En 1981, el Grupo ETC (entonces llamado RAFI) denunció que las empresas de agroquímicos estaban comprando las semilleras, y que su objetivo era desarrollar cultivos que toleraran los tóxicos de las propias empresas, para crear dependencia de los agricultores y vender más veneno, su negocio más lucrativo. Nos llamaron alarmistas, dijeron que tal tecnología nunca iba a existir; hasta que en 1995 la industria comenzó a plantar transgénicos: exactamente ese tipo de semilla.
En ese entonces había en el mundo más de 7 mil empresas que producían semillas comerciales, la mayoría familiares, y ninguna controlaba el 1 por ciento del mercado; 34 años después, seis trasnacionales controlan 63 por ciento del mercado global de semillas y 75 % del mercado global de agrotóxicos.
Syngenta es la más grande de agrotóxicos a nivel global, por lo que hasta la empresa china de agrotóxicos, ChemChina, ofertó por ella, pero no le llegó al precio.
Monsanto insiste con Syngenta porque necesita desesperadamente acceder a nuevos agrotóxicos, ya que su producto estrella, el glifosato, está en crisis. En dos décadas de transgénicos, el uso masivo de glifosato, ha generado 24 malezas resistentes que colocan en inmensos problemas a los agricultores. El aumento de cáncer, abortos y malformaciones neonatales en las zonas de cultivo de transgénicos en Argentina, Brasil, Paraguay es de proporciones epidémicas. Que hijos de campesinos mueran no parece importarle a Monsanto, pero la Organización Mundial de la Salud declaró en 2015 que el glifosato es cancerígeno en animales y probablemente en humanos y eso sí fue un golpe. Por esto y más, a Monsanto le urge cambiar de agrotóxicos, cambiar de nombre por su enorme desprestigio, y si puede, cambiar de sede, para evitar impuestos.
El glifosato inventado por Monsanto es el agrotóxico más vendido en la historia de la agricultura. Solo por las plantaciones de maíz y soya transgénicos, su uso aumentó 20 veces en Estados Unidos en 17 años, cifras similares en Brasil y Argentina; y 10 veces a nivel global. Pero el negocio del glifosato va en declive. Y Monsanto, engolosinada con su cuasi monopolio de transgénicos, no ha hecho investigación en nuevos productos: en 2013, el maíz transgénico tolerante a glifosato representaba el 44 por ciento de sus ventas totales, la soya transgénica tolerante a glifosato el 11 por ciento, y más del 30 por ciento de sus ventas provienen de ventas de formulaciones de glifosato (RoundUp, Faena, Rival y otras marcas).
El glifosato ya no funciona, sus impactos son muy graves, pero los maíces transgénicos de Monsanto van casados con éste. Por eso le urge que se autorice su siembra en México, lo cual le daría un respiro para vender sus semillas obsoletas, hasta que allí pase lo mismo: malezas resistentes, baja producción, semillas mucho más caras y patentadas, epidemia de cánceres y deformaciones fetales. Todo junto a contaminar transgénicamente esa región, que es el centro de origen mundial del maíz, dañando gravemente el patrimonio genético, cultural y de agro-biodiversidad más importante del país. Huelga decir que hay mucho mejores opciones para producción de maíz y que México no necesita sembrar transgénicos para abastecer su consumo, ya que produce más del doble de su demanda nacional para consumo humano. Si Mexico importa maíz pese a eso, es solamente porque le conviene como negocio a las trasnacionales de cría de animales en confinamiento (principalmente pollos y cerdos). Se podría producir la misma cantidad de animales, en menor escala y a manos de muchos pequeños productores, con una diversidad de piensos y forrajes, según región y necesidad.
Aunque Monsanto es el caso más evidente, todas las gigantes de transgénicos tienen iguales intenciones, con otros químicos también muy tóxicos. Pero todas están topando con los límites de su propia ambición. Así, además de estas fusiones que monopolizan enormes porcentajes de cada rubro; emergen nuevos escenarios corporativos al entrar en juego otros sectores, como las transnacionales de fertilizantes y maquinaria agrícola. El Grupo ETC analiza esta coyuntura en un nuevo informe sobre fusiones corporativas: Breaking Bad: Big Ag MegaMergers in Play (http://tinyurl.com/nz3g2at ), que en breve estará disponible también en castellano.
Según ventas de 2013, el mercado mundial de semillas fue 39 mil millones de dólares (mmdd), el de agrotóxicos 54 mmdd, el de maquinaria agrícola 116 mmdd y el de fertilizantes 175 mmdd. La tendencia parece ser que los dos últimos engullirán a los otros, creando un escenario de controles oligopólicos aún más amplios. Por ejemplo, la transnacional de maquinaria John Deere tiene contratos con 5 de las 6 gigantes de transgénicos, para aumentar sus ventas a través de pólizas de seguro que condicionan a los agricultores a usar sus semillas, agrotóxicos y maquinaria. Tecnologías de automatización, drones, sensores y datos del clima, también están concentrados en esas empresas y se ofertan en el paquete. Si estas fusiones se permiten, vamos hacia nuevos oligopolios que controlarán semillas, variedades, agrotóxicos, fertilizantes, maquinarias, satélites, datos informáticos y seguros. Y que dañarán, contaminándolas y por otras vías, a las opciones reales para la alimentación y el clima: la producción campesina, descentralizada, diversa, con semillas propias, que son quienes ya alimentan a la mayoría de la población y enfrían al planeta.
– La autora, Silvia Ribeiro, es Investigadora del Grupo ETC – www.etcgroup.org
Contribuciones: http://alainet.org/donaciones.
Mas informacion: http://alainet.org
FaceBook: http://facebook.com/America.
Twitter: http://twitter.com/ALAIinfo
RSS: http://alainet.org/rss.phtml
email: info@alainet.org
Artículos Relacionados
“El Acuerdo Transpacífico, ¿una amenaza a la integración latinoamericana?”
por Mariano Turzi (Argentina)
9 años atrás 5 min lectura
Parque Eólico Chiloé amenazaría un sector protegido en Ancud
por Nicolás Ruiz (Chile)
11 años atrás 4 min lectura
Vladimir Putin: pedagogía del ajedrez geopolítico
por Carlos Santa María (Chile)
11 años atrás 5 min lectura
Los manifiestos por la paz y la propaganda bélica de Occidente
por Rainer Rupp (Alemania)
2 años atrás 14 min lectura
Ministra, cnl. Laureani, hijo del (alias) «Teniente Pablito», ex-miembro de la DINA, se aparece en lugar en que trabaja el PNB
por Agrupación de Familiares de DDDD y EEPP de Arica y Parinacota (Chile)
52 mins atrás
10 de julio de 2025
Ministra, garantice que el personal militar no participe en diligencias vinculadas al Plan Nacional de Búsqueda sin coordinación expresa y autorización de las instituciones civiles a cargo.
El «Acuerdo de Ha’avara», el pacto entre los sionista y Hitler, que incomoda a Israel
por piensaChile
3 horas atrás
10 de julio de 2025
«¿Sabías que el Tercer Reich financió parcialmente la migración de judíos alemanes a Palestina en los años 30? Este acuerdo, conocido como el Acuerdo de Ha’avara, es uno de los capítulos más polémicos y menos discutidos de la historia del sionismo y el nazismo.»
El «Acuerdo de Ha’avara», el pacto entre los sionista y Hitler, que incomoda a Israel
por piensaChile
3 horas atrás
10 de julio de 2025
«¿Sabías que el Tercer Reich financió parcialmente la migración de judíos alemanes a Palestina en los años 30? Este acuerdo, conocido como el Acuerdo de Ha’avara, es uno de los capítulos más polémicos y menos discutidos de la historia del sionismo y el nazismo.»
La ayuda como emboscada: la horrible nueva cara de la guerra de Israel en Gaza
por Eva Barlett (Canadá)
5 días atrás
06 de julio de 2025
«El régimen (israelí) está siendo juzgado por genocidio. Sus líderes están acusados de crímenes contra la humanidad. Israel está aislado. El régimen es ahora casi universalmente despreciado, al igual que lo fueron los regímenes nazi y del apartheid. La gente de todo el mundo está abrumadoramente del lado de Palestina. No se puede volver atrás del apartheid y el genocidio».