Los chilenos del exterior y la continuidad del Proceso Constituyente
por Red Europea de Chilenos por Derechos Cívicos y Políticos
2 años atrás 6 min lectura
11 de octubre de 2022
Para la Red Europea el proceso constituyente continuará vigente en la medida que los problemas que cruzan a la sociedad chilena no serán resueltos dentro del cuadro de la actual Constitución de Pinochet que, desde nuestra mirada, sigue siendo el problema y no la solución. Como también, rescatamos la propuesta de nueva Constitución para convertirla en un guía para nuestra acción y nuestro Norte. Hacemos un llamado a los chilenos del exterior y a nuestras asociaciones, a no cejar en los objetivos de lograr las reivindicaciones de los derechos cívicos y políticos de los chilenos residentes en el exterior, y a seguir obrando por un país con derechos y mejor calidad de vida para todos los habitantes de Chile.
El resultado del plebiscito del pasado 4 de septiembre en Chile deja ver dos tendencias de voto diametralmente opuestas entre los chilenos que residimos en el exterior y aquellos que residen en Chile. Los primeros aprobaron la propuesta de nueva Constitución con un 61% (70% en Europa) mientras que los segundos la rechazaron con un 62%.
Dicha diferencia se explica principalmente por el contexto sociopolítico y cultural en el cual vivimos. En Europa, gracias a la persistencia de las luchas populares, vivimos bajo los principios de un Estado Social de Derecho cuyo objeto es desarrollar políticas públicas que generen un impacto positivo en la población en materia de educación, salud, vivienda, trabajo, pensiones, etc.; también se reconocen derechos para las minorías étnicas y otras minorías identitarias mediante el diseño de políticas públicas destinadas a favorecer la inclusividad y aceptación de estos sectores por parte de la ciudadanía. Lejos de ser perfecto y en constante peligro de desmantelamiento por parte de la derecha, este sistema brinda niveles de calidad de vida que van aparejados con el desarrollo de una “conciencia ciudadana” entendida como la capacidad reflexiva cuanto a la sociedad que queremos para el colectivo y nosotros mismos.
De ahí que, desde nuestra perspectiva, la propuesta de nueva Constitución, sin ser perfecta, fue percibida como bastante coherente, viable y saludable. Mientras que nuestros compatriotas en Chile percibían totalmente lo contrario. En este sentido, hay que considerar que Chile vive hace 50 años bajo el dominio de un modelo neoliberal puro y duro y en donde la educación cívica brilla por su ausencia. Se trata de un dispositivo muy fértil para la proliferación de campañas basadas en sartas de mentiras como la difundida por el sector del Rechazo. Se trató de una multimillonaria cruzada mediática concebida para distorsionar el proceso y los contenidos de la propuesta constitucional y donde las excentricidades de un número ínfimo de constituyentes, que fueron mañosamente amplificadas por los medios de comunicación, jugaron adversamente. Para lograrlo el sector del Rechazo triplicó los recursos financieros del sector del Apruebo gracias a aportes de grandes empresarios y familias millonarias del país.
Desde una reflexión autocrítica, también es necesario mencionar nuestras propias falencias: trabajar sobre la base de un diagnóstico errado que concluyó que el “estallido social” era inherentemente de izquierda; establecer una hoja de ruta que no dio tiempo- en dos meses – para que la mayoría de los chilenos entendieran e hicieran suya la propuesta; no contemplar la figura del plebiscito dirimente por capítulos; no prever un financiamiento igualitario remitiendo a ambas opciones la utilización de sus propios recursos; no medir la duda y desconfianza provocadas por el hecho de ver a partidos políticos que, con razón o no, habían sido fuertemente impugnados durante el estallido social de octubre del 2019 a la cabeza de la campaña del Apruebo, a diferencia del otro bando, puesto que sus líderes políticos no dieron la cara, manipulando desde las sombras la campaña del Rechazo; las contradicciones que emanan del propio gobierno, que se expresó en la inconsistencia de los diputados que promovían el 5to retiro de las AFP, y ahora siendo gobierno lo negaron. Así como también la actual postura ante el TPP11, que fue rechazado en su momento y que hoy aparecen apoyándolo.
Sin duda alguna, se trata de una afluencia de factores que operaron conjunta y negativamente y que, al mismo tiempo, nos hace comprender lo denso y complicado que pudo resultar el ejercicio para la mayoría de los chilenos y en particular, para los 5 millones de nuevos votantes provenientes de los quintiles más pobres y apolíticos de la sociedad a quienes, por lo demás, les cayó muy mal la obligatoriedad del voto y, ante la amenaza de ser multados, convirtieron el acto electoral en un gran voto de castigo.
Como Red europea hace ya más de una década que venimos obrando por el reconocimiento de los derechos de los chilenos del exterior por parte del Estado chileno y ciertamente, el resultado del plebiscito de salida no nos deja indiferentes.
Desde nuestro enfoque, dicho proceso fue entendido como una gran oportunidad, no solo para nuestro país sino también para convertir nuestras demandas históricas en derechos reconocidos en la futura nueva Constitución. En ese sentido, estuvimos participando activamente de todo el proceso constituyente y concurriendo también a las audiencias ciudadanas para dar a conocer nuestra realidad y sensibilizar a los constituyentes cuanto a nuestra situación de invisibilidad y conculcación de derechos por parte del Estado chileno. Y fuimos escuchados, comprendidos y considerados. Efectivamente la propuesta de nueva Constitución instalaba derechos para nuestra comunidad: el derecho al voto pleno y sin condiciones, el reconocimiento de la ciudadanía para los hijos de chilenos nacidos en el exterior y todos los derechos que de ahí derivan, la creación de un Distrito Especial para el Exterior, derechos en materia de reunificación familiar y retorno digno, entre otros. Se trata de reivindicaciones transversales muy sentidas y aunque la propuesta de nueva Constitución haya sido rechazada, no vamos a renunciar a ellas.
Con orgullo decimos que formamos parte del 38 % de chilenos que reivindica la continuidad del proceso constituyente con garantías de participación democrática, tales como: elección libre y abierta de constituyentes, paridad de género, escaños reservados, representación de independientes y sin limitantes que atenten contra la democracia y el ejercicio de la soberanía popular. Los sectores de centroderecha deben asumir la responsabilidad que les recae por haber inducido engañosamente a los chilenos a “rechazar para reformar” aludiendo que redactarían una propuesta mejor, “una que nos una” como solían decir. Todo esto ocurre, mientras la derecha pinochetista se ufana y se atribuye tramposamente el 62% del electorado con el propósito de hacer abortar la continuidad del proceso constituyente y dejar vigente la oprobiosa Constitución del dictador Pinochet.
Para la Red Europea el proceso constituyente continuará vigente en la medida que los problemas que cruzan a la sociedad chilena no serán resueltos dentro del cuadro de la actual Constitución de Pinochet que, desde nuestra mirada, sigue siendo el problema y no la solución. Como también, rescatamos la propuesta de nueva Constitución para convertirla en un guía para nuestra acción y en nuestro Norte. Hacemos un llamado a los chilenos del exterior y a nuestras asociaciones, a no cejar en los objetivos de lograr las reivindicaciones de los derechos cívicos y políticos de los chilenos residentes en el exterior, y a seguir obrando por un país con derechos y mejor calidad de vida para todos los habitantes de Chile.
¡Juntos lo lograremos, sólo la unidad nos dará la victoria!
Comité Coordinador:
Patricia León (Bélgica), Víctor Sáez (Alemania), Carlos Gonzáles (Inglaterra), Orlando Mardones (Alemania), Karina Francis (Suecia), Yvonne Pérez (Francia), Vania Ramírez (Suecia), Lucio Parada (Chile)
Europa, 11 de Octubre 2022
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