Muchísima gente, y no pocos teóricos, sostienen que la Internet es por excelencia el ámbito de la libertad de nuestro tiempo. Un ámbito, dicen, liberrísimo, en donde las antiguas restricciones que el papel impreso imponía a la producción y circulación de las ideas han quedado definitivamente superadas. Basta con leer algunos pasajes del libro de Hardt y Negri, Imperio, o los tres tomos de Manuel Castells, La Edad de la Información: Economía, Sociedad y Cultura, para apreciar los alcances de este nuevo dogma. Dicen los primeros, en un pasaje memorable –y no precisamente por lo acertado– de su obra, que “la red democrática es un modelo completamente horizontal y desterritorializado. Internet es el principal ejemplo de esta estructura democrática en red… Un número indeterminado y potencialmente ilimitado de nodos interconectados que se comunican entre sí sin que haya un punto central de control… Este modelo democrático es lo que Deleuze y Guattari llamaron un rizoma, una estructura en red no jerárquica y sin un centro” (pp. 277-278).
El libro de Castells se edifica precisamente sobre esa superstición. Contrariamente a lo que asegura la charlatanería posmoderna, la Internet ni es horizontal ni está desterritorializada. Es una estructura que tiene centros de monitoreo y control y en donde cierto tipo de comunicaciones están bloqueados, casi todas vigilados y algunos son censurados. Sólo espíritus muy ingenuos pueden suponer otra cosa, pero muy a menudo el “afán de novedades” al que aludía Platón y la incesante búsqueda de originalidad y singularidad que caracteriza la labor de muchos intelectuales (afectados por una fenomenal sobrevaloración de la importancia de sus ideas) pueden jugar muy malas pasadas y llevar a sus víctimas a aceptar como verdades irrefutables las mentiras que la ideología dominante quiere que aceptemos como verdades.
Por ejemplo, muchos de los mensajes emitidos en estos últimos días desde el PLED anunciando un panel sobre el rol de Colombia en la geopolítica imperial padecieron de sospechosas dificultades. Nos llegaron informes de amigos y compañeros que querían difundir el evento, pero al poner “Colombia” en el asunto o en el cuerpo del mensaje éste simplemente desaparecía de la pantalla o iba directamente a la papelera. Estamos también experimentando dificultades en recibir adhesiones para nuestra campaña de solidaridad con Cuba, y son varios quienes apelaron a llamadas telefónicas para hacernos saber de su imposibilidad de registrar su firma enviando un mensaje a la dirección preparada para tal efecto. Son muchas las experiencias que avalan esta desconfianza en relación al carácter democrático y libertario de la red. Sin ir más lejos, quien quiera utilizar el programa Skype en Cuba no puede hacerlo, y mucho menos acudir al Google Earth porque, en tal caso, aparecerá un cartelito diciendo que “desde la localización en que usted se encuentra en este momento no puede tener acceso a este programa”. Prueben ustedes de enviar un mensaje utilizando ciertas palabras supuestamente vinculadas a las comunicaciones que entablan los terroristas y ya verán lo que ocurre. Tal vez Hardt, Negri o Castells consideren estas cosas como transitorias anomalías, pero no es así. Es el funcionamiento “normal” de una red que, pese a las ocurrencias de aquellos autores, tiene centros que la controlan y dominan. El pirulo de ayer de Página/12, “Montañas”, avala esta tesis. En él se informaba que “una página abierta el 25 de marzo (y que describía a su dueño como el ‘príncipe de los mujaidines’) había alcanzado, el viernes pasado, a tener más de mil seguidores. Facebook admitió que no podía determinar si el titular era verdadero o no, pero anunció que el sitio quedó desactivado: desde ayer, Bin Laden no tiene lugar en la red virtual”.
En un pasaje brillante de su El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Marx definía al cretinismo parlamentario como “una enfermedad que aprisiona como por encantamiento a los contagiados en un mundo imaginario, privándoles de todo sentido, de toda memoria, de toda comprensión del rudo mundo exterior.” Una enfermedad parecida se ha apoderado de algunos teóricos de nuestro tiempo, que los encierra en un mundo imaginario en el cual la Internet es el reino de la libertad y la democracia. Ha nacido un nuevo cretinismo: el internético, que seguramente es mucho más dañino que su predecesor y que habrá que combatir con inteligencia y militancia. La batalla contra los oligopolios mediáticos tiene que darse también en la Internet.
– El autor es Politólogo.
* Fuente: Página 12
Artículos Relacionados
En Chile vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio
por Finn R. Samsing A. (Chile)
17 años atrás 4 min lectura
El gobierno venezolano entregó a Colombia a colombiano nacionalizado sueco
por Medios
14 años atrás 13 min lectura
Oikonomia. Economía Moderna. Economías
por Pablo Ramírez (Chile)
17 años atrás 7 min lectura
El rey está desnudo en «Borregolandia»
por Rafael Luís Gumucio Rivas (Chile)
15 años atrás 5 min lectura
Hay personajes anónimos que tienen más poder que la Presidenta de Chile
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
11 años atrás 7 min lectura
Solicitan a Presidente Boric el indulto a todos los presos políticos. ¡Sin justicia no hay paz!
por Organizaciones Chilenas en la Región Exterior
1 semana atrás
18 de junio de 2025
Nosotros, representados por organizaciones o a título personal, le solicitamos que haga uso de sus atribuciones como presidente, para otorgarle el indulto a todos los presos políticos que aún permanecen en las cárceles del país.
El legado de doce Rodriguistas asesinados por la CNI
por Enrique Villanueva Molina (Chile)
1 semana atrás
15 de junio de 2025
«Honor y Gloria eterna para cada hombre y mujer que se atrevió a luchar contra el terrorismo de estado y que entregaron sus vidas por la libertad de nuestro país…»
Los últimos días de Gaza
por Chris Hedges (Gran Bretaña)
2 semanas atrás
11 de junio de 2025
No se puede diezmar a un pueblo, llevar a cabo bombardeos intensivos durante 20 meses para destruir sus hogares, pueblos y ciudades, masacrar a decenas de miles de personas inocentes, establecer un asedio para provocar una hambruna masiva, expulsarlos de la tierra donde han vivido durante siglos y no esperar una reacción violenta. El genocidio terminará. Comenzará la respuesta al reinado del terror estatal. Si creen que no será así, es que no saben nada sobre la naturaleza humana ni sobre la historia.
Declaración sobre el Derecho a la Libre Determinación del Sáhara Occidental y el Derecho Internacional
por Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (España)
3 semanas atrás
7 de junio de 2025
“La carta que el presidente Pedro Sánchez envió, el 14 de marzo de 2022, al rey Mohamed VI de Marruecos sigue siendo el secreto mejor guardado, al menos en su versión original. En ella, el jefe del Gobierno se alineó por escrito con la solución que propugna Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental.»