Santiago alzado: No es el Metro, es el pinochetismo que agoniza
«Protesto por tanta injusticia, por tanto abuso y porque nuestra voz no es escuchada jamás», dice una persona anónima, un perfecto y corriente desconocido en la Plaza Ñuñoa de Santiago. Ya es sábado 19 de octubre y las protestas populares que arrancaron con el alza del pasaje del Metro, se han tornado en expresión de los derechos sociales inexistentes en un país que representa la caricatura del manual del liberalismo ortodoxo más doctrinario. Las relaciones sociales, vueltas mercancía; los bienes comunes privatizados; una oligarquía conservadora culturalmente y rabiosamente liberal en el plano económico.
Para recordar, un artículo de 2010: “Lumpen y vandalismo”
Existen varios factores que explican el “lumpen y el vandalismo” y quizás si el primero, asociado a los gobiernos de la Concertación, es el deterioro de la sociedad civil, los bajísimos niveles de asociatividad en todos los ámbitos de la vida social, estimulados en su oportunidad por el primer gobierno democrático para facilitar la transición sin que las demandas populares, contenidas por muchos años, crearan problemas de gobernabilidad. La sindicalización ha disminuido, las juntas de vecinos tienen una existencia que languidece, los centros de madres están en extinción, quizás si los clubes deportivos gozan de buena vida, pero volcados a sus propios asuntos; los vecindarios ya no existen como realidad, por más que se declare que es la manera de disminuir la delincuencia. Las redes sociales son impersonales y las han reemplazado el teléfono móvil y la internet. Los vecinos organizados que se han visto en la televisión son organizaciones “en contra” y no organizaciones “a favor”, son espontáneas, momentáneas y no son en rigor propiamente organizaciones.
Aló, ¿oficina del Grupo de Lima?
Alo, comuníqueme con el presidente de Chile, por favor.
No puede contestar. A esta hora se encuentra en el cumpleaños de su nieto y después se va a su casa a esconderse protegido por las fuerzas armadas y carabineros muy asustado por las grandes manifestaciones de estudiantes que parecen haberse cansado de tanto abuso, mentira y corrupción.
Hay que diferenciar entre las justas protestas y el saqueo y vandalismo del lumpen
A esta hora, la situación en Santiago y en otros puntos del país, la situación se ha ido complicando a niveles inmanejables. Hay que decirlo claramente, una cosa es la justa lucha de los que han protestado en contra de las alzas y las consecuencias de 40 años de aplicación a rajatabla del modelo neoliberal en nuestro país, y otra cosa es el vandalismo y el lumpen que ha hecho de las suyas anoche y todo apunta a que ya va avanzando hacia peores esta noche también.
Joven realiza profundo análisis ante evasión en el Metro y deja callado al panel del «Bienvenidos»
Las manifestaciones registradas en el Metro de Santiago continúan y el descontento por parte de los ciudadanos ante el alza en el pasaje se ha hecho sentir a través…
Bolivia: la derecha sólo es democrática cuando gana
El sostenido nivel de éxitos económicos de Evo Morales y de su ministro de Economía, Luis Ortiz, prueban que la izquierda es capaz de gobernar y de tener frutos importantes en la economía, por el contrario, los rotundos fracasos de Mauricio Macri, Jair Bolsonaro, Iván Duque, Lenin Moreno y Sebastián Piñera, vienen demostrando que la ortodoxia neoliberal conduce a sus pueblos al fracaso.
Protestas en Ecuador: ¿сobertura o encubrimiento?
La ministra de Gobierno del Ecuador consideró “llamativo” que un canal ruso que emite en español cubriera las protestas de su país. Pero quienes participaron en las protestas centraron sus críticas en otros medios.
Cocoricó… Cocoricó…
Para hacerse perdonar el haber inventado la dinamita, y por vía de consecuencia la aparición de bombas capaces de despedazar alegremente las ciudades y los seres humanos que viven en ellas, Alfred Nobel redactó un codicilo en el que –dándole buen uso a la fortuna acumulada– mandó premiar anualmente a quienes aportasen “el más grande beneficio a la humanidad” por sus invenciones, descubrimientos y mejoras en diferentes ámbitos del conocimiento, por la obra literaria más excelsa, o por su trabajo en favor de la paz. Así, el premio Nobel fue entregado por la primera vez en el año 1901.