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El discurso de Bachelet en la creación del Consejo Asesor Presidencial

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El discurso de la señora presidenta es una obra de colección, no por su calidad retórica o por la trascendental de su contenido y del mensaje que se supone que entrega. Nada de eso. Es de colección por otras razones. Veamos.
La señora dice: “En el día de ayer, envié un proyecto de reforma constitucional, donde el Estado asume como deber velar por la calidad de la educación. Espero que el Congreso haga suyo este sentir ciudadano, apoye la decisión del Gobierno y apruebe la reforma que hemos planteado”. Es cierto, pero omite decir que lo hizo por presión de las exigencias del movimiento estudiantil

Es curioso lo que está ocurriendo pues en su reciente discurso del 21 de mayo cuando se refirió a las grandes tareas de su gobierno para llegar al 2010 no hablo de algo trascendental como esto que ahora hizo:

“Por eso la carta de navegación debe ser clara y conocida por todos. Hoy presento al país las cuatro grandes transformaciones que impulsará mi gobierno. Se trata de grandes cambios en cuatro áreas que son cruciales para que podamos superar las exclusiones y construir una sociedad cada vez más acogedora e inclusiva.
Tenemos el mandato histórico para hacerlo. Tenemos el compromiso de llegar al 2010 con un país más moderno, integrado y desarrollado.
La primera transformación se centra en el sistema de previsión. Sin pensiones dignas y seguras no puede haber una vejez tranquila.
La segunda transformación ocurrirá en la educación: necesitamos más salas cunas y jardines para los más pequeños, y escuelas y liceos de mayor calidad para los niños y niñas más grandes.
La tercera transformación tiene que ver con innovación y emprendimiento: una nueva política de desarrollo para el crecimiento.
La cuarta transformación nos permitirá tener barrios amables, con calidad de vida para las personas”
¡Los Pingüinos ganaron!  ¿Por qué no reconocerlo?
En el detalle de exposición de esas cuatro transformaciones, en ningún lugar habló de la creación de un Consejo Asesor Presidencial para atender las tareas que ahora se ha propuesto y que presentó con mucho bombo en el palacio de gobierno. La explicación es simple: ¿Por qué no reconocer que esta comité se lo impusieron los jóvenes? ¿Por qué se dijo durante tanto tiempo que ellos “no están ni ahí” y, ahora, cuando cientos de miles de ellos salen a las calles y tratan de exigir que se escuche lo que vienen planteando desde hace más de un año, el gobierno se esfuerza por hacer como si no se recogiera sus demandas y se les trata de convencer a que vuelvan a sus salas de clases? ¿Es un pecado para un gobierno democrático reconocer que un sector de la ciudadanía tiene razón en su exigencia? ¿De que democracia hablamos? La misma actitud altanera de muchos padres que se niegan a conversar con sus hijos, a reconocer sus intereses, a aceptar sus valores y sus sueños. La misma actitud que genera violencia, ruptura y quiebres en las familias, se repite a nivel de sociedad. Y después decimos que no entendemos de donde viene la violencia. Decimos que no entendemos las reacciones de violencia de los jóvenes, su apatía, su frustración.
Asi es que lo primero que hay que dejar en claro es que, el Consejo que hoy se ha creado, es producto directo del movimiento estudiantil y no producto de la generosidad de la señora presidente, ni de la estrategia de su gobierno para el período. ¡Gracias Pingüinos!
“Nadie quiere volver a un sistema educacional centralizado”
La señora dice en su discurso que “Nadie quiere volver a un sistema educacional centralizado”. ¿De donde saca eso? Parece ser que los gobernantes tuvieran el don de saberlo todo, pero la verdad es sólo confunden sus deseos con la realidad. Independientemente de lo que se considere “sistema educacional centralizado” estoy seguro de que hay muchos ciudadanos que están por esa alternativa. Al menos, varios cientos de miles de estudiantes y muchos de los apoderados, es decir, son millones los que desean a muchas cosas buenas que tuvo la educación en el pasado. No diga entonces que “nadie quiere volver…” por que es mentira. Lo que el movimiento estudiantil está pidiendo precisamente es que el Ministerio de Educación debe recuperar las funciones que tenía en el pasado y que la dictadura cerceno a sangre y fuego. Es probable que no sea lo más adecuado volver a reconstituir el ministerio tal como era antes del 11 de septiembre de 1973, pero es necesario que exista un ministerio que se haga cargo de conducir la educación de más del 80% de los niños  y jóvenes de nuestro país. Si el otro 20 quiere y puede avanzar por otros caminos, que lo haga, pero una sociedad no puede abandonar a su suerte a más de los tres cuartos de sus escolares a manos de municipios que no tienen la capacidad para  atender esas tareas, porque nunca fue ella su preocupación y no tiene porque serla.

No quisiera formar parte de una comisión a la que Ud. ya le están definiendo el marco dentro del cual deberá entregar sus opiniones y recomendaciones. Señora presidente, si Ud. está tan convencida de que “nadie” quiere un sistema educacional centralizado, me imagino los criterios que ocupó para nombrar los miembros de sus comisión asesora.

En las cortes de los monarcas europeos, que gozaban del poder más absoluto, siempre existía un personaje al cual le estaba permitido reírse de todo incluso del rey. Este personaje era el “bufón de la corte”. Este, si bien hacía reír a todo el mundo, haciendo uso de sus prerrogativas, hacía incluso chistes y bromas a costa del rey y sus acciones. Y hay mil anécdotas de bufones geniales que de esa forma ayudaron a sus amos a ver lo que otros no se atrevían a mostrarles o simplemente no se estilaba que lo hicieran o al monarca, en su condición de tal, le estaba impedido escuchar críticas de sus vasallos. Le recomiendo que al menos se busque un bufón; alguién a quien Ud. le acepte críticas; alguien que pueda decirle lo que piensa sin temor a perder la cabeza. Es bueno, es sano.
"Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie"
Cuando veo como Ud. y su séquito trata a estos niños que han tenido la osadía de gritarnos verdades del porte de un buque, que todos veíamos, pero que nadie se atrevió a gritarlas, no puedo sino pensar que hay temor por lo que ellos puedan lograr en muy poco tiempo. El sabor de la victoria los puede envalentonar a seguir avanzando hacia metas mayores. Lo estamos viendo cada día con mayor fuerza y evidencia en diarios, radios y televisión: “Muchachas y muchachos, ha sido fantástico lo que han hecho, pero es hora de volver al corral. Está muy bien lo que han señalado, pero ya es tiempo de que vuelvan a sus cuadernos. Nosotros nos encargaremos de las soluciones, pues tenemos los mejores técnicos y expertos en la materia.

Es repugnante ver y escuchar en los noticieros como acorralan a los “pingüinos”. Este miércoles por la noche, en “El Termómetro” un señor Arriagada, de la Municipalidad de la Granja, les hacía incluso ver como, a través de las tomas, estaban haciéndose culpables de que niños no pudieran recibir sus almuerzos. Es el típico argumento con que frenaron y apagaron el movimiento social después del 90. Con el fantasma de los milicos, de que no había que provocarlos, de que había que ir con calma, nos chantajearon y todo quedó tal cual. Los compromisos adquiridos por la Concertación con los
milicos y la constitución del 80 nos tienen hoy  donde estamos: no se puede hacer nada porque la ley no lo permite; no se puede hacer plebiscito porque la constitución no lo permite; no se puede cambiar la LOCE porque requiere una mayoría calificada, etc. También se les habla a la conciencia, “mira la imagen que está saliendo al extranjero”, “fíjate que ya hay muchos que quieren volver a clases”, “tengan cuidado que ya los comenzaron a instrumentalizar”.

En fin, por todo esto, cuando uno oye hablar de cambios, e incluso de “grandes transformaciones”, como ha dicho la señora un par de veces en su discurso, ya sabemos que se apunta a lo de siempre, a lo que Giuseppe Tomasi di Lampedusa escribe en su novel “El gatopardo” : "Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie. Una de esas batallas en las que se lucha hasta que todo queda como estuvo. No queréis destruirnos a nosotros, vuestros padres. Queréis sólo ocupar nuestro puesto. Para que todo quede tal cual. Tal cual, en el fondo: tan sólo una imperceptible sustitución de castas."
Pero los tiempos han cambiado. La nueva generación, la de los pingüinos, viene libre de muchas de las taras que nos marcaron a los más viejos. En nombre de la disciplina, en nombre la causa, en nombre de los objetivos mayores, que hay que ordenarse, etc. cedimos y nos subordinamos. Hoy, las nuevas generaciones, ya no comulgan tan fácilmente con las mismas ruedas de carretas. Han aprendido, pasando por sobre diferencias políticas, la lealtad con el colectivo, el respeto a la democracia dentro de la organización.

Ahora hay que seguir avanzando. Avanzar a veces significa hacer temporalmente una pausa, e incluso retroceder. Ello no importa cuando se sabe adonde se va. Lo importante es que el próximo paso sea dado sumando fuerzas, obligando a los oponentes a mostrar sus cartas, a aliarse con aquellos que dicen combatir o sumarse a nuestra iniciativa.
"En todo aquello que puedan consensuar, consensuen"
Señora presidenta, he leído su discurso y pensé que se había entusiasmado y había improvisado, pero hoy por la noche la ví en el noticiero de televisión y, como de costumbre, estaba leyendo. No lo podía creer. La escuche decir, en el mismo noticiero que antes de partir a visitar el inefable George W. Bush, que necesita un gobierno más proactivo y no tan sólo reactivo y otras críticas por el estilo. Me parece bien. Deshágase  de algunos inútiles y, en una de esas, nos sorprende y descubrimos que todo lo ocurrido sólo se debió a malos consejos (soy un optimista incurable). Aproveche, además, la oportunidad para cambiar al fulano o la fulana que le escribe los discursos. Mire, para que vea que no le miento, le cito un párrafo de su discurso de hoy que he tomado del sitio del diario La Nación. Lo leí y la verdad es que no entendí nada. Parece que el responsable no conoce los puntos, ni los punto y coma:
“El consejo va a organizar un diálogo nacional, nosotros queremos que este consejo en un plazo que quisiéramos que sea de tres meses, pero que esperamos que ustedes mismos se pongan la tarea para que el trabajo sea de calidad, luego que evacue un informe, es importante decirles que por cierto esperamos que aquí podamos construir los mayores consensos, pero este no es un consejo que pretenda transformarse en una mesa de negociación, porque probablemente va a haber distintas ópticas y lo que quiero pedirles en que en todo aquello que puedan consensuar lo consensuen, pero en todo aquello en que existan diferencias legítimas queden establecidas en el informe, informe que queremos luego podamos establecer a nivel de todo el país una discusión, que los miembros del consejo que así lo puedan hacer, lleven este informe, lo vamos a trabajar con las regiones, porque queremos que no sea Santiago fundamentalmente el que tenga una palabra que decir respecto de la educación, porque si hay algo que Chile y la educación no está para eso es la tremenda diversidad que tenemos en las condiciones reales en que podemos hacer efectiva la educación y este derecho.”

Seré curioso, señora presidenta, Ud. ¿entendió algo de lo que leyó?.
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