Si, dialogo otra vez y cuantas veces sea necesario para recomponer el espacio político en el marco de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Dialogo para llegar a un acuerdo de reconocimiento político que permita devolver la tranquilidad a la vida de la familia venezolana.
Nuestro pueblo no quiere un dialogo entre dos grupos, que solo piensen en sus intereses. El pueblo demanda un dialogo que coloque la dignidad de Venezuela por delante y seamos capaces entre venezolanos y venezolanas de encontrar una solución al conflicto político, con el acompañamiento internacional necesario, pero sin que otros países decidan nuestro destino como Nación.
Necesitamos un acuerdo de reconocimiento político, de respeto a la Constitución Bolivariana de 1999, de normalización del funcionamiento de las instituciones del Estado y de levantamiento de todo el sistema de injerencia y sanciones extranjeras para poder ordenar la vida económica y social del país. Al menos se requiere y con urgencia una regularización del conflicto político para poder atender la situación de indefensión en la que encuentra la familia venezolana, producto de esta prolongada confrontación.
El acuerdo que necesita el pueblo, es aquel que permita la recuperación del pleno funcionamiento del Estado Nacional para poder proteger el poder adquisitivo del pueblo trabajador; llegar a compromisos transparentes con el sector privado para una política de producción, abastecimiento y precios que pueda ser verificada de manera positiva en la economía diaria de la familia venezolana.
De igual manera, el pueblo reclama un acuerdo que le permita ejercer plenamente el Estado de Derecho frente al abuso de las mafias especuladoras, frente al atropello policial, frente a los patronos que violan sus derechos laborales y tantos otros atropellos, que en el contexto del conflicto político, se están produciendo de manera impune.
Hoy por hoy, más allá de todos los análisis económicos valederos, no habrá corrección en los problemas económicos si no hay un acuerdo político. Se decía que las causas fundamentales de los altos precios de los bienes básicos eran el control de cambio, el control de precios y el exceso de dinero en manos del pueblo.
Hoy, no hay control de precios, no hay control de cambio y no hay liquidez monetaria en la calle y los precios siguen subiendo de manera alarmante todas las semanas, como acaba de ocurrir con el incremento de manera exorbitante de los productos Polar, que tanta conmoción ha causado en la mayoría de la población.
Dejar hacer lo que quiera al Capital no es la solución. El problema es más profundo. Insisto, en un país con un plan en marcha de desestabilización de sus instituciones y una amenaza real de ser intervenido militarmente por los Estados Unidos, difícilmente se podrá implementar una política económica exitosa.
Llegar a un acuerdo estratégico de reconocimiento político, que empiece por regularizar el conflicto político interno y desmontar las sanciones extranjeras, es lo que permitirá ejecutar una política económica realista y viable, en este contexto, para devolver paulatinamente la estabilidad económica a la familia venezolana.
Hoy más que nunca se requiere del ejercicio de la Política, con P mayúscula, para despejar el horizonte de la Patria. El dialogo es el instrumento privilegiado de la Política, por ello debemos cuidar este nuevo esfuerzo que se ha iniciado con el acompañamiento de Noruega. Quienes criminalizan cualquier esfuerzo de dialogo, son los y las que les conviene la guerra. Los que creemos en el acuerdo político para poder superar pacíficamente esta encrucijada histórica debemos defenderlo con pasión patria. Aquí no importan los temores particulares de uno u otro dirigente, aquí importa la suerte, la vida de un pueblo. Con Bolívar decimos “Echemos el miedo a la espalda y salvemos la Patria”.
*Fuente: Elías Jaua
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