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El racismo en el ojo ajeno

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A propósito de las acusaciones de expresiones racistas contra el futbolista uruguayo Luis Suárez en Inglaterra, George Galloway, ex diputado inglés, afirmó que “Uruguay es la nación más racista del mundo entero”.

Por supuesto que no voy a decir que en Uruguay no hay racismo. Espero haberme curado hace tiempo de chauvinismo y de patriotismos de escarapelas e hipócritas reverencias. De hecho no puedo señalar un sólo país en el mundo donde no haya racismo. En Estados Unidos ya sabemos el historial que tiene; en los mejores casos de lucha contra el racismo pero muy pocos son capaces de negar las barbaridades históricas contra su población negra que incorrecta e eufemísticamente llaman “afroamericanos”. La palabra “negro” en español suena muy semejante a “negroe” o directamente “negro” en inglés y es una de las ofensas mas denigrantes, sin ambigüedades de intención, como en español o portugués, por su carga histórica y por su particularidad semántica. En español es ciertamente ambigua, depende de la intencionalidad del hablante, y va desde la expresión de cariño y amistad hasta el insulto más primitivo.

En Uruguay mi abuelo a veces me llamaba “negro”, me consta que con cariño, porque mi piel era más mora que la del resto de mis primos. Sin embargo, en Sud África casi me asesinaron a cuchilladas en una calle de Johannesburgo; por ser blanco, como me lo explicó poco después un taxista negro.

En mi querido Mozambique, el primer mes no podía distinguir entre macúas y macondos y ellos se mataban por sus diferencias. Actitud tribal y racista que fue bien aprovechada por ingleses, portugueses, holandeses, hindúes y otros africanos blancos, hasta no hae mucho, según me consta. Ni que hablar de los hutus que en la Rwanda de los ’90 masacraron casi un millón de tutsis por razones étnicas y raciales, que para el caso significa lo mismo.

Pero en los últimos mil años el premio (eso lo sabe cualquier persona de mediana cultura) se lo ha llevado el racismo blanco con sede y origen en los grandes imperios europeos. Cuando no fue en las matanzas que realizaban los cruzados a principios del milenio, al mejor estilo Atila, fue la honorable Reconquista primero y la Conquista española en Nuevo Mundo después, empresa, entre otras cosas, profundamente racista y etnocida, si las hubo; el inconmensurable holocausto judío a mano de los nazis y las sucesivas limpiezas étnicas, como la de los Balcanes. Sin olvidarnos de los diarios actos de racismo que hoy en día sufren, con crueldad o con sutil discriminación, las minorías o las mayorías débiles, desde el mundo desarrollado hasta Medio Oriente, desde algunos hispanos pobres en Estados Unidos hasta los palestinos sin derechos civiles y a veces sin derechos humanos en sus propia tierra.

El señor George Galloway menciona la aniquilación de los charrúas en el siglo XIX, a mano de los criollos blancos. Esto es estrictamente cierto. Muchas veces hemos criticado sin delicadeza el chauvinismo que disimula todo tipo de racismos; en nuestro país; hemos señalado repetidas veces este genocidio como el genocidio indígena en el resto a America y rara vez mencionado en los medios de comunicación. Los indígenas que habían sobrevivido a la colonización europea molestaban las propiedades y las apropiaciones de los hacendados y se los exterminó o se los despojó de sus tierras bajo la excusa de que eran una raza incapaz de civilización, como lo definió en sus múltiples libros el presidente y educador argentino Domingo Faustino Sarmiento. Ni que hablar del racismo contra poblaciones indígenas varias veces superior, como en Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador o Centro America; ni que hablar del racismo contra las poblaciones afrodescendientes en el Caribe y sobre todo en el Brasil.

Cierto, el racismo ha campeado en nuestra América latina. Pero que un inglés venga a declarar que “Uruguay es la nación más racista del mundo entero” (y lo enfatizó en un inglés muy británico, para que lo entendiera el mundo entero, aclarando que “conocía Uruguay” porque “había estado allí”), sería una broma de mal gusto si no fuese una hipocresía tan patética.

No porque un inglés cualquiera no pueda señalar el racismo en otro país. Me explicaré.

El mismo ex diputado y showman George Galloway sabe perfectamente el larguísimo historial del más feroz racismo que conoció el mundo en los últimos siglos, obra del flemático y civilizado imperio británico que sólo se opuso al tráfico de esclavos a America y empezó a hablar de moral cuando el millonario negocio negrero dejó de serle rentable. Un imperio que arrasó pueblos enteros, desde la China hasta América, pasando por India, África o por cualquier otra región marítima donde habitaban algunos animales humanoides de test oscura. Los invadió, los sometió y los humillo sistemáticamente.

Por eso es crítica y necesaria la aclaración. No es que en Uruguay no haya racismo como afirman algunos chauvinistas que viven mirando para otro lado. El problema radica en un par de palabras como “el más” y con el especial agravante de que quien lo dice haya sido un diputado de una potencia político-militar racista por tradición y reincidente por interés.

Mister George Galloway, como diputado inglés, se opuso a la Guerra de Irak y ha tenido el detalle de firmar varias declaraciones en defensa de la humanidad. Precisamente, por ambas condiciones, la de inglés y la de humanista (o algo parecido), debería estar curado de hipocresía. Pero en detalles como esos, demuestra que en el fondo es otro primermundista colonialista.  Lo cual debería ser igualmente motivo de una acusación ante tribunales internacionales. Con el agravante de que si el futbolista Suárez es un muchacho que pudo haber dicho una estupidez en la calentura de un partido de fútbol, Mister George Galloway es un viejo político, con aura de intelectual, con todo el tiempo del mundo para reflexionar sobre sus propias estupideces y sobre las estupideces criminales de los sucesivos gobiernos que se sucedieron en su país y que ya tienen varios siglos de impune insistencia.

Gracias a: Jorge Majfud

– El autor es académico uruguayo en una universidad de los EE.UU.

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4 Comentarios

  1. JULIA SALCEDO

    Ya lo dicho en otras oportunidades(a proposito del ciudadano ecuatoriano arrestado en el centro de Santiago).
    El racismo no existe !! Es la ignorancia la que prevalece antes
    que el color de la piel. En Paris;los «negros» se pelean entre ellos!!.: Los de la isla de La Reunion contra los de La Martini-
    ca» !!.,(por ejemplo).Asi como los negros NO se quieren entre
    ellos…los blancos tampoco!!. SON los motivos de discrimina-
    cion,que no le faltan al ser hùmano,para vivir en PAZ.
    Al blanco NO le gustan los negros…Pero si las negras !!
    Al negro NO le gustan los blancos…Pero si las blancas !!.
    A las Asiaticas no le gustan los àsiaticos;porqué lo tienen
    corto,pero si los occidentales…qué «supuestamente»lo tienen màs largo.Etc,etc.etc,etc,etc,etc,etc,etc,etc,

  2. JULIA SALCEDO

    ….2-.SOLO prejuicios,para no tener una existencia pacifica,ali-
    mentada por la Ignorancia.(dicho sea de paso:los ricos y los
    sabios….Tampoco se quieren entre ellos;salvo casos excep-
    cionales!!.)Misma cosa pasa entre creyentes de distintas re-
    ligiones….Lo que es el colmo !!!.

  3. olga larrazabal

    Ja, ja, un inglés hablando de racismo ajeno, es casi cómico sino fuera tan trágico. ¿Y dónde están los indios de Norteamérica? Quedan como 80.000 y no es un país mestizo como nosotros. ¿Y esa ley que existía en algunos estados de USA y también en Sud Africa que decía que cualquier «gota» de sangre negra convierte a su portador en «coloured», es decir dejaba de ser blanco ante la ley, con todas sus consecuencias, que eran hartas. Y a los mestizos los llaman «mongrels» y «half chaste»que es bastante insultante. ¿ Y que pasó con las castas mezcladas en la India? Y Jefferson, padre la la Patria de origen inglés, convivió y tuvo hijos con la hermana mulata de su mujer, que era 3/4 blanca, hija de su suegro, y nieta del abuelo de su esposa, no la liberó de la esclavitud, ni reconoció a sus hijos. Todos los países que fueron colonias inglesas heredaron de sus leyes raciales el desprecio hacia todo lo que consideran mezclado, incluyendo a nosotros, los sudamericanos.

  4. jorga chavez

    – A CAUSA DE MI DALTONISMO,NO COMPRENDO COMO PUEDE HABER GENTE QUE NO QUIERA A LA GENTE DE COLOR.

    – HAY DOS COSAS QUE NO ME AGRADAN: LA GENTE DE COLOR … Y LOS RACISTAS !!!.

    – LOS SOLOS EXTRANJEROS PASABLES SON… LOS TURISTAS.

    (Jà,Jà,Jà,).

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