Venezuela: ¡Castiguemos a los especuladores¡
por Rubén Alexis Hernández (Venezuela)
7 años atrás 3 min lectura
Aprovechando la notable crisis económica que azota a Venezuela, importadores, productores, distribuidores o intermediarios y vendedores finales, han contribuido a que haya una brutal especulación en los costos finales de prácticamente todo producto o servicio que de manera cotidiana es consumido y/o utilizado por millones de venezolanos. Si bien hay ciertos factores, como la descontrolada devaluación cambiaria y el elevado precio de las mercancías y materias primas importadas, que afectan en alguna medida a empresarios y comerciantes, en especial a los pequeños y medianos, no es menos cierto que éstos han sido favorecidos con algunas medidas gubernamentales, y aún así se ha desatado en muchos una codicia y unas ansias de lucro irracionales. Y ante esta situación lamentablemente el Gobierno de Maduro, demostrando con claridad que de socialista y revolucionario tiene solo los calificativos, además de liberar brutalmente los precios y promover la degradación laboral y salarial, se ha hecho de la vista gorda ante los delitos económicos que abundan hoy día, situación que ha dejado en un total estado de indefensión al pueblo con menores ingresos.
Y en vista de que el Gobierno nacional y las administraciones estadales y municipales no intervienen para tratar de frenar la especulación desatada (incluso de algunos pequeños empresarios y comerciantes), demostrando así que están de rodillas ante el gran capital, es necesario a estas alturas que el pueblo con más necesidades castigue duramente a los especuladores, y los obligue a limitar sus ganancias en un contexto en el que gran parte de los venezolanos están pasando hambre y muchos incluso se encuentran en la miseria. Lógicamente para determinar si hay especulación o no se debe ejercer una permanente contraloría social. En este sentido es importante considerar de entrada cinco modalidades de castigo a los especuladores que tienen tan jodida a Venezuela, y que se excusan como pueden para justificar su proceder irracional:
1.- Boicot de productos y servicios de toda aquella empresa o comercio importador, productor, distribuidor y vendedor final que incurra en la especulación. Parece difícil esta medida, considerando la escasez de ciertos productos, la insuficiente productividad de las empresas públicas y el control económico por parte de monopolios y oligopolios nacionales y foráneos. Si no se cae en desesperación y el hambre y las necesidades son controladas, es posible llevar a cabo el boicot.
2.-Control pacífico de empresas y comercios en los que se especule con alimentos, productos del hogar, medicinas, repuestos para automóviles y otros rubros, bien de forma temporal o bien de forma permanente, por parte de las comunidades que sirvan de asiento a dichas empresas y comercios.
3.- Si los especuladores se resisten al control pacifico de sus establecimientos, y éstos cuentan con el apoyo del ejército, de la Guardia Nacional o de la Policía, no queda de otra que ejercer el control violento. Se podrá llegar al saqueo, plenamente justificado pues “ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón”, y los capitalistas son mucho más delincuentes que quienes roban por hambre.
4.- Vigilancia permanente del comercio electrónico, y castigo a los especuladores por esta vía no sólo con el boicot, sino con el saboteo de sus páginas en internet y con la realización de comentarios negativos contra ellos en las redes sociales donde se difunda información sobre las mercancías y servicios ofrecidos.
5.- Impedir el bachaqueo de productos nacionales en las calles de todas las poblaciones venezolanas. Éstos deben ser vendidos a precios justos en cualquier establecimiento comercial.
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Un refugiado es un refugiado
Un niño es un niño y el miedo es el miedo
Destierro es destierro
Y una hipocresía es una hipocresía
No hay signo, no hay bando
No hay ideología ni misterio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
Un daño es un daño, del verbo dañar
Todos los daños son daños centrales
Un niño es un niño
No existen los daños colaterales
No hay meta, no hay causa
Ningún motivo, ningún premio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
El fin es un punto por siempre distante
Una cambiante ficción
Un ciclón a merced de una hoja
Una paradoja como la de Zenón
Donde algo parece que se va acercando
Y siempre se escapa, siempre se esconde
Siempre a la misma exacta distancia
De un mismo horizonte (mismo horizonte)
El dedo que aprieta el gatillo
Debería saber esto
No hay tuyos ni suyos ni míos
Si son niños, son nuestros (todos los niños son nuestros)
Ni patria ni credo hay
Ni diferencias de criterio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio