Es imperativo cambiar, pues el mero crecimiento primario exportador ha dejado de ser una opción de crecimiento y de desarrollo. Ya ni las exportaciones primarias ni el país pueden crecer a los ritmos de hace décadas, ni a los ritmos que se necesitan en el presente, sin entrar en el terreno de lo tecnológico y lo competitivo y sin tener horizontes de mediano y largo plazo.