No quieren Asamblea Constituyente, sólo algunas reformitas a espaldas del pueblo
La noche del lunes 1º de diciembre, la cúpula gobernante confirmó formalmente –con la acostumbrada sobredosis de eufemismos- que no promoverá Asamblea Constituyente sino algunas reformas a la actual constitución desde el parlamento. Este procedimiento no será Participativo, ni Democrático, ni Institucional.
Por una democracia social y participativa
Estamos convencidos que las cosméticas constitucionales, como la eliminación de senadores designados y vitalicios, la supeditación de los comandantes en jefe al poder político, la reforma del sistema electoral municipal, y otras no han cambiado, en el fondo, el carácter autoritario y despectivo de la soberanía popular, que informa todos los artículos de la Carta Fundamental.
Los veteranos del Senado y la Asamblea Constituyente
El senado, institución inútil, que consume un presupuesto enorme de la nación y, además, sólo sirve para retardar los proyectos de ley, se ha convertido en la cueva donde los oligarcas se regocijan manteniendo sin cambios el statu quo del Chile actual. La convocatoria a una Asamblea Constituyente se hace, hoy por hoy, más necesaria que nunca, pues con la existencia del actual senado y del tribunal constitucional es prácticamente imposible lograr un país democrático. La tarea ahora es refundar la república.
Osvaldo Andrade (PS) descarta nueva constitución
Hace ya mucho tiempo que el liderazgo de la Concertación ha desechado el único camino viable para establecer una Constitución auténticamente democrática, sin el veto de la derecha minoritaria: la Asamblea Constituyente.
Fundación Constituyente XXI y Asamblea Constituyente
No habrá Asamblea Constituyente… sin presión popular
Necesitamos una Asamblea de la que surja, por primera vez en la historia de Chile, una Constitución que realmente represente a todos sus habitantes, que impida el regalo de nuestras riquezas básicas, que proclame de manera explícita la autonomía de nuestros pueblos originarios, que consagre de manera directa y explícita el derecho a la educación, a la salud, al trabajo, y obligue al Estado a ser garante y promotor directo de esos derechos.
A 44 años del triunfo electoral de la Unidad Popular: Allende a La Moneda
Han pasado más de cuatro décadas y un cuarto de siglo de gobiernos sucesores a la dictadura que poco y nada hicieron; gobiernos que se entregaron y nos entregaron al mismo sistema. Han pasado más de cuatro décadas, y hoy más que nunca tenemos el imperativo moral y político de retomar la senda democrática interrumpida a golpe de sangre. Refundar el compromiso con quienes fueron asesinados y desaparecidos. Y, como soberanos que somos, constituirnos para alcanzar la única reforma que nos saque de este fondo: una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución.
Contra la raíz de los problemas. Plebiscito Popular por una constituyente del sistema político de Brasil
Este año la celebración del Día de la Patria en Brasil se producirá en una coyuntura política muy particular. Por un lado, las jornadas preelectorales dejan ver dos proyectos de país en disputa; por el otro, millones de brasileños y brasileñas responden “Sí” ante la pregunta ¿Está usted a favor de una Constituyente Exclusiva y Soberana del Sistema Político?
De la Revolución de Independencia al ejercicio del Poder Constituyente
Chile, del Reino de Castilla al reino del dinero
Así como en 1830 en Chile pasamos por la transición de la monarquía castellana a la oligarquía criolla, en 1990 pasamos de la tiranía de un dictador –curiosamente el mayor admirador de Francisco Franco– a la dominación de una plutocracia subordinada a las órdenes del imperio económico transnacional que nos gobierna hasta el día de hoy. Después de un largo periodo de 17 años de Dictadura, en 1989 comenzó la llamada “transición a la democracia”, la cual estuvo marcada por nuevos engaños que dejarían amarrada nuestra institucionalidad para que nunca pudiese ser cambiada conservando los privilegios de los grandes poderes económicos.
Pinochet en el corazón
La ominosa opinión del senador Andrés Zaldívar, en cuanto a la necesidad de que sean solo los “cocineros” de la política los que definan y acuerden los cambios, expresa con claridad que el espíritu democrático no ha logrado posicionarse en los dirigentes ni en los partidos políticos que, según a veces manifiestan, buscan mayor participación y equidad social. Pero la desafortunada expresión del parlamentario falangista solo sinceran los procedimientos habituales de la llamada política cupular.