Tres niños perdidos en el paraíso neoliberal
Si esto hubiera sucedido en un país como Cuba, Nicaragua o Venezuela tendríamos a todos los medios de comunicación, tanto escritos, como digitales, colocando el grito en el cielo, condenndo lo que, para la derecha de Chile e internacional, sería un crimen atroz. Pero no ocurrió así. Sucedió en un país que se ufana y vanagloria de ser el más desarrollado de nuestra América Latina.