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Cuba, su internacionalismo es mucho mas que una consigna, es un detonador de conciencias

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La Revolución Cubana cumplió al llegar el 2014, Cincuenta y Cinco (55) años, un largo recorrido de sacrificios, grandes logros, de realizaciones, de problemas  y también de un amplio recuento de acciones que han intentado destruirla, cuyo símbolo, el mayor sin lugar a dudas, es el bloqueo que desde 1962 Estados Unidos impuso a Cuba para impedir que la revolución se relacionara, creciera libremente y con autonomía. Pero a pesar de este criminal bloqueo, de invasiones y de una infinidad de intentos por estrangular su economía, asesinar a Fidel y a sus lideres, la bandera cubana y la imagen de Martí están allí, sobrevivientes a todas las tropelías cometidas en su contra, como la imagen viva de un logro tremendo alcanzado hace 55 años por un pueblo valiente, que se alzó en busca de su libertad y de su felicidad.

Pero no todos miran a Cuba de esta manera, por el contrario, la señalan como un mal ejemplo, supuestamente culpable de todos los intentos que en nuestra américa se han hecho por realizar una revolución, es decir, intentar un cambio social  profundo  que cristalice en una sociedad mas justa, en la cual todos los ciudadanos (as) tengan la oportunidad simplemente de vivir libres y dignamente. En este escenario mentiroso acusan a la revolución cubana de violar los Derechos Humanos de las personas, de alimentar una dictadura, discursos odiosos de políticos y empresarios que en la mayoría de los casos ocultan sus intereses y las miserias políticas de sus propios países.

La razón de estas acusaciones es la influencia que la revolución cubana tiene en América Latina, eso es lo que asusta, porque está relacionado

con la actitud y la decisión del pueblo, de los de abajo, de luchar y tomar el poder para instaurar una sociedad socialista. Sus detractores lo hacen a sabiendas de que esta experiencia admirable no es factible de copiar mecánicamente, porque las condiciones que se dieron para que esa revolución tuviera éxito, corresponden a un momento histórico y político, a las condiciones especificas de la lucha en Cuba en su momento.

Pero lo que atemoriza es el ejemplo que encierra la decisión de luchar y la vocación de poder, que van mas allá de las formas especificas que en un momento determinado pueda o no asumir la lucha política y social, es la capacidad de unirse, de organizarse, de construir la fuerza política y social necesaria para alcanzar un objetivo político por vías distintas a la que el sistema propone. Allí radica el valor del paradigma Cubano, el que miramos sobre todo ahora, en momentos que en América Latina y en nuestro país, los ciudadanos cansados de engaños se organizan políticamente para luchar en contra de poder económico abusivo, apuntalado por un sistema político hecho a la medida y por una pequeña élite de privilegiados.

Por tal razón el establishment político, las personas, las instituciones que controlan el poder político y socioeconómico, usan todo su poderío para impedir que surja, como sucedió en Cuba y en nuestro país en épocas cercanas, durante el proceso que triunfó con el gobierno de Allende, posteriormente en la lucha antidictatorial y hoy con el movimiento estudiantil, una generación nueva de jóvenes, de intelectuales, comprometidos con la libertad, la democracia, que con su empuje generen progresivamente un estado de opinión y un cambio en la ideología política y económica imperante. Voces nuevas que  propongan la creación de sistemas políticos que emanan de la soberanía popular, como por ejemplo la Asamblea Constituyente.

En un mundo unipolar el Aniversario numero 55 de la revolución emerge como un ejemplo de dignidad, con una historia acumulada de internacionalismo que nos estremece, nos recuerda que a pesar de sus necesidades Cuba nos brindo, sin pedir nada a cambio, la ayuda solidaria que necesitamos en un momento para luchar en Chile y aportar a recuperar la democracia que hoy disfrutamos todos. Quienes vivimos de cerca este proceso sabemos que el internacionalismo es consustancial a la Revolución Cubana, la que no solo se ha defendido sino que ha contribuido a la liberación y defensa de otros pueblos, gracias a la consecuencia con que ha seguido este principio.

Es bueno decir que las convicciones internacionalistas del pueblo cubano tienen como base legal la Constitución de la República, hecha y aprobada por el pueblo cubano y su gobierno, allí se señala que: «La República de Cuba hace suyos los principios antiimperialistas e internacionalistas (…) y funda sus relaciones internacionales en los principios de igualdad de derechos, libre determinación de los pueblos, integridad territorial, independencia de los Estados, la cooperación internacional en beneficio e interés mutuo y equitativo.

Quienes nos integramos como internacionalistas alguna vez, podemos decir que la Revolución Cubana nunca vaciló en arriesgarlo todo por cumplir este hermoso principio y por ello estuvo presente en Nicaragua y en el cumplimiento de otras misiones militares, como la de Angola, que fue la más justa, prolongada, masiva y exitosa campaña militar internacionalista de su historia. Constituyó una hazaña de su pueblo, muy especialmente de su juventud como parte del Servicio Militar activo y la reserva, conjuntamente con el personal permanente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, fue sangre cubana y angolana las que abonaron la libertad de aquella tierra.

Así como estos ejemplos de solidaridad e internacionalismo militar, hay también otros cientos de ejemplos de campañas medicas, de educación, como las  actuales misiones iniciadas en Venezuela y que hoy se han extendido a otros países latinoamericanos y del Caribe. Las misiones como Barrio Adentro I y Barrio Adentro II, relacionadas con la atención primaria de salud. Las misiones Robinson I y II, Ribas y Sucre, en función de la educación, tienen como base el método cubano «Yo sí puedo».

Prácticas que han sido reconocidas por la UNESCO, como un método eficaz para enseñar a leer y a escribir de los profesores cubanos, la que se ha hecho realidad en Haití, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Nueva Zelanda, Sudáfrica, España y otros países. La vocación internacionalista del pueblo cubano va más allá de la colaboración a estos países, es una concepción humanista y universal que creó un contingente internacional de médicos especializados y de educadores que ofrece su colaboración en cualquier pedazo de la geografía mundial en la cual haga falta ayuda solidaria y desinteresada.

Hoy en el siglo 21 son miles de jóvenes de distintos países los que cursan la carrera de medicina en Cuba, para luego contribuir al mejoramiento y atención en salud de los pueblos del mundo. Esta es la Cuba que no se muestra, que se oculta de manera intencionada, pero su obra son los ejemplos inequívocos y expresiones de sensibilidad, humanismo y desprendimiento de la revolución.

Quienes no vivieron esa época y quienes se dejan engañar por la propaganda o quienes esconden u olvidaron su pasado, deben saber y recordar, que el internacionalismo cubano tiene una base moral y ética solida, a diferencia de las invasiones abiertas y encubiertas que desde Estados Unidos, por ejemplo, se han hecho a países en todo el mundo, cuyo objetivo es acallar, neutralizar a cualquier país que lleve una política independiente del capitalismo global y se esfuerce para mejorar su propia posición y las condiciones de vida de su pueblo.

A diferencia de Cuba Estados Unidos lo que hace es potenciar una guerra de clases, muy bien disfrazada bajo la seguridad, las elecciones democráticas y las guerras humanitarias o la lucha contra el terrorismo. Una diferencia que el Comandante Ernesto Che Guevara, dejo escrito para siempre en su mensaje a la Tricontinental en 1966: «Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos», palabras que recorrieron al mundo entero en el momento de la agresión norteamericana al pueblo vietnamita, con un mensaje que manifiesta con precisión la necesidad de ayudar a Vietnam, de buscar para ese pueblo la solidaridad de los revolucionarios del mundo.

Cuando el Che dijo que había que crear uno, dos, tres, muchos Vietnam, eso fue mucho mas que una consigna, fue un  detonador de conciencias, y para el mismo Guerrillero Heroico un compromiso que llevó a la práctica hasta sus últimas consecuencias. Palabras que recordamos para rendir un homenaje a Cuba en un nuevo cumpleaños de su revolución, la que sentimos como nuestra.

Incluimos en el a nuestros compañeros revolucionarios, herederos del internacionalismo que aprendieron en Cuba como un valor moral, compatriotas quienes aportaron sus conocimientos en Centroamérica. Algunos se ellos, años mas tarde, dieron sus vidas por la libertad de nuestra patria, luchando valientemente en contra de la dictadura pinochetista.

Ellos viven y vivirán siempre en nuestra memoria y en el corazón de los chilenos (as), porque son un ejemplo que interpreta el impulso de solidaridad que ha recorrido toda la historia de la revolución en el mundo, desde el llamado de Marx “Proletarios del mundo uníos” al terminar el Manifiesto Comunista en 1848 hasta nuestros días. Palabras que llamaban a la revolución, palabras que incitaban a lograr cambios radicales en la estructura política, económica y social del mundo, palabras que iban dirigidas directamente a todos los obreros explotados y desposeídos de sus medios de producción y del producto de su trabajo, en fin, fue un llamado a toda la masa insurgente del mundo, un llamado de rebeldía, un grito de cambio, un clamor revolucionario hoy mas vivo que nunca.

El autor, Enrique Villanueva M., es Ex dirigente Rodriguista.

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