Campesinos venezolanos marchan para exigir entrega de tierras y justicia por sicariatos
Jesús Osorio, representante de la plataforma Lucha Campesina, dijo que de los acuerdos planteados con Maduro solo se cumplió un 10%, por lo que ahora piden que el mandatario los vuelva a recibir.
«No somos contrarios a las políticas que ellos tienen, pedimos que revisen ciertas cosas donde a nosotros nos desplazan del campo para entregarle tierras en alianzas a grupos económicos nacionales e internacionales (…) el presidente debe revisar la cadena titulativa porque le están entregando la tierra a un grupito, fortaleciendo a la vieja burguesía«
Cierra el Foro de San Pablo en una Venezuela bajo asedio
Las cotidianeidades en Venezuela mientras tanto continúan su curso entre dificultades materiales, resistencias de trinchera, y episodios que hablan de una violencia subterránea en crecimiento en zonas de frontera y cercanías, como la ocurrida el sábado, con el asesinato de seis militantes chavistas en el estado Barinas a manos de paramilitares.
Chávez es mayoría
Chávez nunca permitió que los grupos, “anillos” o asesores lo convirtieran en minoría. Chávez sabía que una revolución sin ser mayoría, fenece. Las revoluciones no las hacen los gobiernos, las hacen las mayorías populares, las hacen los pueblos bajo un liderazgo ético.
Hoy, el PSUV no puede conformarse con ser la mayor de las minorías electorales. El chavismo nació de las mayorías y solo siendo mayoría política, social y cultural, expresada electoralmente, podrá lograr sus objetivos de consolidar y expandir la Independencia, la democracia protagónica, la igualdad social, una sociedad productiva y honesta, forjar una cultura del trabajo, en fin, abrir el camino hacia una democracia socialista.
La guerra en Venezuela está construida sobre mentiras
La gente común consideraba a Chávez y a su gobierno como sus primeros campeones: los suyos.
Esto fue especialmente cierto en el caso de los indígenas, mestizos y afro-venezolanos, quienes habían sido condenados por el desprecio histórico de los predecesores inmediatos de Chávez y por los que hoy viven lejos de los barrios, en las mansiones y áticos del este de Caracas, que viajan a Miami, donde están sus bancos, y se consideran “blancos”. Son el núcleo poderoso de lo que los medios llaman “la oposición”.
Cuando me reuní con esta clase, en los suburbios del Country Club, en hogares con candelabros bajos y malos retratos, los reconocí. Podrían pasar por sudafricanos blancos, la pequeña burguesía de Constantia y Sandton, pilares de las crueldades del apartheid.
Como EEUU estrangula Haití mientras intenta dar un golpe en Venezuela
En 2005, cuando los precios del petróleo comenzaron a ascender y los socialistas bolivarianos liderados por Hugo Chávez estaban en su cumbre, 14 países del Caribe se reunieron en Puerto La Cruz, Venezuela, para lanzar el esquema de Petrocaribe. La idea era elegante. Venezuela, con una de las más grandes reservas de petróleo del mundo, vendería el crudo a las islas caribeñas en apuros a través de un negocio muy lucrativo. Parte del petróleo era pagado por adelantado y el resto sería cancelado con los años bajo una ridícula tasa de interés (1%).
Cooperación militar Rusia-Venezuela: Un dolor de cabeza para EE.UU.
Desde la llegada de Hugo Chávez al poder, Venezuela ha destinado parte de su gasto público a una acertada inversión en el sector de defensa por vías alternas a la industria militar estadounidense, después de que en 2006 Washington le negara la adquisición de antiguos aviones caza-bombarderos F16. A partir de allí, se establecieron relaciones bilaterales con Rusia para dotarse de rifles, tanques, vehículos, aviones de combate, buques de guerra, helicópteros de transporte y sistemas de misiles antiaéreos, vanguardia tecno-militar por encima de la tecnología anglo.
La nueva Guerra Fría y Venezuela
Venezuela está al borde de una intervención militar extranjera y el baño de sangre que resultará puede asumir proporciones dramáticas. Quien lo dice es el líder más conocido de la oposición a Nicolás Maduro, Henrique Capriles, al afirmar que el presidente-títere Juan Guaidó está usando al pueblo venezolano como “carne de cañón”. Él sabe de lo que está hablando. Sabe, por ejemplo, que Hugo Chávez tomó muy en serio el destino de la experiencia socialista democrática de Salvador Allende en Chile. Y que, entre otras medidas, armó a la población civil, creando las milicias, que obviamente pueden ser desarmadas, pero que muy probablemente ello no ocurrirá sin cierta resistencia.
Hipocresía en torno a Venezuela
No me digan que a Estados Unidos le importa la democracia en Venezuela. No sé cómo reírme.
¿A Mike Pompeo le interesa la libertad de los venezolanos y el respeto a los derechos humanos? ¿Mike Pompeo? ¿No es el mismo cerdo que hace poco le pidió al príncipe asesino de Arabia Saudita que investigara, por favor, el descuartizamiento y disolución en ácido del periodista Jamal Khashoggi, sabiendo que fue el próximo rey saudí el autor intelectual del crimen? Es el mismo Pompeo que fue jefe de la CIA y que en esa condición defendió las torturas, los centros de reclusión clandestinos que Estados Unidos tiene regados por el mundo, las detenciones ilegítimas con fines de obtener información. Es el mismo sucio Pompeo que ha considerado patriótica la invasión de las comunicaciones privadas a escala universal siempre y cuando el interés de los Estados Unidos así lo demande.
Boaventura de Souza: «Por qué sigo defendiendo a la Revolución Bolivariana»
Sabemos también que hay problemas -nadie va a negar que hay problemas en Venezuela- y sabemos también que Maduro no es Allende. Pero la verdad es que cuando se organizan las elecciones en 2015 las mayorías estaban muy poco contentas con algunos de los desarrollos de la Revolución Bolivariana, pero querían continuar con la Revolución Bolivariana: corregirla, no eliminarla. Por eso, cuando viene la Asamblea Constituyente -en las condiciones difíciles que sabemos, con lugares de voto que han sido quemados, que han sido impedidos- ocho millones de personas se manifestaron a favor. Me parece que la mayoría de los venezolanos no quiere exactamente el tipo de políticas bolivarianas que Maduro está realizando en este momento, pero quiere que siga el mismo proyecto de inclusión social, de dar más poder a las comunas, a los más pobres, etc.
Fundador de Telesur: ”La izquierda se ha quedado en la denunciología y el lloriqueo”
Para el fundador de Telesur el problema de la izquierda no dice relación con el presupuesto, sino con la carencia de ideas. Aharonian valoriza el trabajo en redes y lo alza como indispensable para el avance de las ideas progresistas en el continente. Cree que Telesur fracasó en su intento de ser latinoamericano, que la idea ya se quemó y que los gobiernos de izquierda, en su mayoría, no reconocen el valor de las comunicaciones. A Chávez, en ese plano, “lo tuvo que dar vuelta”, asegura.