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Chile: «Carlitos Marx, Rebelde»

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El jueves 2 de junio, a las 19:30 hrs. en la sede de la CUT, Alameda 1346, el historiador Gabriel Salazar, el economista Claudio Lara y el dirigente sindical Manuel Sandoval presentaron al público general la última producción de Miguel Silva (o Michael Stanton), «Carlitos Marx, Rebelde».

El inglés, chilenizado desde 1984, cuenta entre sus principales obras «Los Cordones Industriales y el Socialismo desde Abajo» (1997); «Redescubriendo a Lenín» (1998); y «Los partidos, los sindicatos y Clotario Blest: La CUT del 53′» (2000).

Miguel Silva se hizo de las armas de la crítica marxista desde la lucha, el estudio autodidacta «y prestando oído». A sus 60 años, recuerda que comenzó a militar políticamente en Inglaterra a los 18 años. Estudió Informática, Sociología y Filosofía. Apoyó la resistencia chilena en el Reino Unido luego del golpe de Estado de 1973 y vino a Chile para quedarse. Su último libro es totalmente autogestionado.

-¿Por qué el libro?
«Porque tenía en mi sangre desde hace muchos años la idea de responder algunas preguntas propias. Esto fue provocado por una de las famosas charlas del académico Carlos Pérez Soto («Es ventajoso ser marxista«) donde no pude responder algunas críticas que tenía en ese momento. Entonces estuve un par de años escribiendo una respuesta. El texto es el resultado.»

-¿Cuál es el aporte que buscas hacer?
«Si uno lee el Manifiesto Comunista y no tiene idea qué está haciendo Carlitos en esa época, algunas de las cosas que allí aparecen pueden resultar falsas. Por ejemplo, que el patrón siempre paga lo mismo y lo mínimo. No es cierto hoy. Que siempre los sectores medios se mueven hacia abajo. Pero no siempre es verdad. Entonces, el problema es que existen muchísimos jóvenes que no entienden el Manifiesto Comunista porque no describe su realidad. Ahora bien, Carlitos trabajó sobre un capitalismo de hace más de 150 años atrás, pero logró muy bien comprender cómo funciona la maquina del capitalismo, el sistema en sí. Nadie podría decir que eso es poca cosa. Entonces, sobre sus ideas centrales es posible trabajar respecto de la nueva identidad del movimiento popular que mañana creará un futuro otro.»

-¿Y para qué es el libro?
«Nosotros portamos la fuerza de trabajo que es nuestra propia creatividad. Pero no sólo es algo que se explota en la producción y la distribución, sino que se trata de nosotros mismos. Cuando alguien te compra a través de un sueldo, no sólo hay plusvalor y abuso de tu creatividad: también hay una extraordinaria falta de respeto de tu persona. Y esto último cae bien en el sentido común del chileno. En este momento, en este país, en este año y a esta hora, esa idea tiene fuerza. La gente siente con certeza que le están ‘sacando la cresta’ y faltándole el respeto. Esa es la indignación que se puede palpar en las distintas luchas actuales.»

-Tú hablas de identidad…
«Es preciso crear una identidad del movimiento de bases. Por ejemplo, el movimiento ecologista sería mejor si integrara la idea de que están faltándonos el respeto. Y esto no es un análisis de carácter económico, sino que fundamentalmente subjetivo. Es decir, nadie tiene derecho a usarnos y abusarnos así. Es parte de la misma cosa la falta de respeto personal y la explotación. En el caso del megaproyecto de HidroAysén, Endesa España y el grupo Matte explotarán recursos y belleza, y ganarán dinero. El capital destruye y explota.»

-¿A quién está dedicado el texto?
«Un libro como el que escribí debe cumplir los siguientes objetivos: ser barato (vale $ 2 mil pesos, US$ 4 dólares); breve; y emplear un lenguaje de preguntas y respuestas muy claras y simples. Yo no estimo que las ideas fundamentales de Carlitos Marx sean difíciles de entender si se explican bien. Hay que escribir las ideas de Marx para que sean escuchadas por muchas personas. Todo depende de cómo se formulan las preguntas. Y hay que responder con sencillez, sin complicarse la vida. Pero ello no encubre un desprecio por la academia.»

-¿Y cómo se produce la famosa «toma de conciencia» de los trabajadores y el pueblo?
«La conciencia histórica del pueblo trabajador es un proceso que se construye y se destruye. Lo cierto es que la forma en que se organiza un trabajador depende de la situación. ¿Cómo entonces? Hace un par de meses yo esta mirando los sucesos de El Cairo y había una mezcla de jóvenes, viejos, trabajadores, sectores medios, estudiantes. Parte de ese proceso fue la reconstrucción de sindicatos independientes que cobraron tanta fuerza que lograron construir formaciones sindicales nuevas y superar las que existían. Entonces a veces, la recreación de una nueva clase trabajadora no proviene necesariamente del movimiento clasista. Aquí mismo en Chile, el movimiento ambientalista puede provocar algunos cambios en la propia clase trabajadora organizada. Tal vez indirectamente. La indignación explícita de la población respecto de un tema en particular podría ampliarse hacia otros sectores, incluso a otros sectores más estratégicos, como los trabajadores. Porque no es cierto que el movimiento de los trabajadores avanza en una línea recta. Nunca ha sido así. Pero para realizar un análisis concreto de la realidad misma hay que ser tan concreto como lo fue el ‘Pelado’ Lenin. Lamentablemente en Chile, por parte de la izquierda, existe una tendencia a inventar la realidad, de imponer la ideología sobre el movimiento real. Por ejemplo, el movimiento ambientalista con la reconstrucción del movimiento de los trabajadores sí están vinculados, pero no se piensa de esa forma. Aquí se cierran las puertas. La izquierda se pregunta ¿qué tiene que ver el ambientalismo con la lucha de los trabajadores?»

-¿Por qué se produce esa separación?
«Es parte de la estrategia de la dominación capitalista. Porque cuando se rompen las barreras, la situación se pone muy explosiva. Hay que disolver esas disociaciones funcionales al actual estado de cosas. ¿Por qué una pobladora no puede apoyar a un estudiante?»

-Hoy mismo, decenas de estudiantes universitarios de la Universidad Tecnológica Metropolitana intentaron tomarse el Ministerio de Educación por la recuperación de la enseñanza pública, pero fueron duramente reprimidos por la policía. Dos de los comuneros en huelga de hambre después de casi 80 días, están a punto de morir, ¿Cómo se ligan las luchas mapuche, ambientalistas, la de los estudiantes por la recuperación de la educación pública, que son las formas más explícitas que está expresando el movimiento real?

«El sistema explota a la fuerza de trabajo y maltrata su personalidad misma. Lo mismo hace con los recursos naturales y las culturas originarias. A ese conjunto lo usa como mercancía. Esa en la unidad. La apropiación privada del excedente, la riqueza natural y la propia cultura a su conveniencia de todo aquello socialmente producido ampliamente es el aspecto central. Y, en el plano subjetivo, aquí podemos ver cómo funciona el orgullo entre los estudiantes y el pueblo mapuche. El capitalismo no hace diferencias. Nosotros, la izquierda, por nuestras insuficiencias, las hacemos.»

-¿Qué es el socialismo, entonces?
«El socialismo es el control de una sociedad por la propia gente que vive en ella. Y esto no se puede hacer sin el control de la producción. Por eso el movimiento de los trabajadores es medular. Y los profesionales sólo son trabajadores más calificados. Ellos también de manera obvia deben integrar el nuevo país. Ahora bien, la Unión Soviética, dentro de esta concepción, no era un país socialista. Ello también ha provocado un desprestigio de la palabra socialista, porque muchos de los que se definen así, no piensan en el socialismo, no creen que la gente común y corriente debe dirigir colectivamente su propio destino. No lo hacen porque no creen en el pueblo trabajador y porque tiene intereses contrarios a ese mismo pueblo trabajador.»

¿Por qué el título «Carlos Marx, Rebelde»?
«Porque Carlitos era amigo del trago, era hiperquinético, tenía problemas graves de salud, y a pesar de todos estos inconvenientes y más, logró pasar su vida como un porfiado rebelde. Como Einstein, que jamás aceptó nada por costumbre y se pasó la vida cuestionando las «certezas» de la ciencia. Y no le puse «Carlos Marx, Revolucionario», porque mucha gente no entendería de qué se trata ser «revolucionario», pero todos tienen una noción general de lo que es un rebelde. El objetivo de mi libro es emplear un lenguaje útil y comprensible para la gente. La idea es aclarar y no confundir.»

Mayo 31 de 2011

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