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Domesticando las moléculas. Conversando con la Doctora en Química, Ligia Gargallo, Premio Nacional de Ciencias

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El director del Centro Internacional para el Desarrollo de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann, participó del seminario organizado por Políticas Públicas Chile en la misma U. de Harvard, realizado el 27 y 28 de marzo del 2015.
En esta ocasión se refirió a la pobreza en materia de conocimiento productivo que tiene Chile, y que sería una de las causas directas de su dificultad para crecer en el futuro.
Chile exporta materias primas sin inteligencia agregada, lo que lo hace absolutamente dependiente del mercado internacional de commodities y sus fluctuaciones, y ha sido así desde la Independencia.

En este mismo lapso de 200 años, otros países han desarrollado tecnología para fabricar cosas, producto de la Investigación Pura y Aplicada, llevada a cabo en Universidades,Empresas y Centros de Investigación financiados por los Estados.

Chile es un País que Sabe Demasiado Poco para ser Más Rico

En algunas épocas históricas, se impuso la idea de que era necesario que el Estado invirtiera en el fomento de la Investigación Científica y Tecnológica, creando las condiciones y las instituciones.
Por lo menos entre los años 40 y 73 del  pasado siglo, las Universidades del Estado y Católica, preparaban a sus estudiantes para la creación de conocimiento y de tecnología y el Estado de Chile creó Institutos de Investigacion en diversas ramas de la Ciencia y la Tecnología.donde se desarrollaron procesos productivos originales y se obtuvieron patentes de procesos y productos.
La implantación de la ideología neo-liberal, hizo privatizar toda la inversión estatal en esa materia y privilegiar la importación de bienes manufacturados y la exportación de commodities, aduciendo que era más barato comprar las cosas hechas que fabricarlas aquí, cumpliendo así el destino manifiesto de América Latina de ser una colonia.
De este modo si no hemos soñado con un país desarrollado de verdad, si las políticas de gobierno no han favorecido la investigación ni el desarrollo tecnológico, si nuestros empresarios se han focalizado en la inversión financiera y en la inversión en políticas destinadas a mantener el status quo monopólico y extractivista, nos hemos disparado a los talones, y estamos cavando nuestra  propia mediocridad.
Pasión por vivir, pasión por crear, pasión por desentrañar los misterios de la naturaleza y hacer algo propio y original, esa es la energía que nos está faltando en nuestro país.
Veo con  preocupación a multitudes enterradas en su  teléfono celular, que no miran a nadie y que aceptan una comunicación “sin pasión” sin conocimiento real, solo a través de un artilugio. Veo una  pasión más bien triste, por adquirir bienes, por manejar máquinas que no sabemos fabricar, por jugar con el dinero, pasiones que no aportan nada a nuestras vida ni a la sociedad., porque no son creativas.
Pero en Chile han existido personajes apasionados y tenaces, movidos por algo más que el tragar, digerir y evacuar residuos y su ejemplo nos está haciendo falta.
Por eso  hoy  voy a almorzar con una amiga  profundamente apasionada, que ha dedicado su vida a la Ciencia.
Se trata de Ligia Gargallo, Premio Nacional de Ciencias 2014, Química-Farmacéutica de la Universidad de Chile, Licenciada en Química en la Universidad de París, doctora en Química de la Universidad de Lieja, madre y abuela de doctores en Química, aragonesa tenaz por parte de padre, gran bordadora y artesana, Miembro de la Academia Chilena de Ciencias.
Nos servimos un vasito de vino, unas paltas, tomates, zanahoria y queso de cabra y nos sentamos a conversar.
Le pregunté por su familia de origen, ya que su nombre no es común. Me cuenta que su padre, de origen aragonés, que tienen fama de tenaces y obstinados, emigró de España a la Argentina a trabajar en el campo  con sus hermanos, allá en la Patagonia y  solía atravesar a Chile a vender ganado a la altura de Temuco. Allí conoció a una chica hija o nieta de españoles con la cual se casó y se asentó en Chile.
Ligia vivió su infancia en el campo en Temuco, interna en el Colegio Santa Cruz de monjas Suizas Misioneras, y terminó su educación en el Liceo de Niñas de Concepción. Su familia sufrió altibajos económicos y su padre enfermó gravemente, por lo que su madre para subsistir instaló una Casa de Huéspedes en Concepción.
.De las monjas aprendió a hacer las cosas bien, con seriedad y prolijidad y a no descuidar los detalles.  Del Liceo recibió el “soplo” divino de una profesora de Química y una de Matemáticas, que la iniciaron en el misterio de la armonía de las leyes universales y de las combinaciones de la materia, temas que abordó a través de la Química.
¿Y como partió tu carrera? En mi infancia, en la casa  del campo, trataba de hacer jabones y de combinar materiales para obtener algo nuevo, con gran desesperación de mi madre ya que usaba la cocina como laboratorio.
(Me recuerda a Marie Curie, la gran científica polaca que estudiaba el Radio en la cocina de su casa, mientras amamantaba una hijita.)
Nadie en su familia había estudiado en la Universidad, ya que como  inmigrantes españoles recientes, privilegiaban el trabajo sobre el estudio en los varones, y el matrimonio entre las mujeres.
Aún y así entró a la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad de Concepción, donde conoció a su futuro esposo con el cual, siendo sus hijos pequeños se fue a Bélgica, donde él iba a hacer su doctorado en Farmacia, ya que en esos tiempos había solamente un doctor en Farmacia en todo Chile.
Alguien le aconsejó aprovechar la oportunidad y sacar un doctorado también en un tema amplio y aplicable en Chile.  Ese tema resultó ser el de las Macromoléculas y sus propiedades, para lo cual había una Cátedra en Lieja.
Su gusto por la Físico Química hizo que antes de partir tomara contacto con un profesor de la materia en la misma universidad que su esposo, donde entre pañales, planchados y cuidando tres hijos pequeños, asistió a un laboratorio del tema situado bastante lejos de donde vivían, en la noche. Este episodio lo recuerda como una temporada de su vida bastante difícil.
A la vuelta a  Chile le faltaban solo seis meses para sacar su respectivo doctorado, y tuvo que volver a Bélgica.
De vuelta y ya doctorada fue recibida en la Universidad de Chile, donde estuvo por un par de años hasta que su unidad de trabajo  se vació de investigadores en 1973
Sin sus colegas, ella emigra a la Universidad Católica, donde se incorpora como profesora a jornada completa en el Instituto de Química y ejerce como investigadora partiendo de cero con un Laboratorio de Materiales.
Su estadía es laboriosa y fecunda y da origen a más de 300 informes de investigación en revistas internacionales especializadas, 40  investigaciones con varios años de duración y logros originales en su campo que son reconocidos internacionalmente.
Actualmente jubilada sigue trabajando, dirigiendo doctorados, escribiendo, organizando congresos internacionales, recibiendo reconocimientos  internacionales, con la misma fuerza que a los veinte años.
Antes que nada le pregunto, ¿Eres feliz?  Sí,  responde, porque he trabajado en lo que me gusta, mejor dicho, me apasiona.
Conversamos  un rato sobre lo maravilloso que resulta ser congruente consigo misma, y haber  podido trabajar en algo que la motive profundamente, poder entregar sus descubrimientos a la sociedad, y mirar la vida hacia atrás con agradecimiento.
En ningún momento hemos hablado de dinero, no es su tema. Vive bien, pero nunca ha tenido una fortuna.  Su fortuna es haber sido lo que fue y haber compartido su curiosidad creativa con los otros abriendo un camino en la creación de nuevos materiales con diversas propiedades.
Me cuenta de sus libros publicados, tiene uno en diagramación, y me muestra sus bordados que cuelgan de las paredes, un trabajo minucioso que revela su laboriosidad y su tenacidad.
Su gran tema son los Polímeros y la Organización de las Macromoléculas que tienen diferentes propiedades y por lo tanto sirven para crear ene mil nuevos materiales que sirven de estructura a todas las actividades del ser humano.
“Porque ¿sabes?”   dice “Casi todos los materiales son polímeros, que están formados de unas moléculas grandotas que son capaces de auto-organizarse, como es  el caso de las proteínas de las células vivas.  Así, descubriendo como se auto-organizan, se puede trabajar con otras moléculas no vivas y  a través de procedimientos químicos y físicos organizarlas para obtener estructuras nuevas, que no existen en la naturaleza, y que tienen diversas propiedades.”
Como ser la creación de plásticos biodegradables, usados en farmacia para drogas que son destinadas a un blanco específico en el cuerpo, o plásticos que puedan retener los metales pesados y que puedan usarse como purificadores de agua para zonas contaminadas.
Así se pueden extraer para nuevos materiales, los alginatos sacados de las algas, u otros elementos sacados de las caparazones desechadas de crustáceos.
Una de las grandes emociones de su vida, fue cuando recibió el Premio  L’Oreal  Unesco “Women in Science” (Mujeres en la Ciencia) en Paris, que premia por continentes a las mejores científicas y le concedió a ella el premio correspondiente a Sudamérica y El Caribe.
Su mérito fue la contribución a la “determinación y caracterización de las dimensiones de las macromoléculas en solución, en función de su estructura química”.
En esta ocasión el jurado compuesto solamente de premios nobeles, estuvo presidido por el Nobel de Física de Polímeros, Pierre de Gennes cuyos descubrimientos en el campo de la Física, fueron puestos a prueba por la doctora Gargallo, abriendo un nueva línea de investigación sobre un campo de posibilidades de creación de materiales.
Últimamente ha tenido el gran reconocimiento de la comunidad científica al otorgarle el Premio Nacional de Ciencias Naturales, máximo honor en su campo.
Esto la ha llevado a formar parte de las “estrellas” femeninas en ciencias, que son muy pocas en nuestro país.
Consciente de que su ejemplo es de mucho valor para las jovencitas que están decidiendo que hacer con su vida, acepta habitualmente invitaciones a dar charlas en colegios.
Una de sus grandes satisfacciones, ha sido ver la creatividad que existe en los niños.  Como ejemplo tenemos una publicación hecha por el  colegio MTC de la periferia de Santiago, llamada “Maruja, la Burbuja”, contando la historia de su desarrollo como investigadora, con ilustraciones en forma  de comic para niños  creado, diseñado y dibujado por Claudia Juárez y Caterina Salazar  de este colegio, con fines de estimular entre las niñas el estudio de la Ciencia.
 
Le pregunto entonces por la relación Universidad-Comunidad.  “No es todo lo fluida que debiera ser”, me dice. “Ni fluida ni adecuada, porque hay que mejorar a todo nivel la imagen que la sociedad tiene de la Ciencia. No hemos sabido dar a conocer como corresponde, el rol que cumple la Ciencia como creadora de conocimiento, su rol formativo y su incidencia, en las instancias donde se toman las decisiones, ya que la Ciencia y la Tecnología son las piedras angulares del desarrollo.”
¿De modo que coincides con la opinión sobre la carencia de know how en Chile como limitante de sus posibilidades de desarrollo? “ Plenamente” me responde.
“El papel de la Investigación Científica en la Tecnología e Innovación es vital.  Si no conoces cómo funcionan los procesos, no puedes innovar.”
Hablando de la creatividad y como estimularla, dice:  “Hay que comenzar en los colegios, y de hecho yo voy a todos los que me invitan.  Es increíble la creatividad que encuentras en los niños, pero hay que estimularla y canalizarla.  Me admiran profundamente las Escuelas Rurales por el rol que desempeñan en el estímulo de la creatividad, con materiales muy precarios.  Y esta creatividad comienza con el aprovechamiento de materiales de desecho. Por ejemplo, el aprovechamiento de las botellas plásticas para regadío o como pequeños destiladores de aguas salobres.”
¿Y tú actual trabajo?  Le pregunto sabiendo que no se puede estar quieta.
“Estoy asesorando a la Universidad de Tarapacá en la formación de científicos y doctores  además de estimular la creación de  Laboratorios de Materiales en las Universidades, para lo cual estoy organizando un Congreso con académicos de todo Chile e invitados extranjeros para Noviembre.
 
Y.¿hasta cuándo piensas trabajar?   “ Hasta que me muera, porque me encanta.”
 
Me acabo de enterar que la Presidenta Bachelet a dos meses de la denuncia de los científicos, se compromete  crear el ministerio de Ciencias, justo un día antes  que comience el Congreso del Futuro con la asistencia de más de 100 científicos de talla mundial.
Felicitaciones Ligia, porque se cumple parte de tu sueño.
Olga Larrazabal S.
Enero 2016
 

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