachelet en lo que respecta a su voto en la ONU,  todo por orden de la siniestra Condolezza Rice.

El regreso de Chile a la CAN, ha sido uno de sus logros. Sin embargo, también es el articulador de un mayor aislamiento de Chile, en el ámbito latinoamericano. Puesto que la CAN no es precisamente un organismo que cuente con cierto prestigio, pues cuenta con países como Colombia, en donde en el plano regional, el presidente álvaro Uribe no es una figura prestigiada, además de encontrarse  cuestionado por la responsabilidad que le compete en las violaciones de los derechos humanos en su país, su ligazón con el narcotráfico y los excesos cometidos por unas Fuerzas Armadas que son dirigidas por el Pentágono yanki. Mientras tanto, Bolivia que también es miembro de la CAN, es un país que se encuentra en camino del Mercosur.

En el caso de Alan García, presidente del Perú, es otro personaje que en el plano latinoamericano cuenta con pésima imagen debido a las acusaciones de enriquecimiento ilícito y las acciones judiciales en su contra por crímenes de lesa humanidad, además no es un hombre de la confianza de Washington, aunque si puede ser utilizado coyunturalmente por el Imperio.
Recientemente Foxley, al margen de la decisión del gobierno venezolano de cambiar embajador manifestó que ello es independiente de la determinación que la Presidenta Bachelet tome previo al 16 de este mes cuando debe manifestar si apoya a Venezuela, Guatemala o bien se abstiene. El cambio de embajador por parte del gobierno de Venezuela en ningún caso incide en la decisión de nuestro país.
El senador del Partido Socialista Alejandro Navarro refiriéndose a Foxley ha expresado: “Lamentablemente, sabemos que el problema de Foxley es que es genéticamente pro norteamericano, y con este tipo de declaraciones pareciera que estuviéramos rindiendo examen de conducta”.No quisiera creer que para nuestras relaciones internacionales es más importante la compra de armas y el certificado de buena conducta de (George) Bush que la construcción histórica y necesaria de la integración latinoamericana". Cabria agregar además que el ministro de relaciones exteriores de Chile, es además visceralmente antichavista.
Pero no todo "es miel sobre hojuelas" para Foxley, pues el presidente del PPD, Sergio Bitar, afirmó hace algunos días atrás que es más fácil que Chile vote ahora por el país caribeño para el Consejo de Seguridad de la ONU luego del cambio de embajador que ocurrió a principios de semana. Afirmó que “la decisión no es Chávez, la decisión es Venezuela”, destacando que “Chile está más cerca de Venezuela en América del Sur, de manera que ésos son elementos estratégicos fundamentales en las decisiones que toman los estados”.
En otro plano y alejándose de la postura oficial de su partido, el diputado DC Gabriel Ascencio exhortó al Gobierno a respaldar la opción de Venezuela ante el Consejo de Seguridad de la ONU, afirmando que Chile ha dilatado demasiado la decisión.
Pero en esto de las presiones directas e indirectas hacia la mandataria, el órgano oficial de la CIA en Chile, el diario golpista El Mercurio, en su edición del domingo pasado, emitió un presunto documento de inteligencia proveniente de su casa matriz (CIA), en donde pretende abrir cierto escándalo con respecto a los acuerdos bilaterales entre Bolivia y Venezuela y que estarían afectando la seguridad del cono sur, según el diario. La desesperación del medio golpista pretende cuestionar el derecho de Bolivia a la seguridad de sus fronteras, construyendo puestos de vigilancia fronterizos con la ayuda técnica de Venezuela. Se pueden cuestionar los acuerdos bilaterales entre Venezuela y Bolivia, pero no se pueden cuestionar los acuerdos militares entre Chile y los Estados Unidos, para los efectos de los intereses geopolíticos del Imperio, eso no se puede poner en duda. Todo esto en el contexto de la votación a favor o en contra de Venezuela.
Al respecto de forma airada el matutino golpista dice…"La advertencia está siendo internalizada en algunos sectores. En el Congreso han comenzado a preocuparse por el asunto y la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara citó para el martes 10 al canciller Alejandro Foxley y a la ministra de Defensa, Vivian Blanlot. Según el diputado UDI y miembro de ésta Iván Moreira, el objetivo será analizar la difusa asistencia financiera de Venezuela a las FF.AA. bolivianas, así como de qué manera este escenario puede complicar un eventual voto de Chile favorable a ese país para convertirse en miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU".
Ahora, esta nueva campaña en contra de los acuerdos bilaterales entre Bolivia y Venezuela, que es monitoreada por el diario golpista El Mercurio, pueden contribuir al alejamiento definitivo de Bolivia de la CAN, lo que dejaría en una difícil situación a Chile y la existencia misma de este organismo.
Pero los dardos del diario golpista, van muchos más allá, en estos ejercicios de presiones de todo tipo, el medio de la extrema derecha acusa a la presidenta de tener una conducta dubitativa al respecto. Señala que la Concertación se encuentra dividida, por la posición inclaudicable de los sectores de la derecha democristiana, que pretenden al costo del quiebre de la Concertación, imponer su lineamiento con las políticas agresivas del gobiern
o terrorista de la Casa Blanca.
Pero para El Mercurio, es vital introducir cuñas que le permitan erosionar la débil cohesión de la Concertación, ante el tema de Venezuela, y así crear las condiciones necesaria para que la extrema derecha pinochetista (UDI-RN) puedan acceder al gobierno el 2010. De allí que el cierre de filas del pinochetismo contra el ingreso de Venezuela al Consejo de Seguridad, apuntan en ese sentido. Les acompañan los sectores de centro derecha de la Concertación que mantienen vínculos con las políticas agresivas de los Estados Unidos y de las Fuerzas Armadas chilenas, que también han ejercido sus presiones, y que siguen ligadas a las políticas de muerte de la Doctrina de la Seguridad Nacional, creada por el Pentágono yanki.
Finalmente en el transcurso de esta semana la presidenta Michelle Bachelet deberá escoger entre las presiones de la extrema derecha (UDI-RN) y de la DC, en su política de alineamiento con el gobierno terrorista y genocida de G.W. Bush, y los procesos de integración que se viven en la región, representado por los países del Mercosur y otros, que quieren mantener su independencia de la Casa Blanca. Al cierre de estas líneas, la correlación de fuerzas se encontraba a favor del voto por Venezuela. Sin embargo está claro, que estos últimos días la DC y la extrema derecha, jugarán sus últimas cartas para lograr su alineación con las políticas anti Chávez, impulsadas por Alejandro Foxley.
09.10.06
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