La Noche de los Vestidos Rotos II
por Javier Cortines (España)
6 años atrás 4 min lectura
I Parte: Los inmigrantes que agredieron sexualmente a las alemanas en Nochevieja, o los nazis y “la noche de los vestidos rotos”
La socióloga argelina Marieme Hélie-Lucas, feminista laica de gran prestigio internacional, ha lanzado un durísimo ataque a la izquierda europea por su cobardía. “negacionismo”, traición ideológica y “condescendencia” tras los ataques coordinados de varones musulmanes a más de mil mujeres en unas diez ciudades europeas la pasada Nochevieja.
“Ciertas izquierdas europeas (“multiculturales”, “multiconfesionales”; post-laicas, en suma), han ido abandonando durante las últimas décadas el primer valor fundacional de la izquierda, que no es otro que el laicismo republicano”, subraya Marieme, fundadora de la “Red de Mujeres bajo la Ley Musulmana”, en un artículo publicado recientemente en el seminario digital “SinPermiso”[1].
Marieme, coordinadora internacional de la plataforma “Secularism is a Women`s Issue” (El Laicismo es Cosa de Mujeres), muestra asimismo una profunda indignación ante la “pasividad de las feministas europeas” que, a su juicio, han guardado un silencio imperdonable en aras de una ficticia paz social en Europa.
“Una cosa es la muy comprensible ayuda humanitaria a los refugiados y a los oprimidos, y otra cosa es sacrificar los derechos de la mujer mostrando “ambigüedad” con la extrema derecha musulmana…. Somos muchas las casandras[2] árabes, agrega, que venimos advirtiendo desde hace mucho tiempo del irreparable peligro que supone para Europa la expansión del fundamentalismo islámico”.
Marieme, quien conoce en carne propia la agresión sexual, carga asimismo contra las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, “en las que los derechos de las mujeres quedan muy por debajo de los derechos de las minorías, de los derechos religiosos y de los derechos culturales. Y en eso incluyo –subraya- a la ONU”.
Haciendo un repaso de memoria histórica relata los abusos sufridos por las mujeres en manifestaciones laicas celebradas en Argelia, Túnez, Egipto etc., donde algunas, además de ser violadas, fueron “quemadas vivas o apedreadas”. El caso más grave se produjo la noche del 11 de febrero de 2011, en el barrio de la Plaza cairota de Tahrir (Plaza de la Libertad)” donde, según informaron testigos de los hechos[3], entre 250 y 300 mujeres fueron agredidas sexualmente -incluyendo violaciones en serie-[4] con la pasividad de la policía, que asistió como espectadora o participó en los hechos.
“Las mujeres que van a las protestas de Tahrir son prostitutas que buscan ser violadas”, sentenció el clérigo Abú Islam en una cadena de televisión egipcia.
La revolución egipcia comenzó el martes 25 de enero de 2011 (Conocido como el Día de la Ira). Aunque se inició en Tahrir, símbolo de la Primavera Árabe, pronto se extendió a Alejandría y por todo el país. Uno de los objetivos era el derrocamiento del gobierno corrupto del presidente Hosni Mubarak, quien se vio obligado a dimitir el 11 de febrero, en cuya noche se produjeron dichos ataques coordinados.
Marieme Hélie-Lucas denunció, junto a “Human Rights Watch”, que El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas “impuso a las manifestantes pruebas de virginidad” para cerciorarse de su entereza espiritual. Las fuentes agregaron que “la violencia sexual contra las mujeres se sigue ejerciendo como herramienta de coerción política e ideológica y con la finalidad de excluirlas del espacio público”.
Y vuelve a cantar Quiquiriquí el Noble Gallo Beneventano para recordarnos una célebre sentencia del historiador británico Edward Gibbon (1737-1794) -atribuida erróneamente a Séneca-: “todas las religiones son consideradas igualmente verdaderas por el pueblo, igualmente falsas por los filósofos, e igualmente útiles por los gobernantes”.
Notas:
[1] “SinPermiso” es una revista que surgió para analizar las causas del fracaso del socialismo o el auge del socialismo descafeinado en Europa, y como instrumento de crítica al capitalismo “contra reformado”. El artículo de Marieme Hélie-Lucas, publicado el pasado 16 de enero, lleva por título “Los ataques machistas coordinados en Colonia y los errores eurocéntricos de una izquierda europea postlaica”.
[2] Casandra, hija de Príamo y Hécuba, obtuvo el don de la profecía tras mantener relaciones sexuales con Apolo. Tras conseguir lo que quería, rechazó al dios. Éste, en venganza, le escupió en la boca. El castigo fue que seguiría manteniendo el don de la profecía, pero que nadie la creería. Ella fue la que advirtió del engaño del Caballo de Troya.
[3] El autor conoce parte de los hechos por una de las mujeres que estuvo allí y que prefiere guardar el anonimato.
[4] Se estima que hubo decenas de violaciones. Algunas mujeres fueron arrastradas en la plaza, introducidas en coches y trasladadas a otros barrios, donde sufrieron palizas y todo tipo de vejaciones. Se desconoce el número de ataques coordinados en todo el país.
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