Articulos recientes

Al navegar en nuestro sitio, aceptas el uso de cookies para fines estadísticos.

Noticias

Opinión

Simón Bolívar: La carta de Jamaica

Compartir:
La unión como premisa

A 190 años de haberse escrito por Simón Bolívar lo que ha pasado a la historia como la Carta de Jamaica, la concretización de la unión de los pueblos de América Latina y del Caribe a la que se refería constantemente El Libertador, camina hoy por senderos reales y empiezan a hacerse presentes esos sueños y esperanzas.

Los acuerdos que se han firmado y ya se cumplen, como Petrocaribe, TeleSur, Petrosur, Misión Milagro para devolver la visión a millones de latinoamericanos y caribeños, entre otros; todos insertados en esa gran perspectiva que se hace realidad de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), constituyen esa única premisa de nuestros pueblos que es la unión, por la que tanto luchó el Padre de la Patria americana.

Cuando solo contaba con 32 años, el 9 de mayo de 1815, Bolívar emprende el camino del destierro hacia Jamaica, animado por el ideal de batallar allí por la independencia de América.

En Kingston vivió desde mayo hasta diciembre de ese año, tiempo durante el cual meditó y organizó ideas acerca de la situación política mundial, y muy especialmente, la de los países de la región.

Llegaba a esa isla con la experiencia de tres años en la lucha de emancipación, que lo identificó en 1813 con la Campaña Admirable que lo llevó hasta Caracas el 6 de agosto de ese año con la intención de refundar la República.
Al no lograr sus objetivos, Bolívar regresó a Nueva Granada con la intención de repetir la hazaña militar, que tampoco tuvo éxito y adopta la decisión de emprender viaje hacia tierra jamaicana.

La Carta de Jamaica, que estaba dirigida al inglés Henry Cullen, radicado en Montego Bay, en la costa Norte de la isla, fue concluida el 6 de septiembre de 1815 en Kingston, y en ella Bolívar analiza primeramente cuáles habían sido los sucesos históricos en todo el continente americano en la lucha por la libertad.
Se trataba, más bien, de un balance del esfuerzo realizado por los patriotas de entonces en los años transcurridos desde 1810 hasta 1815.

La epístola en cuestión, en la que denomina a los conquistadores españoles como "destructores", refiere que las barbaridades cometidas por estos "parecen superiores a la perversidad humana, y jamás serían creídas por los críticos modernos, si constantes y repetidos documentos no testificasen esas infaustas verdades".
Ya desde los primeros párrafos aparece el tema de la unión de nuestros pueblos como el elemento esencial al que llamaba El Libertador.

"Yo tomo la esperanza como una predicción, si la justicia decide la contienda de los hombres. El suceso coronará nuestros esfuerzos, porque el destino de América se ha fijado irrevocablemente: el lazo que la unía a España está cortado; la opinión era toda su fuerza; por ella se estrechaban mutuamente las partes de aquella inmensa monarquía; lo que antes las enlazaba ya las divide; más grande es el odio que nos ha inspirado la Península que el mar que nos separa de ella; menos difícil es unir los dos continentes, que reconciliar los espíritus de ambos países", señala.

Luego describe argumentos que parecieran ser del presente momento histórico que vive la región, en que el imperio quiere anexarse a nuestros países usando para ello tratados comerciales que acabarán por hacernos cada vez más dependientes del Norte, y a nuestros países simples colonias para servir a los reclamos del amo.
Sentencia Bolívar que "el velo se ha rasgado y hemos visto la luz y se nos quiere volver a las tinieblas: se han roto las cadenas; ya hemos sido libres, y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos…".

Bolívar termina la redacción de la Carta de Jamaica con la reiteración del pensamiento que mantuvo hasta su muerte: la necesidad de la unión entre los países americanos:

"Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria.

"Seguramente la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración.

"Es la unión, ciertamente; mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos."

Y concluía Bolívar: "Cuando los sucesos no están asegurados, cuando el Estado es débil, y cuando las empresas son remotas, todos los hombres vacilan; las opiniones se dividen, las pasiones las agitan y los enemigos las animan para triunfar por ese fácil medio. Luego que seamos fuertes, bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste su protección, se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los talentos que conducen a la gloria…"

MONTEGO BAY, Jamaica,
5 de septiembre de 1815
Publicado por Granma: www.granma.cu

Compartir:

Artículos Relacionados

Deja una respuesta

WordPress Theme built by Shufflehound. piensaChile © Copyright 2021. All rights reserved.