Un cambio de rumbo que será explosivo
por Juan Pablo Cárdenas (Chile)
9 años atrás 6 min lectura
Los gobernantes de todo el mundo siempre enfrentan la disyuntiva si hacer lo que el pueblo le demande o imponer sus propias convicciones. En las democracias, se supone que los jefes de estado deben ser “mandatarios” de los ciudadanos y no atribuirse la facultad de hacer lo que les dé la gana. Hay quienes piensan que la condición de un líder se asocia necesariamente al poder que demuestre en definir el rumbo de las naciones; es decir a la posibilidad de comportarse como un verdadero autócrata, pero legitimado por el apoyo popular o la ventaja que obtuvo en las elecciones que lo llevaron al poder.
En la última contienda presidencial se convocó al país a darle una contundente mayoría a Michelle Bachelet, además de dotarla con los diputados y senadores necesarios para aprobar sus reformas e, incluso, hacerle posible cumplir con los quorum exigidos para modificar los preceptos de la Constitución de 1980 que todavía nos rige. Además de una ambiciosa reforma educacional, se nos prometió una profunda reforma tributaria, la modificación del sistema previsional, el fin del sistema de salud y otra serie de ambiciosas transformaciones que hoy parecen hacerse agua en la excusa de la desaceleración económica, así como en el temor de agraviar al empresariado y a la derecha política que resultó tan aplastantemente derrotada y, al poco tiempo, completamente abrumada por los severos escándalos de corrupción.
A pesar de que hasta hoy los sectores de oposición son los más recusados por la opinión pública, gracias a sus medios de comunicación y a la inconsistencia ideológica de buena parte del oficialismo, la clase patronal y sus representantes en el Congreso han logrado frenar las reformas, afectar gravemente la identidad de la Nueva Mayoría y convencer a La Moneda de recuperar la vía política de los consensos para emprender cualquier cambio. Muchos piensan que la presencia del ministro Burgos en el Gabinete, como la de otros secretarios de estado, más bien sirve a los propósitos de la oposición que a los de una Primera Mandataria que día a día parece más ausente de los grandes temas y resoluciones. La aquiescencia mostrada por el Gobierno a la presiones de los empresarios camioneros, así como la destitución del intendente Francisco Huenchumilla, en la Araucanía, parecen marcar un antes y un después en el rumbo del Gobierno.
En efecto, es evidente que el Ejecutivo ha renunciado a convocar una Asamblea Constituyente y que, incluso la idea tan solo modificar la Carta Fundamental parece diferirse a una futura administración. También se nos advierte por distintos medios que el sistema de las AFPs no será de ninguna forma afectado en la usurera manera en que sus entidades especulan con las cotizaciones previsionales de los trabajadores. Muy por el contrario, lo que se ha filtrado, ahora, es la voluntad del Ejecutivo de postergar en dos o tres años la edad de jubilación de las mujeres, lo que obviamente le traería más recaudación y dividendos a los administradores de estos fondos de pensiones.
Aunque todo el país reconoce que la salud está en verdadera crisis, tal parece imponerse que la solución no será, tampoco, que el Estado recupere autoridad en esta materia sino que delegue todavía atribuciones a la “iniciativa privada” que administra tan provechosamente este derecho humano tan fundamental. Ni qué hablar más de derogar la Ley Reservada del Cobre que beneficia a las Fuerzas Armadas o atreverse a suprimir los infames privilegios castrenses que en materia de recursos fiscales, justicia, pensiones y otras materias mantienen los uniformados. En consecuencia de ello es que el propio ministro de Defensa tiene la desvergüenza de asegurar que las distintas ramas de las FF.AA. están efectivamente colaborando con el esclarecimiento de las violaciones a los Derecho Humanos de la Dictadura, cuando en estos mismos días se descubre que todavía pertenecen y trabajan para el Ejército siniestros agentes de la Dina o la CNI.
Incluso la demandada Reforma Laboral, como la posibilidad de reestablecer el derecho de huelga, es algo que está enfrentando muchas dudas entre los legisladores oficialistas, aplacados por la campaña del terror empresarial y la férrea oposición de los sectores más refractarios a los cambios dentro del Congreso Nacional. Al mismo tiempo, por lo demás, en que los objetivos de gratuidad de la enseñanza, de dignificación de la carrera docente, como de fortalecimiento de la educación pública se hacen cada día menos promisorios. Y hasta los propios diseñadores y ejecutores de esta reforma insigne empiezan a dudar de la conveniencia de poner más Estado y menos lucro en la instrucción.
Tal parece que las propias reformas políticas serán resistidas por los partidos y las cúpulas dirigentes, en el temor de que los recursos económicos mengüen y afecten los resultados electorales. Ya se sabe que la iniciativa de que los partidos se sometan a un nuevo proceso de reinscripción y se les exijan estatutos y prácticas internas democráticas ha caído como un balde de agua helada en los diferentes caudillos que controlan estas organizaciones de suyo desacreditadas. Una vez que ha amainado el impacto por los descarados vínculos de la política con los negocios, ya hay quienes incluso dudan de que la Ley Electoral ponga fin al financiamiento empresarial a los candidatos e imponga transparencia en el origen y destino de estos recursos.
Se dice que la pérdida de popularidad de la Presidenta Bachelet debiera inhabilitarla para cumplir su programa de Gobierno, sin considerar que en esto ha influido mucho más la incorrecta conducta de su hijo y nuera más que el abandono de parte de la ciudadanía de los propósitos que la retornaron a La Moneda. Sin considerar, tampoco, que en buena parte de esa abstención del 58 por ciento hay que contar a los que, aspirando a cambios profundos y radicales, no confiaron en la Nueva Mayoría, como en su abanderada la posibilidad de implementarlos. Lo que los hechos y las defecciones actuales les dan la razón.
En este sentido, lo que hay que lamentar es que la actual “mandataria” renuncie a dar cumplimiento a las expectativas del pueblo. Que su actitud demuestre su incapacidad de liderar estas reformas claramente avaladas por la ciudadanía, las crecientes movilizaciones sociales y las demandas irreductibles de un país que hace rato tiene asumido que los objetivos de justicia social no son posibles dentro del modelo político, económico y social vigente. Después de comprobar en carne propia que los años dorados del crecimiento sostenido solo produjeron más concentración de la riqueza e inequidades, así como la fatal realidad de la corrupción. Un fenómeno que cruza transversalmente a todos los poderes e instituciones del Estado.
Decepción popular que, más temprano que tarde, nos lleva al riesgo de una nueva confrontación social, al derrumbe de las instituciones y a un orden nuevo conseguido por otros medios. En la certeza de que la espera ya ha sido demasiado larga, fatigosa e inútil.
*Fuente: Radio U de Chile
Artículos Relacionados
Francia estaba preparando el derrocamiento de Kadhafi desde noviembre
por Franco Bechis (Roma, Italia)
13 años atrás 6 min lectura
El nuevo libro de RFK Jr: «El encubrimiento de Wuhan»
por Bebbie Lerman (EE.UU.)
1 mes atrás 17 min lectura
AFP: Radiografía a los $347 mil millones de utilidades netas que obtuvieron en 2017
por Alberto Arellano (Chile)
5 años atrás 22 min lectura
Director de la CIA, William Burns, revela charla con Putin y confiesa el desvanecimiento de EE.UU.
por Alfredo Jalife (México)
1 año atrás 4 min lectura
Las crisis de las deudas permanentes, en las sociedades tarificadas
por Mario Briones R. (Chile)
5 años atrás 9 min lectura
¿Por qué el Banco Federal va al rescate de la más grande compañía de Seguros del planeta?
por Ellen Brown (EE.UU)
16 años atrás 13 min lectura
¿Una cuenta pública en Las Condes sin referirse a la probidad y a la transparencia?
por Andres Kogan Valderrama (Chile)
22 horas atrás
A propósito de la última cuenta pública de la alcaldesa de Las Condes Daniela Peñaloza, llevada a cabo el pasado martes 23 de abril, tenía ciertas expectativas al respecto, luego de conocer los innumerables casos de falta a la probidad y transparencia que atraviesa su gestión. A raíz de lo anterior, pensé que se referiría esta vez al tema en alguna medida durante su discurso, como una respuesta a los y las vecinas de Las Condes.
El jázaro, no semita, Netanyahu tilda de “antisemitas” a los estudiantes antigenocidas
por Alfredo Jalife-Rahme (México)
1 día atrás
El término “semita”, inicialmente aplicado a los árabes, sin importar que fuesen judíos, cristianos o musulmanes, se utiliza ahora para designar a los judíos, sean semitas (sefarditas) o europeos (askenazíes). Subrayando ese “deslizamiento” semántico, el autor mexicano Alfredo Jalife ridiculiza la propaganda del primer ministro israelí Benyamin Netanyahu.
El Sáhara Occidental, una línea roja para la prensa en Marruecos
por Alfonso Lafarga (España)
22 horas atrás
05 de mayo de 2024 Las autoridades marroquíes utilizan contra los periodistas independientes asuntos inventados, como acusaciones de violación, trata de personas, adulterio o la práctica ilegal del aborto….
El jázaro, no semita, Netanyahu tilda de “antisemitas” a los estudiantes antigenocidas
por Alfredo Jalife-Rahme (México)
1 día atrás
El término “semita”, inicialmente aplicado a los árabes, sin importar que fuesen judíos, cristianos o musulmanes, se utiliza ahora para designar a los judíos, sean semitas (sefarditas) o europeos (askenazíes). Subrayando ese “deslizamiento” semántico, el autor mexicano Alfredo Jalife ridiculiza la propaganda del primer ministro israelí Benyamin Netanyahu.