El rol reaccionario de la SOFOFA en los 70, en Dictadura y su posición actual
por Angela Gallardo Suárez (Chile)
9 años atrás 6 min lectura
Jueves 3 de septiembre de 2015
La importancia de la SOFOFA en el pensamiento neoliberal, en el Golpe y en la ofensiva empresarial
La SOFOFA, además de ser el principal y más poderoso grupo económico industrial del país, concentra desde sus inicios los más feroces deseos de la clase empresarial por mantener el control de la sociedad, la explotación capitalista y la miseria. No es un mero “grupo económico”, representa la más pura ideología empresarial y en momentos claves de lucha de clases, ha jugado un rol fundamental para burguesía del país, lo que se expresa en diferentes hechos.
Durante los convulsionados años 70, la polarización política y social iba en aumento. Mientras el movimiento obrero y sectores populares aumentaban sus movilizaciones y exigencias ante las autoridades, el triunfo electoral de Salvador Allende era un hecho temido por toda la clase empresarial, la derecha y sectores de la DC; debido a que detrás de este la fuerza de la clase trabajadora venía en ascenso y esta se planteaba cada vez más radicalizada.
Incluso, mucho antes de la elección de Allende, la clase patronal y la derecha ya venían preparando sus propias alternativas políticas y económicas para implementar en el país y barrer con los anhelos del movimiento obrero, el que venía en ascenso desde hace años. Es así como en 1956 un grupo de estudiantes de la Pontificia Universidad Católica y de la Universidad de Chile fueron becados para realizar un estudio de postgrado en la Universidad de Chicago (Estados Unidos). El objetivo de esto era preparar a un grupo de jóvenes que se especializaran en Ciencias Económicas, lo que transformó radicalmente la educación en la actual Universidad Católica. ¿Qué relación tiene esto con la SOFOFA?
Debido al “éxito” que tuvo el programa de becas para asistir a la Universidad de Chicago, entre 1967 y 1968 se organizó un curso de economía en la SOFOFA, a donde asistieron los empresarios más representativos de la época. La resolución clave que se tomó fue enviar a un grupo de jóvenes de la Escuela de Economía de la Universidad Católica a la Universidad de Chicago con el objetivo de que estos participaran en la elaboración de un programa económico y social para el futuro candidato presidencial, Jorge Alessandri Rodríguez, documento que posteriormente fue conocido como “El Ladrillo” y representa las bases del futuro sistema neoliberal impuesto en Dictadura.
En este sentido, la SOFOFA, encabezando la vanguardia empresarial, jugó un rol clave en el pensamiento neoliberal y la posterior instauración del neoliberalismo en el país, sistema que fue impuesto mediante violencia y represión hacia miles de personas. Además, dicho grupo empresarial también fue clave en la preparación del Golpe de Estado y en el pensamiento del “nuevo orden económico” que regiría posterior a este. “El Ladrillo” tenía dentro de sus bases políticas y económicas, la apertura de la economía, la eliminación de prácticas monopólicas, la liberación del sistema de precios, la creación y formación de un mercado de capitales, la creación de un nuevo sistema previsional, la normalización de la actividad agrícola nacional y la protección de los derechos de propiedad (1).
Pese que “El Ladrillo” no pudo ser implementado por Alessandri, debido a su derrota frente a Allende, en 1972 el Almirante José Merino Toribio le solicitó a los ex oficiales navales, Roberto Kelly y José Radic, conseguir un programa económico y social en menos de un mes. Fue así como se dio paso a un proceso de edición del texto creado a finales de los años 60, para lo cual se adhirieron más “pensadores neoliberales” como fue el caso del ideólogo de derecha, Jaime Guzmán. El objetivo de la clase empresarial, amplios sectores de las Fuerzas Armadas y la derecha, era tener preparado un programa económico, político y social para cuando llevasen adelante el Golpe de Estado. Aquí, la importancia de los “civiles” y empresarios en la preparación del derrocamiento de la Unidad Popular, de las conquistas de la clase obrera y sectores populares y de la posterior implementación del sistema neoliberal, fue fundamental y clave para el avance reaccionario.
La SOFOFA en conjunto con otros gremios empresariales también tuvieron un rol preponderante en la desestabilización económica y política previa al Golpe Militar, cuando en 1972 impulsaron el conocido “paro patronal y de camioneros”, cerrando empresas, paralizando el transporte y fomentando la escasez de alimentos. El presidente de la SOFOFA durante el Golpe, Orlando Sáenz Rojas (1971-1974), se ha referido a la organización y financiamiento de empresarios antes de 1973, asegurando que “los dineros salieron de la empresa privada nacional y extranjera, pero más que nada externa. Yo mismo hice contactos con sectores empresariales de otros países, a los cuales les debo lealtad y gratitud… En Europa, por ejemplo, trabajó un comité nuestro de tres personas… Pero, además, cada gremio llegaba con sus fondos. Le podría dar una nutrida lista de prohombres chilenos que hoy se expresan públicamente y que no tuvieron ningún empacho en recibir subsidios importantísimos para sus obras”.
La estructura reaccionaria de la SOFOFA se mantiene en la actualidad
La SOFOFA sigue siendo uno de los “bastiones” de la clase empresarial. Su actual presidente Hermann von Mühlenbrock Soto en más de una ocasión ha declarado a la prensa su total oposición a que se generen cambios en materia laboral y sindical. Pese a la tibia y moderada reforma laboral del gobierno de la Nueva Mayoría- que en nada cumple las exigencias de la clase trabajadora- la SOFOFA se ha mostrado ferozmente contraria a que se lleve cualquier tipo de cambio que en algo ponga en cuestión el poder empresarial.
Es así como Hermann von Mühlenbrock Soto se ha planteado en contra del fin del reemplazo de trabajadores en huelga, opositor a la demanda de “negociación por rama”, contrario a que se suban los míseros sueldos de los trabajadores, y totalmente en contra de cualquier tipo de cambio que pudiese beneficiar la organización de los trabajadores. Tal cual como en los 70, la clase empresarial- representada en gran parte por la SOFOFA- defiende con uñas y garras la propiedad privada y la explotación hacia la clase trabajadora. Ningún cambio, por muy mínimo que sea, será aceptado por este gremio empresarial. La fuerza de los trabajadores tendrá que imponerlo.
-La autora, Angela Gallardo Suárez, es Periodista, Universidad de Santiago de Chile
*Fuente: La Izquierda Diario
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