Decreto 701: El millonario bono gubernamental que financió a las grandes forestales
por Alberto González (Chile)
8 años atrás 12 min lectura
Jueves 26 enero de 2017
Tras el golpe de Estado que encabezó Augusto Pinochet, la nueva administración a cargo de la Junta Militar empezó a elaborar políticas tendientes a levantar la alicaída economía de nuestro país. De esta forma, en octubre de 1974, se dictó el Decreto Ley 701 (DL701), impulsado por el entonces ministro de Economía, Fernando Leniz, e implementado por el director de Corfo de la época, Julio Ponce Lerou, actualmente conocido por sus negocios mineros y su condición de exyerno del dictador.
El objetivo era impulsar el desarrollo forestal y el desarrollo industrial, principalmente a través de las papeleras, y combatir la erosión de los suelos sobre todo en las laderas de los cerros y riberas de ríos.
La iniciativa implicaba una bonificación de un 75% para las plantaciones de pinos y eucaliptus, beneficio que fue hábilmente aprovechado por las grandes empresas: Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones -más conocida como CMPC- del poderoso Grupo Matte; y el Grupo Arauco, en manos de los Angelini.
Tras la implementación del decreto (DL701), el bosque nativo paulatinamente comenzó a desaparecer en medio de acusaciones de talas ilegales e incendios sospechosos. Según agricultores, el principal daño de las plantaciones de árboles ha sido la sequía y la condena irreparable para los suelos, que no pueden ser reutilizados para labores agrícolas.
Esta situación ha sido ampliamente estudiada por académicos, como Jorge Gayoso y Andres Iroume, de la Universidad Austral de Valdivia, quienes analizaron los principales impactos sobre el suelo provocados por las plantaciones, y que son la compactación, la remoción, la erosión y el agotamiento de nutrientes, de acuerdo a publicaciones difundidas por la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (Aifbn).
Sólo como dato, los científicos han determinado que “los efectos de las plantaciones de eucaliptos sobre las reservas de humedad del suelo comienzan a aparecer a la edad de 4 a 6 años, después de la cual el déficit de agua durante el año es similar al observado para un bosque maduro (FAO, 1987). Las tasas de transpiración difieren entre las especies de eucaliptos, fluctuando aproximadamente entre 20 y 40 litros/árbol/día”.
Incluso, otros estudios realizados por Anton Huber y y Ramiro Trecaman, del Instituto de Geociencias de la UACh, establecieron que la cantidad de agua necesaria para producir un metro cúbico de volumen fustal en las plantaciones de Pinus radiata en la zona centro sur de Chile, osciló entre los 241 y 717 metros cúbicos, es decir, entre 240 mil a 717 mil litros de agua.
“Las plantaciones forestales requieren una gran cantidad de agua para su desarrollo, por consiguiente, su impacto sobre la disponibilidad del recurso agua es especialmente importante en las zonas menos lluviosas de Chile”, concluyeron los expertos en documentos que insertamos al final del texto.
El lado oscuro del DL 701
Pero los cuestionamientos no sólo han sido del orden medioambiental, sino que también abarca otro ámbito relacionado con el conflicto de tierras de las comunidades mapuche en las regiones del Bío Bío, La Araucanía, Los Lagos y Los Ríos.
Algunas comunidades han atribuido precisamente a este decreto, la entrega de tierras a privados durante la gestión de Ponce Lerou en la Corfo, dando origen al ahora histórico conflicto que mantiene en constante disputa a los comuneros con las forestales.
A esto se suman las críticas por el impacto en el empleo en la zona, debido a que según la información de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), la mayor área con plantaciones de pinos y eucaliptus está entre Bío Bío y Los Ríos, zona donde precisamente se focalizan los sectores con mayor pobreza del país.
Según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen), en esta zona hay una pobreza por sobre el 20%, con altos índices de desempleo, de acuerdo a los datos que mensualmente entrega el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). De ahí los cuestionamientos acerca del real aporte económico para los vecinos de las grandes plantaciones forestales.
Cronología de un decreto controvertido
Pese a los reparos, en 1998 el presidente Eduardo Frei prorrogó el Decreto 701 por 15 años más, incorporando además un tramo retroactivo desde el 1 de enero de 1996 (Ley 19.561), y donde se reformula la ley para direccionar el beneficio a pequeños y medianos productores. Doce años más tarde, el presidente Sebastián Piñera renovó el DL 701 por dos años (Ley 20.488) para luego, en octubre de 2012, enviar al Congreso un Proyecto de Ley para extender por 20 años el subsidio.
Si bien la iniciativa pasó sin mayores problemas por la Cámara de Diputados en abril de 2013, quedó entrampada en las comisiones unidas de Agricultura y Medio Ambiente del Senado, donde recibió 506 indicaciones, deteniendo su tramitación y quedando pendiente de forma indefinida. Actualmente, es uno de los tantos proyectos que “duermen plácidamente” en el Congreso.
No obstante, en su primera cuenta pública de su segundo mandato, el 21 de mayo de 2014, la presidente Michelle Bachelet anunció la prórroga del DL 701, justificando su decisión en la Contribución Nacional (INDC) de Chile a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. En otras palabras, plantar árboles para generar más aire limpio.
Pese a la resistencia de agrupaciones ambientalistas, Bachelet envió el Proyecto a la Cámara Baja donde consiguió su aprobación sin mayores contratiempos… hasta que estalla el caso de la colusión del papel higiénico, donde su principal involucrado es el Grupo Matte, uno de los beneficiarios del DL 701; dueño de un 13% de las hectáreas explotadas y con ganancias del orden de los 1.925 millones de dólares anuales en exportaciones.
Incluso, junto al otro dominador en el mercado, grupo Angelini (Arauco), concentraron el 78% de las exportaciones a nivel nacional en 2014, en específico, celulosa cruda. Es más, Arauco tiene una participación en el mercado internacional del orden del 25%, que lo convierte en el mayor productor mundial de celulosa cruda.
Ante este escenario, en julio de 2016 el Gobierno recula en su decisión y anuncia un nuevo proyecto que excluye a las grandes empresas, dejando fuera a las grandes empresas como CMPC y a Celulosa Arauco, que en promedio han recibido un 23% de la bonificación total, mientras que las medianas han recibido un 42% y un 35% a las pequeñas.
Además, parlamentarios y otros actores del sector forestal, han pedido crear una institucionalidad que regule el área, debido a que si bien Conaf ha estado al frente por más de 40 años con una positiva evaluación, es una corporación de derecho privado que se financia con recursos públicos.
Cifras polémicas
Según indicó el director de la Conaf Aarón Cavieres a la comisión investigadora del escándalo por el papel higiénico, desde 1974 al 2014, el DL 701 le ha costado al Fisco alrededor de 664 millones de dólares. Sólo en 2016, mediante la Ley de Presupuesto, se destinaron 326 millones de pesos para el polémico beneficio.
“La pretensión es que los incentivos de fomento productivo se centren exclusivamente en los pequeños propietarios, porque los grandes no requieren más recursos del Estado… Tenemos una debilidad que resolver en el caso de las empresas chicas, por eso se justifica colocar recursos en ellas. Quedarán fuera las grandes”, afirmó Cavieres.
Consultados por BioBiochile, en tanto, desde la Corporación Chilena de la Madera (Corma) reconocieron que la distribución de las bonificaciones evidencia que, si bien en los inicios, el DL 701 se concentró en los grandes y medianos propietarios, a partir de 1998, con la entrada en vigencia de la nueva ley de fomento forestal impulsada por el presidente Frei, se focalizó principalmente en los pequeños propietarios.
Al respecto, las cifras aportadas por el director ejecutivo de Conaf, señalan que desde 1998 hasta 2014 se destinaron 451 millones de dólares a la bonificación forestal, de los cuales el 49%, equivalente a 220 millones de la moneda norteamericana, fue para pequeños propietarios, mientras que el 45%, esto es, 203 millones de dólares, a medianos propietarios forestales. Las grandes empresas, en tanto, percibieron 28 millones de dólares, equivalentes al 6% del monto total. Durante el mismo período los medianos forestaron 268.431 hectáreas (52%), los pequeños 184.313 (36%) y los grandes propietarios 64.199 hectáreas (12%).
Respecto a la entrega por regiones entre 1976 y 2014, Bío Bío es la que concentra la mayor cantidad de hectáreas con bonificación alcanzando las 402.942, lo que significó un desembolso para el Estado de 74 millones de dólares, sólo para forestación.
La nueva ley de fomento forestal Nº 19.561 de 1998, que reemplazó al DL 701, consagró a los pequeños y medianos propietarios forestales como los principales beneficiarios de este incentivo.
Sin embargo, no son menores los montos que recibieron los dos poderosos grupos que dominan el mercado forestal en nuestro país. De acuerdo a los datos de la Conaf, han sido beneficiadas 868 sociedades desde el 2004 al 2014, bajo los conceptos de “Forestación”, “Recuperación de suelos Degradados y Forestación”, y “Estabilización de Dunas y Forestación”.
En ese periodo de tiempo, se bonificaron 99.400 hectáreas con un gasto de 73,3 millones de dólares, es decir, casi 40 mil millones de pesos ($39.044.000.000).
De ese dinero, CMPC recibió un subsidio para Forestal Mininco de un millón de dólares (US$1.095.483), o en dinero nacional, $608 millones para 1.975 hectáreas.
Arauco, por su parte, también se benefició con 621 mil dólares -364 millones de pesos, aproximadamente- por 1.676 hectáreas. La exForestal Valdivia, también propiedad del grupo Angelini, consiguió aportes por 878 mil dólares -unos 500 millones de pesos- por 2.440 hectáreas.
Otro de los “grandes” que ha sido beneficiado, ha sido Bosques Cautín propiedad de Wolf von Appen, con 430 mil dólares -228 millones de pesos- por 670 hectáreas.
Forestal Comaco, propiedad del conocido empresario Ítalo Zunino, por ejemplo, obtuvo 553 mil dólares -305 millones de pesos-, mientras que Maderas Cóndor, del mismo dueño, recibió 2,3 millones de dólares -unos 1.257 millones de pesos- por 4.394 hectáreas.
El lado positivo del DL 701
Pese a todo, desde agrupaciones gremiales de forestales y académicos, destacan que el DL 701 significó un desarrollo positivo para el área. Según Corma, el 77% de la bonificación ha ido para pequeños y medianos empresarios.
En ese sentido, aseguran que las Pymes han forestado 800 mil hectáreas en 40 años, gracias a las leyes de fomento forestal.
Entre 1974 y el 2014, los grandes propietarios forestaron en total 674 mil (47%), los medianos 552 mil (38%) y los pequeños 216 mil (15%), según la misma información de Conaf. En otras palabras, las grandes empresas, utilizando un 23% de la bonificación, forestaron el 47%.
Desde la creación del subsidio forestal en el año 1974 y hasta el 2014, el país logró forestar un 1.443.931 hectáreas, a los que se suma un millón de hectáreas que el sector privado plantó con recursos propios, sin bonificación estatal, resaltan desde Corma. Agregando que estos recursos han permitido el desarrollo de una industria forestal que genera 125 mil empleos directos y 180 mil indirectos y aporta 3,1% al Producto Interno Bruto (PIB).
En esa misma línea, Alejandra Engler, PhD en Economía Agraria y de Recursos Naturales, académica de la Universidad de Talca y directora alterna del Centro para el Impacto Socioeconómico de las Políticas Ambientales(Cesiep) destacó que el DL 701 provocó un aumento en la superficie total plantada en un 60% desde 1974 hasta 2013, de acuerdo a cifras de la FAO, en 2016.
Engler, a su vez, afirma que “de acuerdo a nuestros estudios existe un impacto positivo ya que una proporción importante del área importante de la superficie no habría sido plantada sin este incentivo”.
Asimismo, aclara que una de las condiciones para optar al incentivo es que los suelos plantados -por lo general praderas- no tengan otras opciones de cultivo, esto por calidad y condición de los suelos. En este caso las praderas, que en gran medida son naturales, cumplen con esta condición, sostiene.
“Si bien es cierto estas cifras dan indicios del impacto del DL 701, también es cierto que aún existe necesidad de información rigurosa sobre aspectos sociales y ambientales atribuibles a la ley. Por ejemplo, aún está pendiente aspectos tales como migración campo-ciudad, pobreza, sustitución de bosques nativo y otros”, concluye la especialista de la U. de Talca.
El negocio forestal en números
El negocio forestal es uno de los grandes pilares de la economía en la zona centro sur de nuestro país, según sostiene el profesor de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Talca, Mauricio Ponce.
En 2015, por ejemplo, el inventario de plantaciones fue de 2.396.562 hectáreas (ha), lideradas por el Pinus radiata con 1.400.259 hectáreas (58,4%), seguida por el Eucalyptus globulus con 576.937 hectáreas (24,1%), el Ecalyptus nitens con 259.299 ha (10,8%). Más abajo aparece el Atriplex con 60.772 ha (2,5%), el Pseudotsuga menziesii (pino oregón) con 16.802 (0,7%).
Por región, Bio Bio tiene 913.173 hectáreas plantadas, superando a La Araucanía con 482.113, Maule con 436.761. Un poco más hacia el sur, aparece Los Ríos con 184.617, muy por encima de Los Lagos, con 78.056 hectáreas, mientras que en la zona central O’Higgins cuenta con 128.757.
Coquimbo, en tanto, presenta 84.151 hectáreas, Valparaíso tiene 14.200 y Aysén 35.480. En 2007, en tanto, la superficie reforestada fue mayor que la forestada, llegando en 2015 a niveles de forestación mínimos y máximos de reforestación.
En relación al crecimiento, Ponce aseguró a BioBioChile que si bien las plantaciones son consideradas de rápido crecimiento, ello dependerá de uso final de la madera, por lo que pueden alcanzar rotaciones desde los 12 a los 25 años más o menos.
En plantaciones de bosque nativo la rotación puede ir desde los 35 a los 50 años en especies de tipo Nothofagus, pero dependerá de la zona en donde crecen.
Respecto a los precios, el académico detalló que la trozas pulpables en 2016 llegaron a un promedio de alrededor de 13.500 $/m3 (nominales), según Infor, con variaciones a la baja.
Destacar que el precio es el promedio puesto en planta en las regiones del Maule y Bío Bío. Por lo mismo, los precios presentan variaciones debido a diferentes condiciones que modelan la cifra, entre ellas calidad, distancia a centros de consumo, accesibilidad, dimensiones, volumen, entre otros.
Revisa los documentos de académicos y de Conaf
Eficiencia del uso del agua en plantaciones de Pinus radiata en Chile
Impacto del manejo de plantaciones sobre el ambiente físico
*Fuente: BioBio Chile
“La Ley Forestal de Pinochet y sus armas tóxicas”
por Bosques Sin Forestales
Publicado el 14 septiembre, 2013
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