«Diputado Gonzalo de la Carrera, atrévete a decirme a la cara que no fui torturado en dictadura»
En la oscuridad de la fétida capucha apenas respiras, te aprieta la garganta, te abruman el calor, el miedo. De pronto, sientes que te ponen cables en el pene, en las muñecas. Desconoces el motivo, hasta que comienzan a aplicarte corriente con un magneto; poco a poco van subiendo la intensidad.