El vergonzoso reconocimiento de la Universidad de Chile a Roberto De Andraca
por Renato Espoz Le-Fort (Chile)
18 años atrás 3 min lectura
A los académicos(as) de la Universidad de Chile del Vicepresidente de la Corporación de Académicos, Renato Espoz Le-Fort
Hay más días de deshonra para la Universidad de Chile. El reconocimiento institucional a Roberto de Andraca, presidente de la Junta Directiva de la Universidad Diego Portales, por parte de Luis Riveros.
En el libro: El Saqueo de los grupos económicos al Estado Chileno de M. O. Monckeberg se reconstruye parte de de la historia de este saqueo a Chile.
El último gabinete de Pinochet que asumió a fines de octubre de 1988, después del triunfo del "No" en el Plebiscito, tuvo como objetivo estratégico asegurar la proyección de "la obra del régimen". Trasladar las empresas a manos de quienes habían detentado el poder en esos años, fue su norte y el medio, la privatización.
Estos procesos se llevaron a cabo con sigilo y había escasa información pública sobre el tema. La privatización de la Compañía de Acero del Pacífico, CAP, fue una de las más polémicas, tanto por los montos involucrados como por los mecanismos empleados. Y de eso algo trascendió.
Diversos métodos de cálculo utilizados para estimar la pérdida que le significó al Estado de Chile la venta de las acciones de la CAP, concluyen que se perdieron sumas considerables y que la venta de las acciones, que representaba el 60 por ciento de las acciones de la CAP, implicó un subsidio implícito de 220 por ciento que favoreció a quienes se quedaron con la empresa.
De las privatizaciones, la CAP es el ejemplo más sobresaliente. Roberto De Andraca Barbas, un ingeniero comercial, antiguo funcionario de CAP, que era gerente general de la empresa siderúrgica desde 1983, en representación del gobierno militar, preparó el camino de la privatización que llevó a cabo a partir de 1985 y se completó en 1988. De Andraca, desde esa posición, fue una de las caras visibles de la privatización de CAP, privatizado con su empresa. De Andraca pasó en 1990 a ser Presidente del directorio de CAP y miembro del directorio de diversas filiales.
Pero no fue a través de una simple venta de acciones, sino por una curiosa operación.
El procedimiento empleado para lograrlo por el grupo encabezado por De Andraca fue disminuir drásticamente el capital social mediante el rescate por parte de CAP de sus propias acciones, las que anularía después de adquirirlas. Al reducir el número total de acciones en forma no proporcional a la tenencia de éstas en manos de cada accionista, el porcentaje de quienes no disminuyeron el número de sus acciones -es decir los accionistas que no eran CORFO- aumentó, así como también el valor de la compañía que se sometió al procedimiento.
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