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Pasas para la memoria, si, pero toda la memoria

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El discurso del presidente del Partido Comunista de Chile (PCCh) y diputado Guillermo Teillier, en homenaje al ex presidente Eduardo Frei en la cámara de diputados ha provocado polémica.

El director del bimensual Punto Final (PF), Manuel Cabieses, ha replicado proponiendo comer pasas para no olvidar una parte de la historia del Partido Demócrata Cristiano (PDC), arguyendo que el homenaje de Teillier esconde « un problema ideológico y político muy serio para la izquierda chilena ». En su artículo M. Cabieses reprocha a Teillier no mencionar (y ocultar) en su discurso de homenaje una serie de hechos que van desde la financiación del PDC por la CIA, hasta su justificación del golpe de estado de 1973, en aras de reforzar la unidad de la Nueva Mayoría (NM), según él, « pegada con engrudo ».

Se deduce del escrito del director de PF que el accionar político de un partido, movimiento o persona es uno e inmutableen el tiempo, por lo que solo bastaría considerar el pasado para colegir su acción futura, sin tener en cuenta los constantes cambios de la situación concreta. La realidad nos enseña otra cosa.

Ejemplos hay muchos solo citaremos un par.

En 2002, Fidel Castro recibió la visita del ex-presidente Carter quien fue el iniciador de la creación y entrenamiento de los yidahistas -que tantos servicios rinde aún hoy al imperialismo-, incluso antes de la intervención soviética en Afhganistan, con el fin de atraer los soviéticos al avispero. Carter visitó Cuba, abogó por la suspensión del bloqueo y la liberación de los cinco antiterroristas cubanos de Miami oponiéndose a la administración estadounidense de la época. ¿Pasas para Fidel ? O ¿será que los cubanos no desdeñan cualquier voluntad de ayudarles a vencer el bloqueo más prolongado de la historia, frente a su formidable enemigo histórico?

Más aún, la Fundación Carter destinada a promover esencialmente la solución pacífica de los conflictos y la observación de elecciones, ha validado comicios electorales fundamentales en los avances democráticos que han logrado obtener la lucha de los pueblos y los movimientos sociales en la región, oponiéndose una vez más a las descalificaciones de las administraciones de la Casa Blanca. Los difíciles triunfos electorales y populares en El Salvador y Venezuela son dos de los ejemplos más significativos. Era indispensable lograr el reconocimiento de las victorias democráticas. ¿Hubiesen tenido, los salvadoreños y venezolanos, que denunciar la Fundación Carter por el pasado del ex-presidente? ¿Pasas para los venezolanos ? O ¿será que los procesos democráticos latinoamericanos no rechazan cualquier empeño que les ayude a resistir la constante agresión imperialista ? ¿Hubiese el presidente Allende rechazado tal oferta?

Sin ir tan lejos, en nuestra propia historia, algunos de los más cercanos colaboradores del presidente Allende fueron algunos socialistas que en el año 1952 apoyaron, (como prácticamente la totalidad del Partido Socialista de Chile), la candidatura (y el gobierno), del ex dictador Carlos Ibañez del Campo contra el propio Allende quien no obtuvo finalmente que solo el 5,2% de los votos. Entre estos se puede contar a Clodomiro. Almeyda (ministro de relaciones exteriores de Allende) y a Felipe Herrera (Presidente de la Comisión Chilena ante la UNCTAD III y consejero del banco central). ¿Pasas para Allende ? O ¿hubiese sido necesario exigir definiciones al candidato acerca de sus colaboradores antes de apoyar el programa de la Unidad Popular e impulsar la revolución « con empanadas y vino tinto »?

El verdadero « problema ideológico y político » de cierta izquierda es la incapacidad de comprender que en cada momento de la historia los actores no siempre adquieren forzosamente los mismos roles. La dialéctica nos debería haber enseñado que los papeles cambian dependiendo de la situación concreta. Se trata de analizar cuidadosamente la evolución de la realidad y adaptar nuestra política en consecuencia, evitando en lo posible, de privarnos de palancas que nos permitan destrabar una situación allí donde nuestras fuerzas son inferiores a las de nuestros enemigos y adversarios. Es lo que ocurre actualmente en Chile donde la política de alianzas adquiere hoy día un papel fundamental para progresar en la democratización de la sociedad y el desmontaje de la institucionalidad legada por el régimen dictatorial de Pinochet. Desmontaje que nos permitirá avanzar en políticas anti neoliberales en beneficio de las grandes mayorías. En ese sentido la NM y su programa crean un escenario de luchas nuevo y favorable que será ciertamente reconocido en el porvenir.

Por nuestra parte, nosotros que adoramos las pasas, no podemos más que felicitarnos que aquellos que en su día trataron a Allende de pequeño burgués y de reformista, hoy le rindan justicia en tanto que revolucionario, reconociendo, a posteriori, su verdadera estatura. El mérito mayor hubiese sido el reconocimiento en vida, sobretodo por la eventual constitución de una unidad que nos hubiese permitido salvaguardar la revolución chilena. Pero nunca es tarde para aprender de la historia. Gracias a las pasas.

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3 Comentarios

  1. Alamedas

    Como siempre, los articulistas tratando de justificar, la política de su partido.
    Cabieses tiene razón, no hay que tener la memoria corta,

    1. Colegual

      No leíste el artículo w…uaschito

      1. Alamedas

        Leo y he leido a los articulistas en varias ocasiones. La política actual del PC chileno y su inclusión en la NM, me parece inconsecuente con lo que afirmaban antes. Un poquito de pasas : «Jamas votare por Bachelet= La Sra Vallejos», por cierto lo puedes verificar. Confunden compromiso con compromisión…

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