Colombia: Mafias, conspiraciones y la «Coin»
Si llegáramos a acordar un cese al fuego bilateral en la Mesa de conversaciones de Quito, ¿quién detendría las operaciones paramilitares?
Es de conocimiento público que a las zonas de donde salieron las FARC están llegando paramilitares y al tiempo arrecian sus ataques contra territorios en donde está el Ejército de Liberación Nacional. Todos saben que estos escuadrones son el soporte de las mafias del narcotráfico y que el régimen les deja hacer su negocio a cambio de que hagan contrainsurgencia, en una réplica al modo de guerra usado por los Estados Unidos en Afganistán.
Paramilitares en Colombia: un ‘déjà vú’ de sangre en tiempos de paz
Los grupos armados están copando las zonas que las FARC han dejado libres tras los acuerdos de paz. Las amenazas y asesinatos a líderes sociales, sindicalistas y defensores de derechos humanos se han disparado y temen que el exterminio político de hace décadas se repita. Mientras, el Gobierno de Santos niega el paramilitarismo y habla de crimen organizado. Al presentar este jueves su informe anual sobre la situación de derechos humanos en Colombia, la ONU alertó sobre el asesinato de 127 líderes sociales en el país el año pasado, de los cuales 64 eran activistas y otros tres están bajo verificación.
Colombia: La ONU está preocupada por asesinatos de líderes sociales
«Nos preocupa muy profundamente la violencia contra líderes, lideresas y defensores y defensoras de derechos humanos. La persistencia de esta violencia pone en riesgo el propósito común de la paz en el país«, señaló Martín Santiago, coordinador residente de Naciones Unidas en Colombia. El informe anual de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos alertó sobre el aumento de los ataques a activistas sociales. El año pasado la cifra llegó a 127 líderes asesinados y la mayoría de ellos murieron en zonas previamente ocupadas por las FARC.
Colombia, El Cauca: «¡La Paz no puede traernos más muertes que la guerra!»
Carta pública al “Nobel de Paz” y presidente Juan Manuel Santos, con relación de su visita al departamento del Cauca
No se puede garantizar una PAZ estable y duradera, si a diario siguen amenazando, atentando y asesinando las personas, a los líderes y lideresas sociales en el país, por eso es urge que el Gobierno Nacional y las Instituciones del Estado colombiano realicen acciones directas que desmantelen las estructuras de guerra y paramilitares que atentan contra la vida de quienes construyen la paz desde los territorios.
Colombia: Unir en lo que une hacia una rebelión urgente y desarmada
Una rebelión desarmada tiene que ser drástica, sin teorías declaradas, ni ideologías expresas, sin caudillos, ni salvadores, sin acuerdos privados, sin dogmatismos ni viejas cuentas que cobrar, que sepa prevenir e inmovilizar antes de su nacimiento las reacciones en su contra.
Una rebelión desarmada que no espere a que los acuerdos de paz sean adecuados por la retórica de los partidos tradicionales y sus nacientes fundamentalismos de ultraderecha y que tampoco se pierda en las trampas del desgaste, el eventismo y la fragmentación a la hora de deponer intereses y definir la agenda de mínimos comunes para tomar el control del Estado, humanizar y adelantar la acción política.
Colombia: Esconden la realidad y nos roban el futuro
Hace más de diez años el expresidente colombiano Alvaro Uribe negó la existencia del conflicto armado interno, y ahora el Ministro de Defensa Luis Carlos Villegas, niega la existencia de ataques sistemáticos contra las personas defensoras de los Derechos Humanos y la existencia del paramilitarismo. El año pasado hubo al menos 85 personas defensoras de los Derechos Humanos asesinadas. La mitad eran campesinos-as, indígenas, negros-as que reclaman la devolución de las tierras que les robaron mediante el terror paramilitar
Colombia: Mas allá del Premio Nóbel de la Paz a Santos, la guerra, con sus diversas expresiones, continúa
De nuevo, la élite colombiana ha logrado salir indemne de todo el dolor y el vejamen que produjo en más de 50 años. Esta vez, incluso, con los laureles de un premio Nobel aunque es verdad que a la vista de algunos casos de asignación de ese premio (recientes y no tanto) no demuestran que siempre se premie una voluntad de paz.
Viendo el premio Nobel en ese prisma, parecería más una mampara para esconder una dura realidad: la guerra, con sus diversas expresiones, continúa.
Carta abierta al Señor Presidente Juan Manuel Santos, por el Secretariado Nacional de las FARC-EP
Es muy dramática y preocupante la situación: más 200 muertos en lo que va corrido del año, con un total manto de impunidad. Un nuevo genocidio está en marcha contra líderes sociales y campesinos.
Señor Presidente, es de conocimiento público que quienes están detrás de estos asesinatos selectivos y de carácter político, son los mismos que han cosechado dinero, poder y privilegios, gracias a la guerra fratricida que por más de 52 años ha desangrado al país.
Colombia: La última asamblea de las FARC-EP
A pesar de toda esta estrategia de dominación, cuya principal fuerza de acción ha sido el paramilitarismo, no han logrado amilanar a todo un pueblo en resistencia. Todos estos años de represión no han impedido que los colombianos se haya organizado en infinidad de organizaciones sociales, colectivos, sindicatos… y por supuesto en insurgencias a modo de guerrillas que mediante la lucha armada han defendido los intereses del pueblo en contra del modelo económico neoliberal imperante y al fin del propio capitalismo.
El libro de Sergio Camargo: “El narcotraficante Nº 82 Álvaro Uribe Vélez, Presidente de Colombia”
Para tratar de entender lo que ocurre en Colombia
El texto reseña, publicado en el año 2008, entre otras cosas, que en los años 90 el ex presidente Uribe figuraba en una lista elaborada por Estados Unidos, como uno de los narcotraficantes más peligrosos de América Latina. En la misma lista, justo tres números antes, en el puesto 79, también aparecía el famoso narcotraficante Pablo Escobar.