Allende: «Este es un gobierno socialista, mierda, y no entregamos a ningún compañero»
por Tribuna Popular
14 años atrás 4 min lectura
En el año 1972, cuando arreciaba las presiones norteamericanas contra el Gobierno de la Unidad Popular en Chile y habiendo decidido ya su derrocamiento, el Presidente Allende se vio enfrentado a la entrega de un grupo de guerrillero argentino. Ante el análisis de la situación con sus colaboradores, el Presidente tomó la decisión, se puso de pié y dando un golpe de puño sobre la mesa dijo con voz clara y determinación. «Así serán las cosas, pero este es un gobierno socialista, mierda, y no entregamos a ningún compañero… esta misma noche se van para Cuba».
A continuación el relato de los hechos realizado por el compañero chileno, Roberto Ávila, ante los acontecimiento que está enfrentando el gobierno del Presidente Chávez.
En medio de un mar de conspiraciones, las que llegaron a causar la muerte del general René Schneider jefe del ejército chileno, asumió Salvador Allende la presidencia de Chile el 4 de Noviembre de 1970. Los norteamericanos se habían propuesto su derrocamiento como tarea de Estado. Una de las posibilidades para agredir a Chile era utilizar a Argentina, entonces con dictadura militar. Las cuestiones limítrofes pendientes eran muchas y todos sabemos que Argentina tiene mayores dimensiones que Chile.
El presidente Allende se reunió con el general Agustín Lanusse y llegaron a acuerdos que diluyeron esta relación bilateral como foco desestabilizador para el gobierno de Chile.
El 15 de agosto de 1972 los 114 prisioneros políticos de la base naval Almirante Zar sita en la Patagonia argentina, casi todos ellos guerrilleros, se tomaron el penal. Por descoordinaciones sólo algunos alcanzaron a llegar a Trelew donde se hicieron de un avión de pasajeros y enfilaron rumbo a Puerto Montt en territorio chileno.
Entre los fugados venían: Roberto Santucho, jefe máximo del Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), Fernando Vaca Narvaja y Roberto Quieto de la Conducción Nacional de Montoneros; Marcos Osatinsky de las FAR, Víctor Fernández Palmeiro una leyenda de la guerrilla argentina, Enrique Gorriarán Merlo y otros de la misma significación política.
De Puerto Montt llegaron a Santiago, la realidad jurídica era que habían entrado ilegalmente al país, venían armados y con un avión secuestrado. Esa era la legalidad formal, lo real era su condición de luchadores por la libertad de su patria.
Depusieron las armas y pasaron a la calidad de retenido en el cuartel central de la Policía Civil chilena, una suerte de huéspedes forzados. La petición de extradición se anunció de inmediato por el gobierno argentino, al que una revolución con tantos enemigos y que luchaba en solitario como la nuestra no podía desatender sin más. Argentina nos había dado hasta un préstamo para comprar trigo.
La derecha chilena tocó de inmediato las campanas del escándalo: «Chile el santuario de los extremistas latinoamericanos», «se perjudica la relación con Argentina «, «se viola el estado de derecho».
Una gran manifestación popular en los faldeos del Cerro Santa Lucía expresó la solidaridad revolucionaria de los chilenos con sus hermanos argentinos.
El 22 de Agosto 16 de los prisioneros políticos que no pudieron huir fueron fusilados en Trelew, un vil asesinato.
El presidente Allende se reunió con los abogados de los jóvenes argentinos en el Palacio de La Moneda y pidió a su ministro de Relaciones exteriores su opinión. La relación del ministro fue desoladora: todo el derecho en contra, el nacional y el internacional.
Sólo el presidente del Consejo de Defensa del Estado Eduardo Novoa Monreal dio argumentos a favor de la no entrega. Cada nuevo consultado acumulaba argumentos legales y políticos en Pro de la extradición. Los abogados de los fugados veían venir lo peor. Sorpresivamente el presidente de la República de Chile, el jefe de la Revolución chilena, se puso de pié y dando un golpe de puño sobre la mesa dijo con voz clara y determinación. «Así serán las cosas, pero este es un gobierno socialista, mierda, y no entregamos a ningún compañero… esta misma noche se van para Cuba».
Esa noche un avión de cubana despegaba rumbo a La Habana con su libertario cargamento. Estábamos solos en el mundo, solo con la amistad leal de los herederos de Martí, hasta la URSS nos negaba ayuda, rodeados por mil peligros, pero no se conjugó jamás el verbo traicionar.
Revolucionarios venezolanos, ese era Salvador Allende, así actuaba la revolución chilena. Los errores son parte de la vida pero hay que corregirlos.
*Fuente: Argenpress
Artículos Relacionados
Los miembros del Comité Central de su Partido faenaron al doble militante Ricardo Lagos
por Rafael Luis Gumucio Rivas, El Viejo (Chile)
8 años atrás 6 min lectura
“Ustedes son los que gobiernan a los que dicen representarnos”
por
13 años atrás 2 min lectura
La Iglesia en manos de movimientos Sectarios
por P. José Comblin (Brasil)
12 años atrás 7 min lectura
Venezuela: la derecha busca un baño de sangre
por Angel Guerra Cabrera (AlaiNet)
8 años atrás 4 min lectura
Gaza: mensaje al el Dr. Mahmoud Abu Amsha, asesinado por no abandonar a sus pacientes
por Medios Internacionales
10 segundos atrás
11 de abril de 2025
Cuando el ejército israelí asaltó el norte de Gaza y la mayoría de los médicos huyeron para salvar sus vidas, Mahmoud se quedó. Él y el Dr. Hussam Abu Safiya fueron los últimos en mantener la línea en el Hospital Kamal Adwan. Mahmoud, el único cirujano que quedaba, trabajó incansablemente en un lugar que se había convertido más en un cementerio que en un hospital.
Ibrahim Traoré: 19 atentados en dos años de gobierno, pues no sólo desafía, sino que construye
por Medios Internacionales
24 mins atrás
11 de abril de 2025 En solo dos años, Ibrahim Traoré ha logrado lo que muchos mandatarios africanos ni siquiera se atrevieron a imaginar: desafiar abiertamente el yugo colonial,…
Gaza: mensaje al el Dr. Mahmoud Abu Amsha, asesinado por no abandonar a sus pacientes
por Medios Internacionales
10 segundos atrás
11 de abril de 2025
Cuando el ejército israelí asaltó el norte de Gaza y la mayoría de los médicos huyeron para salvar sus vidas, Mahmoud se quedó. Él y el Dr. Hussam Abu Safiya fueron los últimos en mantener la línea en el Hospital Kamal Adwan. Mahmoud, el único cirujano que quedaba, trabajó incansablemente en un lugar que se había convertido más en un cementerio que en un hospital.
El empresario Morstadt debe a CONADI el pago del predio en disputa con Julia Chuñil
por Lucía Sepúlveda Ruiz (Chile)
7 días atrás
04 de abril de 2025
Julia Chuñil es mujer, mapuche, y campesina, y tenía 72 años cuando desapareció. Su vida y su historia hasta el 8 de noviembre de 2024 están marcadas por la violencia racista, de género y la violencia de clase, a la que se sumó en los últimos años la violencia extractivista. Ahora la suerte de la defensora de bosques y aguas de su territorio ancestral, depende de una justicia patriarcal.