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La abominable discriminación de Antonio Guterres en el Sáhara Occidental

La abominable discriminación de Antonio Guterres en el Sáhara Occidental
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28 de septiembre de 2020
Cuando en 1991, el Frente POLISARIO y el Reino de Marruecos firman el Alto el Fuego, bajo los auspicios de NNUU, un impermeable muro militar surcaba el Sáhara Occidental, desde la punta nororiental hasta llegar al atlántico, en la punta suroccidental. En aquel entonces, en el extremo suroccidental del territorio, Marruecos tenía un puesto de control situado a más de 15 kilómetros al norte de su posición actual.

Con el beneplácito de la MINURSO y en una abierta violación del Alto El Fuego, Marruecos ha ido robando más y más tierras hasta ubicar ese puesto de control en el punto actual, a menos de cinco kilómetros de la frontera mauritana.

Ya en el 2001, cuando Marruecos empezó a abrir la brecha ilegal en el muro, construyendo una carretera que llega hasta la frontera mauritana, la ONU y algunos Estados Miembros se opusieron. En el párrafo quinto de su informe de 24/04/2001 (S/2001/398), el Secretario General de NNUU, afirma que “su Representante Especial, William Eagleton, y el Comandante de la Fuerza, el General Claude Buze, advirtieron a sus contactos civiles y militares marroquíes de que la propuesta construcción de la carretera planteaba cuestiones difíciles y entrañaba actividades que podrían constituir violaciones del acuerdo de cesación del fuego”. Y así consiguieron que Marruecos desistiera de su pretendida carretera.

Más tarde, en su informe de 20/06/2001 (S/2001/613), párrafo octavo, el Secretario General, afirma que “a mediados de mayo cuando se puso de manifiesto que se habían reanudado las obras, la MINURSO y varios Estados Miembros se pusieron en contacto con las autoridades de Marruecos y solicitaron que volvieran a suspender la construcción de la carretera”.

Pero repentinamente, la MINURSO permitió a Marruecos construir la carretera, en esa punta sudoccidental y permitir el tránsito desde el territorio ocupado hacia Mauritania, al tiempo que no se permitía ningún otro lugar de paso para el tránsito de los propios saharauis de un lado a otro de su propio territorio, perpetuando la división de un pueblo por más de 45 años.

Es decir, la MINURSO ha permitido a Marruecos abrir una brecha ilegal en el muro. Y desde entonces, la MINURSO, ha asumido el rol de guardián del saqueo de los recursos naturales del Territorio a través de esa brecha ilegal. Inexplicablemente, el Secretario General de NNUU, el Sr. Antonio Guterres, en una inaceptable violación del estatuto jurídico del territorio, lo llama “tráfico ordinario de mercancías”, tal y como se refleja en el Epígrafe de sus Observaciones y Recomendaciones, párrafo 83 de su informe de 10/10/2019 (S/2019/787).

Si, como afirma A. Guterres, estamos ante un “tráfico ordinario de mercancías”, ¿por qué, entonces, el ex Representante Especial, William Eagleton, y el Comandante de la Fuerza, el General Claude Buze, intercedieron ante Marruecos para que desistiera de construir esa carretera? ¿Por qué algunos Estados Miembros permanentes del Consejo de Seguridad disuadieron a Marruecos de construir esa carretera en 2001?

¿Qué ha pasado para que lo que antes era una “violación del Alto el Fuego” se convierta, ahora, en un “tráfico ordinario de mercancías”? Lo único que ha pasado es que el señor Antonio Gueterres se ha convertido en el nuevo Secretario General de NNUU.

Antonio Guterres alcanzó la Presidencia del Gobierno de Portugal en 1995 y promovió la reforma de la constitución portuguesa que fue adoptada, durante su presidencia del gobierno, en 1997, incluyendo el siguiente artículo:

Artículo 293
(Autodeterminación e independencia de Timor Oriental)
1. Portugal sigue estando obligado por sus responsabilidades, de conformidad con el derecho internacional, de promover y garantizar el derecho de Timor Oriental a la libre determinación y la independencia.
2. Corresponde al Presidente de la República y al Gobierno realizar todos los actos necesarios para lograr los objetivos expresados en el párrafo anterior.

¿Qué es lo que explica, pues, que Antonio Guterres se emplee tan a fondo contra Indonesia y Australia en defensa de Timor Leste y, en cambio, en el caso del Sáhara Occidental, se posicione tan descaradamente en favor de Marruecos? La única razón que explica semejante actitud es que los timorenses, al igual que Guterres, son cristianos y, en cambio, los saharauis son musulmanes. Nunca antes un Secretario General de NNUU había exhibido semejantes niveles de discriminación basada en la religión de las víctimas.

Pero la ONU debe saber que ni el POLISARIO ni nadie puede seguir alimentando la confianza de la opinión pública saharaui en una organización que lleva treinta años sin poder organizar un referéndum para menos de medio millón de personas y, que además, cubre las espaldas a la potencia ocupante, arropando sus violaciones del Alto el Fuego y permitiéndole ganar más terreno para seguir saqueando los recursos naturales de dicho pueblo.

Para la opinión pública saharaui, el cierre de la brecha ilegal de El Guerguerat se ha convertido en una condición sine qua non para seguir teniendo fe en el proceso de paz liderado por la ONU.

Y teniendo en cuenta que el pueblo saharaui tiene plena legitimidad para levantarse en armas contra la ocupación extranjera, habrá que entender que, cuando se manifiesta cerrando aquella brecha ilegal, también, goza de plena legitimidad.

Si Marruecos ha conseguido convertir a la MINURSO en el guardián de su ocupación del Sáhara Occidental y en el encubridor de una brecha ilegal, el hecho de que los saharauis se manifiesten reivindicando el cierre de dicha brecha ilegal no debe ofrecer demasiada resistencia para la comprensión de su significado.

Al fin y al cabo, los saharauis lo único que reclaman es invertir el rol de la MINURSO para que, en lugar de cubrir las espaldas a Marruecos, protegiendo una brecha ilegal, proceda a su cierre.

El hartazgo de la opinión pública saharaui, en relación a la connivencia de la MINURSO con la brecha ilegal de El Guerguerat está sobradamente motivado, porque para desactivar la crisis de 2017, el Polisario se retiró militarmente de la zona llevando debajo del brazo el compromiso de la ONU de enviar una Misión de Expertos para estudiar y resolver la cuestión de la brecha ilegal de El Guerguerat. Sin embargo, tres años después, esa Comisión todavía no existe ni ha pisado el terreno.

La ONU y su Secretario General asumen de pleno toda la responsabilidad que pudiera derivar de la frustración y la ira de un pueblo cansada de esperar.

Haddamin Moulud Said
<mouludsaid@gmail.com>
27 de septiembre de 2020

*Fuente: SaharaOpinionBlogspot

 

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