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Con la concertación o con la derecha, el modelo económico y político seguirá explotándonos

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Se aproximan las elecciones presidenciales, en un momento en el cual el gobierno arrogante de Piñera hace agua y se desperfila cada día mas entre su inoperancia y grandilocuencia. Tal cual lo publicó la revista The Economist un gobierno con un presidente inepto que con su gestión y la de sus ministros empresarios, equipo del cual formaron parte  los dos candidatos  de la derecha, han aumentado el descontento en Chile, la desigualdad social y han fortalecido  a los grupos empresariales que manejan la economía del país.

Pero los problemas no solo son para el gobierno, la descomposición del sistema político es transversal e involucra a la Concertación, tal cual quedo de manifiesto con la tramitación de la ley de pesca. Un área clave y estratégica para el desarrollo nacional, que el gobierno con aprobación de Senadores de la DC entregarán a 7 familias y con una garantía de explotación por veinte años renovables.

Con esto, una vez mas, se demuestra la subordinación del sistema político al poder económico y que el mito del libre mercado y la desregulación, se reduce al proteccionismo que las grandes empresas le exigen a los gobiernos de turno y al estado para multiplicar sus ganancias. De hecho todo este debate mentiroso sobre la ley de pesca se centró en la extensión de este beneficio a las grandes empresas participantes, 20, 25 años o a perpetuidad, pero no a preservar los intereses nacionales. Lo que hicieron los parlamentarios de la derecha y de la DC fue apoyar una regulación que simplemente favorece, una vez mas, a los dueños de la economía de este país.

Sucede lo mismo en el caso de los medicamentos y las farmacias, en el cual las disputas suelen aparecer en relación a las patentes y a la prescripción de medicamentos, pero no en defensa de los consumidores, sabiendo que si los medicamentos se vendieran de manera libre en el mercado los precios se reducirían significativamente y no serian inflados por el monopolio existente de las farmacias. Agregando en este caso que los medicamentos genéricos pueden producirse de forma segura y venderse, incluso provechosamente para las farmacias, a precios bajos.

La Fundación Ciudadano Inteligente denunció, ante la comisión de ética y transparencia del Senado, todo este entramado político económico poniendo al descubierto la vinculación de intereses en el sector de la pesca de los senadores Jovino Novoa UDI, Andrés Zaldívar DC y Carlos Larraín RN. Según la fundación en el caso de Andrés Zaldívar su hermano Manuel Zaldívar, es miembro actual del directorio de Corpesca, empresa dedicada a la producción de alimentos de origen marino y su sobrino, Felipe Zaldívar Prado, es Gerente Comercial de la misma empresa.

Carlos Larraín, senador  designado, en su declaración de patrimonio éste tiene 13.813 acciones de la Sociedad Pesquera Coloso, dedicada a la pesca y al procesamiento de alimentos marinos. Carlos Larraín tiene un 10% de participación en la empresa Quellón Limitada, dedicada también al rubro pesquero, y que se verá afectada por el proyecto de Ley en discusión.

Finalmente y como lo denuncia la Fundación Ciudadano inteligente, Jovino Novoa es parte de la sociedad Inversiones y Mandatos S.A. que tiene participación en la Sociedad Comercial Nahuelbuta, dedicada a la exportación de productos del mar.

Lo concreto es que al no inhabilitarse en la votación en el Senado por la ley  de pesca, no cumplieron con el artículo 5 B de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso, el que establece que “Los miembros de cada una de las Cámaras no podrán promover ni votar ningún asunto que interese directa o personalmente a ellos, a sus cónyuges, a sus ascendientes, descendientes o colaterales hasta el tercer grado de consanguinidad y el segundo de afinidad inclusive, o a las personas ligadas a ellos por adopción”.

Un argumento mas entonces para reafirmar que durante los últimos veinte años el país ha sido gobernado por una clase política que paulatinamente se alejó de los intereses y necesidades de la gente. Coparticipe del modelo de economía y del sistema político que construyeron, sobre la base institucional cimentada por la derecha: modelo económico, régimen político y Constitución.

Un modelo que ya no da para mas, en el cual la racionalidad del mercado es la que impone prioridades, tiempos y conductas que restringen y desvirtúan el horizonte de las aspiraciones sociales, imponiendo una racionalidad que es ciega ante la injusticia social, la especulación, la degradación del ambiente y la pérdida de la dignidad humana.

No se cuanto tiempo mas pasará para que aparezcan nuevos liderazgos y nuevas ideas, para que limpien este escenario político tan contaminado y camino a la corrupción, un mundo político que se mueve por la música de las encuestas, por la pauta que orientan de los dueños medios de comunicación. Que son los mismos clanes que manejan la pesca, el retail, el cobre y las farmacias, construyendo con esto un escenario propicio, para alimentar el ego sobredimensionado de candidatos que se muestran a la gente en busca de futuros cargos, o de formar parte del lucrativo lobby que significa estar en política.

El modelo empresarial que Piñera le impuso a la política no se debiera repetir, este ya cumplió el sueño del millonario que quiere ser presidente, también el modelo del sueño americano que pretende inspirar Golborne, del hombre esforzado que llega a ser un connotado gerente  de grandes empresas. Bajo estos modelos y ambiciones, el país ya no tiene espacios libres de la ocupación abusiva del mercado, solo falta que nos cobren por el aire.

Además hace tiempo que dejamos de ser ciudadanos para pasar a ser clientes,  bajo la concepción de clases del capitalismo del siglo 19 nos dividieron entre una minoría de clientes premium, con acceso privilegiado a la salud, a la educación y a una vida premiun, mientras una mayoría, que somos todos los ciudadanos comunes y corrientes, vivimos asfixiados con la salud y la educación mas cara del mundo, estrujándonos además a través de los bancos y pagando mas impuestos que las grandes empresas.

Bajo este esquema brutal ya sea bajo la concertación o bajo la dirección de la derecha, el modelo económico y político seguirá explotándonos, razón por la cual cada día es mas claro que la alternativa política es salirse del círculo vicioso de este juego de bloques políticos opresivos.

En este contexto la Concertación debe entender que jugó su papel y que es tiempo de construir un conglomerado amplio que de cabida a todos y en particular a los nuevos referentes sociales. Pero con un programa que por las esperanzas que se han abierto en el país tiene dos alternativas, o se derechiza en defensa del modelo que esta haciendo agua, o se izquierdiza haciéndose cargo de las expectativas crecientes de justicia social y de recuperar al país para  los chilenos.

Entonces de lo que se trata ya no es de cambiar a un presidente por otro, esos tiempos se terminaron, el programa económico y político del futuro gobierno esta definido por el camino de seguir, perfeccionando lo que tenemos o bien decidirse a ponerle limites a la agresiva economía chilena, separando y rescatando el sistema político del mercado y de las manos de la camarilla económica, para ponerlo al servicio directo de los intereses ciudadanos y nacionales.

Esto no es una tarea fácil aquí el estado esta subordinado a los intereses de los grupos económicos, los cuales crecen con la demanda de insumos por parte de los programas sociales y por la inclusión económica, no social, de las clases bajas que pueden acceder al consumo vía endeudamiento. Lo cual es un factor importante en el aumento del crecimiento de la producción del país.

En la situación actual que vive el país, el futuro gobierno, si es representativo de los intereses nacionales, necesitara mas que una reforma tributaria para resolver los problemas de los chilenos y necesariamente, tendrá que devolver al estado el rol de regulador público de la economía, para así obtener una mejor y más progresiva política fiscal, para aumentar el gasto público, una regulación de la actividad de las instituciones financieras privadas y la recuperación de ciertos sectores estratégicos para el país.

Es importante reiterar a los candidatos a la presidencia que la desigualdad y la exclusión social, no desaparecen bajo un Estado regulador si la estructura económica sigue siendo la misma. Por consiguiente ya no queremos ser una sociedad civil con derechos políticos restringidos, en la cual la democracia ya no es un medio para alcanzar la justicia social, sino que es vista como un instrumento del mercado.

No se si será posible en estas votaciones presidenciales, pero en estas o en las próximas las contradicciones entre una mayoría social y una estructura política muy lejana se harán manifiestas, optando los ciudadanos por liderazgos comprometidos con el sueño aun posible de un programa político y de un país olvidado que dejaron intencionalmente atrás en 1990.

Creo que allí está hoy en día el punto de diferenciación entre lo existente y lo que es posible construir, el punto sobre el cual se levanta la opción de un programa para un país soberano, social, económica y territorialmente hablando, a lo que tanto le teme la derecha, que surja desde la izquierda. Así entonces el voto ciudadano tendrá sentido, si es para oponerse a lo existente, a la institucionalización del neoliberalismo, oponiéndose a la materialización de la ideología inserta en un modelo de Estado y de administración pública totalmente centrados en el mercado.

Ante esta realidad tan grande como la cordillera  de los Andes, los discursos huecos de personajes políticos de distinto signo tienen cada vez menos valor, si estos no asumen que el problema no es prometer para que todo siga igual. Hay una situación que pone una línea divisoria, clarita como el agua cristalina, entre los que quieren convivir con el sistema que tenemos, con los que creemos que la lucha política hoy, su piedra angular, se inicia en un sistema centrado en el principio de la justicia social opuesto al neoliberalismo imperante.

Esto es lo que terminará con el engaño de programas disfrazados a favor de la pobreza, que solo son medidas populistas para paliar en algo la miseria de las masas de ciudadanos explotados y marginados, que no hacen mas que promover la “humanización” y, por lo tanto, la legitimación del sistema neoliberal. El desafío que tenemos y sin lugar a dudas, es modificar las instituciones económicas que han agudizado a los extremos la lucha  de clases y que están subordinadas al poder del lucro y la especulación, controlando nuestras vidas y nuestras mentes.

Este es el eje de diferenciación que queremos ver entre los precandidatos presidenciales, la existencia de una alternativa democrática al sistema de propiedad privada extremo que vivimos en nuestro país, que centren el debate y reflexión en la naturaleza antidemocrática del neoliberalismo, lo que para nosotros los ciudadanos no está en duda. Este sistema económico y político, su institucionalidad, cuyo origen es el golpe  de estado de 1973 ha demostrado, teórica e históricamente, ser incompatible con la idea de la democracia, los derechos ciudadanos y la justicia social.

La solución a los problema entonces es por caminos democráticos nuevos, que habrá que construir sin miedo, saliéndonos de un esquema de democracia representativa que  se ha trasformado en una democracias de elites, en la cual los partidos políticos piden nuestro voto y luego negocian a nuestras espaldas. Uno de esos caminos nuevos es la Asamblea Constituyente, lo que implica un acto de democracia como el que nunca hemos tenido, es decir, que cada ciudadano tenga derecho a opinar, lo que le otorgará al país la unidad, la solidez institucional y la estabilidad que necesita.

Por esta vía será posible que los ciudadanos recuperemos la confianza en las instituciones democráticas, sean estas el Parlamento, los partidos políticos o el Poder Ejecutivo, siempre que se abran canales, vehículos o arterias de comunicación, control y participación ciudadana en el proceso decisional en los asuntos públicos. En esa senda, los movimientos sociales y los espacios locales tienen inmejorables posibilidades de contribuir, de ser protagonistas en el proceso de refundación democrática, lo que asimismo le exige al sistema político innovar en términos de formatos institucionales más adecuados y aptos para captar y canalizar esa participación social.

Dr. Enrique Villanueva M.
Vicepresidente CEFA-73
Centro  de Estudios Exonerados Fuerza Aérea 1973

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