Caza de pobres: La distracción perfecta
La fecha del 14 de julio de 2019 como inicio de las redadas contra los inmigrantes ilegales es arbitraria pero consistente con la psicología fascista que ama las decisiones intempestivas y simbólicas (fácil de mediatizar) contra algún grupo específico de los de abajo demonizados como “el otro”: judíos de a pie, musulmanes de a pie, inmigrantes de a pie. Claro, no cualquier inmigrante ilegal sino los más pobres, desesperados y con la piel más oscura. Los otros inmigrantes ilegales, si son blancos, pasan desapercibidos o, si son blancas, hasta se convierten en Primera Dama.
Cultura a todo vapor: 80 aniversario del Winnipeg movilizará a agentes culturales en todo Chile
Con motivo del 80 aniversario de ese evento, más de 20 instituciones y agentes culturales están configurando una significativa y multidisciplinaria parrilla de actividades, que se desarrollarán entre agosto y septiembre de este año, y que acercarán la historia del Winnipeg y las repercusiones que tuvo en la sociedad chilena la llegada de los exiliados republicanos españoles, en una colaboración interinstitucional a una escala sin precedentes en nuestro país.
Venezuela: Libertad para los Comuneros encarcelados por defender la propiedad del Estado
Es bien conocido que el fascismo en Chile no comenzó a actuar a partir del 11 de septiembre de 1973, fecha del golpe contra el Compañero Presidente Allende, ya desde meses antes, a través de la justicia y de los sectores más reaccionarios de las Fuerzas Armadas, se encarcelaron estudiantes, obreros, campesinos, se produjeron desalojos de las fábricas y tierras recuperadas. Todo con el objetivo de debilitar la organización popular y desmoralizar al pueblo que defendía el proyecto de la Unidad Popular. Aprendamos lecciones de la historia.
Avanza la intolerancia y el fascismo en las Américas
Avanza la intolerancia y el fascismo en las Américas. La victoria de Jair Bolsonaro en Brasil implica una declaración de guerra de los ricos en contra de los pobres, de los eurodescendientes en contra de los afrodescendientes y del miedo contra la esperanza.
Es como si en México la ‘marcha fifí’ hubiera asaltado Palacio Nacional.
Cómo derrotar a la ultraderecha sin pronunciar la palabra fascismo
El triunfo de Bolsonaro en Brasil encierra importantes lecciones para la izquierda mundial. Para ganar la batalla a la ultra derecha, las izquierdas deben entender que se enfrentan a un enemigo fragmentado diferente del unitario fascismo histórico
Decir “fascismo” confunde y despolitiza
La extrema derecha actual es hija del extractivismo/cuarta guerra mundial, mientras el fascismo fue parido por el capitalismo monopolista en competencia por los mercados mundiales, por el colonialismo e imperialismo en su deriva racista, como señaló Hannah Arendt en Los orígenes del totalitarismo.
“Bolsonaro no es Mussolini, es peor”
–¿Cómo se explica que lo hayan votado los que serán afectados por sus políticas?
–La unidad que hoy consiguió, Bolsonaro la está resolviendo en las clases de ingresos muy bajos con el uso de la inseguridad. Dijo: “Yo voy a matarlos. No tendremos policías. Vamos a matarlos”. ¿Esto lleva confort a quiénes? A los más afectados por la violencia criminal en las grandes ciudades, que son los pobres. Y que no tienen quién los proteja, ni mediadores en su relación con el Estado. Sin esta mediación estatal entra el justiciero, el líder, y ese líder quiere resolver las cuestiones concretas de la vida, rápidamente.
Jaime Guzmán Errázuriz y su concepción sobre la pena de muerte
Para Jaime Guzmán, ideólogo de la dictadura de Pinochet la pena de muerte era una oportunidad para que, en los últimos minutos de su existencia, el condenado a muerte tuviera la oportunidad de arrepentirse de ser comunista y salvar su alma para la eternidad. Esta misma posibilidad la despreció el mal ladrón en el Monte Calvario, cuando le gritaba a Cristo que “si eres verdaderamente rey, sálvate a ti mismo”, mientras el bueno, a su derecha, le creyó y Jesús le anunció el inminente goce en el paraíso.
Bolsonaro es una creación de la clase media
Esta nueva derecha no puede combatirse con argumentos ideológicos, ni aplicándole adjetivos como «fascista» que solo entiende una minoría militante formada en universidades. La clave está en la disputa viva de la vida cotidiana. Eso es lo que vienen haciendo en las últimas décadas las iglesias evangélicas y pentecostales, con un éxito sorprendente. Defienden un patriarcado fundamentalista, con la intención de retrotraer las relaciones sociales al siglo XIX. Han levantado miles de templos, sobre todo en los barrios pobres y favelas, desde donde proclaman sus verdades y han jugado un papel destacado en el crecimiento de la nueva derecha.